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4 de Agosto de 2012
Revista Cabilo N° 97
Mes de Julio de 2012-3era.Epoca

 

ECLESIALES
Antonio CAPONNETTO
A propósito del "Caso Bargalló'
El Segundo Mandamiento
"Dios no se Deja burlar"
(Gálata, VI, 7)

Tan luego en el Día del Pontífice traían los medios una noticia que parece ser la coronación del escándalo causado por Bargalló, el obispo traidor.
La noticia aludida da cuenta de una misa concelebrada por Bergoglio y Casaretto en la Catedral Nuestra Señora del Rosario, de la diócesis Merlo-Moreno, a cuyo cargo supo estar el pastor infiel. Los concelebrantes osaron hacer el elogio de sus quince años de gestión, el público rubricó lo dicho con vítores y aplausos dirigidos al desertor ausente; y el Arzobispo de Buenos Aires —en uno de sus habituales desmadres— se atrevió a sugerir y a encomiar el presunto carácter martirial del renegado, diciendo de él que "trabajó para los pobres y esto le valió la persecución " (cfr. "La Nación", 29 de junio de 2012, pág. 19, y AICA, 29 de junio de 2012).
Así, lo que debió ser una ceremonia de desconsagración del clérigo felón, se convirtió en su homenaje, exhibiéndolo como víctima de quienes no habrían compartido su compromiso social. Lo que debió ser el necesario, reparador y legítimo vilipendio al mercenario, se trocó por una caracterización del mismo cual un cordero al que las fuerzas del mal acosaron, pero que no obstante dejó "a la Iglesia unida, humanitaria y misionera" (cfr. "La Nación", ibidem).
El descarriado llevaba por lo menos dos años de doble vida, cometiendo perjurio contra el Orden Sagrado e incurriendo en una repugnante fayutería propia de los fariseos. Pero para la ignominiosa dupla bergoglio-casarética es un detalle obviable que no merece reprobación explícita.
Esto se llama tomar en vano el nombre de Dios. Es un pecado mortal contra el Segundo Mandamiento, y Santo Tomás de Aquino —analizándolo y explicándonoslo— recuerda la vigente condena de Zacarías: "No vivirás porque has mentido en el nombre del Señor" (XIII, 13).
Pero la triste historia de Bargalló tiene capítulos previos igualmente lacerantes. No hablamos de los remotos, como su nombramiento a instancias de Mejía —cuya culposa inserción en la Iglesia Clandestina documentó oportunamente Carlos Alberto Sacheri— ni de su corrupción sacerdotal en manos de quienes no respondían a la Iglesia de Roma sino al Club de San Isidro; ni siquiera de antecedentes aún más lejanos y profundos, como el agudo proceso de desacralización desatado hace larguísimas décadas. Tampoco mentaremos ahora los desaguisados innúmeros de carácter doctrinal y litúrgico, perpetrados bajo su mandato episcopal.
Hablamos escuetamente de lo sucedido las semanas anteriores. Bargalló mintió al decir que desconocía lo que las fotos probaban. Mintió después al reconocer que las fotos eran veraces, pero que no implicaban dolo pues la mancebía se consumaba con una amiga de los años infantiles. Mintió al decir que estaba "totalmente comprometido con Dios y con la Iglesia en la misión que me ha encomendado", y que "siento profundamente mi sacerdocio y la entrega al Señor Jesús" (AICA, Declaración del 19 de junio de 2012). Mintió con descaro, pública y ostensiblemente.
Esto también se llama tomar en vano el nombre de Dios, porque "en ocasiones" —enseña el Aquinate— "vano quiere decir falso, como en este texto del Salterio (XI,3): «Todos dijeron cosas vanas a su prójimo» [...]. Quien así procede injuria a Dios, a sí mismo y a iodos los hombres" ("Los Mandamientos comentados", II, 78-79).
Otro capítulo previo habrá que recordar, y eso hacemos. Aceptada que le fuera la renuncia se nombró Administrador Apostólico de la diócesis al precitado Casaretto; esto es, a quien lo prohijó y cohonestó, amparándolo bajo su alero eclesiástico repleto de lobos. Como quien reemplaza a Fidel Castro por Lenín y a Judas por Caifas: así es la magnitud de esta burla.
Para coronarla —ya sin ningún atisbo de temor de Dios y en el terreno mismo de la blasfemia— la invitación oficial a la misa por los quince años de la diócesis Merlo-Moreno, instaba a rezar y a agradecer a "nuestro hermano y padre Fernando María que, durante todo este tiempo, ha demostrado la calidad de su vida y corazón, para que Dios lo bendiga y fortalezca en esta nueva etapa que le toca viuir" (AICA, 27 de junio de 2012). ¿Pero es que estamos hablando de una despedida de soltero? ¿Pero es que el adulterio, el perjurio, la doblez y el iscariotismo convierten a un pastor en modelo de corazón y de vida? ¿Acaso Dios puede bendecir sin más —esto es sin castigos y enmiendas públicos— a quien se hizo merecedor de las maldiciones lanzadas contra los fariseos? ¿Acaso "la nueva etapa que le toca vivir" es tan auspiciosa como un ascenso jerárquico conquistado a fuer de santidad y coherencia?
También esto,claro, es tomar en vano el nombre de Dios, "porque algunas veces vano es sinónimo de insensato [...] Por tanto, los que emplean el nombre de Dios insensatamente, como por ejemplo los blasfemos, toman el nombre de Dios en vano. A estos se refiere la Escritura cuando dice: «Quien blasfemare el nombre del Señor deberá morir» (Levítico, X-XIV, 16)" (Santo Tomás de Aquino: "Los Mandamientos comentados", II, 83).
Algunos amigos dicen que, en este caso, Roma estaba mirando para otro lado. Puede ser. Pero es obligación de Roma mirar siempre a la Cruz, y si distrae o desconcentra la vista, las consecuencias no serán benéficas. Otros atemperan la responsabilidad vaticana aduciendo que la Santa Sede no puede estar minuciosamente al tanto de cada prete al que nombran obispo. También puede ser, lo concedemos. Pero además de que lo propio del buen pastor es conocer a cada oveja por su nombre (San Juan, 10, 11), ya hace demasiado tiempo que vienen resonando fuera de las fronteras domésticas las graves heterodoxias de Bergoglio. Lo menos que se podría hacer —no digamos lo necesario que es la categórica destitución y el castigo condigno— es estar doblemente vigilantes y atentos a lo que sucede en estos pagos, alrededor de tan culposo mercenario, en el sentido joánico del término.
Hace poco tuvimos ocasión de adentrarnos en un valioso libro titulado Su Santidad Benedicto XVI y el sacerdocio; notable recopilación de textos editada por Aciprensa. Va de suyo que el modelo de sacerdote propuesto y exaltado por el Santo Padre está en Jas antípodas de este curerío adúltero, mentiroso y carnal del que Bargalló es apenas una patética muestra. Pero razón de más entonces para extremar el cuidado. No; decididamente Roma no puede mirar para otro lado.
Entiéndanlo los fieles, porque el mundo jamás entendió nada. Los cuestionadores del celibato que marchen a buscar ganancias a otro río revuelto. Porque el revoltijo turbio de estas aguas no lo causa más la castidad que la herejía, ni menos el progresismo que la continencia.
Lo de Bargalló no es primero ni principalmente una imprudencia. Tampoco es primero un pecado contra el sexto,el séptimo o el noveno mandamiento. Si robó los fondos de Caritas que vaya a la cárcel, que devuelva con creces el dinero a los pobres y se ocupen del caso "las sórdidas noticias policiales" de las que hablaba Borges. Si fornicó con la mujer del prójimo, que lo confiesen, le den una ducha fría y lo manden a prestar servicio a un leprosario. La Iglesia tiene larga y penosa experiencia en pecados de alcoba, y si quisiera, no le faltaría ciencia para remediar con justicia este nuevo episodio.
Pero aquí estamos ante algo más tenebrosamente hondo, más crepuscular y sombrío, más pasible de suscitarnos el proverbial temor y temblor. Algo cuya plena intelección no se alcanza leyendo los periódicos sino el Apocalipsis. Aquí se ha burlado a Dios. Se ha ultrajado el Segundo Mandamiento, se ha violado el sacramento del Orden Sagrado, se ha dado escándalo, tal vez irreparable por muchísimo tiempo. Se ha empantanado el alma adulterina del culpable y la de quienes con complicidad lo homenajearon en el irrespirable lodazal del sacrilegio.
Todo esto, en su conjunto; huele más a pecado contra el espíritu que a pecado carnal. Y al fin de cuentas, el que puede lo más puede lo menos. Si obispos de esta laya pueden revolcarse gustosos en las oscuras defecciones morales, doctrinales y litúrgicas propias de la Iglesia de Pérgamo y de Láodicea, ¿por qué no habrían de vivir en concubinato con una gastronómica? Si se los ve protagonistas de tantos rebajamientos y adulteraciones del Sacrificio Eucarístico, ¿por qué habría de limitarlos un chapuzón lascivo en aguas caribeñas? Si son maestros del error cuando celebran, predican y enseñan, sin que la inteligencia les reproche nada, ¿por qué habrían de detenerse, reverentes y dignos, ante los umbrales de la pureza?
Mientras con dolor de bautizado escribimos estas líneas —rumiando la sexta petición del Paternóster: no nos dejes caer en la tentación— se cumplen cuarenta años exactos de aquella grave y solemne alocución del Papa Paulo VI, declarando que el demonio había penetrado en la Iglesia. Fue el 29 de junio de 1972. Así fue recordado oportunamente por el interesante sitio web Secretum meum mihi, agregando que desde entonces —y eso es lo peor— nadie dijo con igual solemnidad que había sido expulsado.
No estamos en condiciones de hacer un juicio global al respecto, ni es tampoco nuestra competencia. Pero en lo que concierne a la patria argentina, hace apenas dos años que escribimos "La Iglesia traicionada ", dejando documentada constancia de que los demonios andan sueltos y disfrutando de formales poderes y autoridades. El desquicio que producen es literalmente infernal. Casos como el que ahora nos ocupa —y que, reiteramos, no llevan únicamente el nombre de Bargalló— no hacen sino confirmarlo.
Que cuanto más ronde el diablo como león rugiente, más nos encuentre dispuestos a resistirlo firmes en la Fe. Es el pedido viril de San Pedro, en su primera carta. No se nos pide callar, ni disimular, ni mucho menos abrazarnos festivamente con los servidores del Maligno. Se nos pide resistir, que es el acto mayor y más sólido de la virtud de la fortaleza. •

16 de Junio de 2012

Publicado por Revista Cabildo N°96
Mes de Junio de 2012-3era Época
CRÍTICA LITERARIA
Patricio H. RANDLE

Una Obra sobre la Cruzada
y la guerra española de 1936 a1939
Blas Piñar
Actas 2011-343 Páginas

 

El autor ha querido dedicar este libro al Cardenal Isidro Goma y Tomás, "con el que España tiene contraída una deuda histórica" por su desempeño como defensor de la Fe en tiempos en que fue atacada vilmente. Deuda no debidamente reivindicada por todos los católicos españoles.
El propósito central de la obra es echar luz sobre episodios históricos oscurecidos por la propaganda de izquierda, con la complicidad de los que hoy se han rendido ante el equívoco, la ideología y la mentira que pretende enlodar una lucha noble y limpia. Lucha que, de una manera u otra, intenta reeditarse en nuestros días, con menos crueldad física pero igual perversidad moral. Es paradójico que el Cardenal Goma que bautizó la guerra civil como Cruzada fuese arzobispo de Toledo en su tiempo y que luego — cuando volviera a arreciar la presión anticatólica en España— otro arzobispo de Toledo, el Cardenal Tarancón, contribuyera "en forma bien conocida a la puesta en marcha del proceso secularizador".
Con prolija exhaustividad Blas Pinar se luce transcribiendo las citas textuales que testimonian la admiración de clérigos y de laicos por la persona de Franco; pese a lo cual, muchos de ellos, acomodarán después su juicio a la peculiaridad de las circunstancias. Particularmente significativos son los elogios tributados al Caudillo como Defensor de la Fe Católica de muchos personajes que, empero, tarde o temprano se transbordaron al campo enemigo: primero alentando a la democracia cristiana y luego al progresismo más extremo, hasta sostener las peregrinas ideas de un marxismo cristiano. Estos casos, frecuentemente olvidados, Blas Pinar los exhuma con todo rigor documental prestando así un servicio invalorable a la verdadera historia.
. Desde el punto de vista formal el libro da pormenorizada cuenta de las relaciones oficiales del Gobierno Español con la Santa Sede, espe-cialmente durante los primeros años del mandato de Franco y de su triunfo sobre el comunismo ateo. Recuérdase en particular la encíclica "Divini Redemptoris" de Pío XI del 19 de marzo de 1937, en la que se advierte al mundo que "lo que sucede en España tal vez pueda repetirse mañana en otras naciones civilizadas". La pregunta que nos hacemos, partiendo de aquellas circunstancias, es cómo pudo llegarse años después a que, desde el mismo seno del franquismo o del falangismo, surgiera una tendencia que intentara fusionar un cierto cristianismo con el socialismo no marxista, para enfrentar a Franco.

Por otra parte, la adhesión del Vaticano a la Cruzada está abundantemente confirmada por documentos papales, alocuciones eclesiales y toda otra clase de testimonios. De modo tal que cuesta entender cómo pudo darse un giro tan espectacular de tantos católicos, quienes sin abjurar abiertamente de su fe, se volvieran hostiles al bando nacional, al gobierno franquista y a toda actitud de repulsa de la alianza de las izquierdas, desde el republicanismo liberal al diálogo con el comunismo.
Viéndolo desde el presente, no parece casual que una de las primeras publicaciones, en principio afines al gobierno triunfante en 1939, se llamara "Diálogo"; como para ir abriendo una puerta a la infiltración de izquierda entre católicos liberales. Como no fue casual que el fundador de esa revista hubiese sido escogido por Franco como su embajador ante el Vaticano —nos referimos a Joaquín Ruiz Giménez— entre lo más rancio del ambiente católico y tradicional. Lo que comenzó a delinearse nítidamente en el panorama español fue un anticipo de una tendencia paralela que sufriera la propia Iglesia a partir del papado de Paulo VI y del Concilio Vaticano II; o sea, una apertura al liberalismo y una desapego creciente por la Tradición.
Conviene no olvidar que mientras la jerarquía episcopal española —especialmente a partir de la "Carta colectiva" del 1° de julio de 1937— comenzaba a reconocer que desde apenas iniciada la guerra hubo mártires entre los nacionales, y Paul Claudel componía el vibrante poema "Aux martyrs espagnols", Jacques Maritain sembraba cizaña contra la reacción legítima de los católicos de siempre. Los argentinos pudimos ser testigos de esta actitud derrotista que fue prolegómeno de la "democracia cristiana", cuando Maritain, en plena guerra civil, nos visitó en Buenos Aires, decepcionando a tantos que lo admiraban por su obra filosófica anterior. Obra en la que aún no se traducía la apertura hacia la izquierda internacional y su benevolencia por los comunistas. Todo esto cometido en nombre de la democracia universal, así como su rechazo al calificativo de Cruzada.
Hoy se invoca en algunos ambientes demócrata-cristianos un "camino a la reconciliación"; pero todo indica que es para condonar, de paso, todos los excesos cometidos por comunistas y anarquistas.
Dicha "reconciliación" sirve además como revancha por la derrota militar que sobrevino. También se abrió camino, mediante una maniobra semántica, a una apertura sin recaudos que pretende un mea culpa de los católicos por haber vencido. Luego viene sin tapujos un proceso de secularización que pretende quitar todo mérito al haber defendido la religión, el culto y la vida de sacerdotes y monjas sacrificados cruelmente. Con ecos que no nos resultan tan lejanos ni extraños, dice Blas Pinar: "se ganó la guerra de las armas y se perdió —Dios quiera que no con carácter definitivo— la guerra ideológica de la paz; lo que equivaldría al Finís Hispaniae".
Muchos se preguntan ahora si esto hubiera sido posible de no haber prosperado un cierto derrotismo dentro del catolicismo español, alentado por el avance del progresismo en la propia Roma, que contribuyó indirectamente al giro secularizador dentro de la misma España. Si hubo enemigos precoces en Europa, como Maritain en Francia o Luigi Sturzo en Italia, la embestida se agravó en la posguerra cuando se sumó abiertamente la francmasonería, que llegó a ser legalizada, durante el gobierno de Adolfo Suarez con el beneplácito del Cardenal Tarancón, quien en una rueda de prensa el 25 de mayo de 1979 declaró "estoy contento por la legalización".

Respecto del papel desempeñado por el Cardenal Tarancón durante la "transición" del gobierno de Franco a la llegada de la democracia, o como se llame, el tema ocupa una porción importante del libro, aparte de que Pinar ya se había ocupado in extenso en otra obra suya: "Mi réplica al Cardenal Tarancón" (Editorial Fuerza Nueva, Madrid, 1998).
El propio Cardenal se autoincrimina a través de su libro "Confesiones", donde revela taxativamente la antipatía que había tenido Paulo VI con la España de Franco, complaciéndose en oponerse a la Iglesia triunfante sobre los rojos.
Hoy se sabe que, entre los antecedentes familiares de Paulo VI, su propio padre fue un periodista claramente enrolado en la facción "republicana".
Los vientos de la apertura alentaron a los enemigos seculares de la Iglesia a infiltrarse entre los católicos. Así Santiago Carrillo, el comunista instigador dé la matanza de Paracuelllos de Jarama, pudo llegar a declarar en 1970: "El socialismo (sic) español marchará con la hoz u el martillo en una mano y la cruz en la otra". Y la no menos delincuente Pasionaria, en un discurso en la Cuba de Fidel Castro, en el año 1963 recomendaría no enfrentar a los católicos sino "mezclarse (sic) con ellos para alcanzar la victoria". Lo que, vista la fecha, permite sospechar que ya entonces había católicos dispuestos a una alianza antifranquista, y por lo menos más de uno estimulado por Tarancón.
Largo sería, si no imposible en una breve recensión como ésta, dar cuenta de todos los matices y enfoques que suscita la lectura del libro, así como referirse al tratamiento exhaustivo y textual de muchos hechos que el paso del tiempo ha ido oscureciendo, en muchos casos deliberadamente.
Es importante señalar el carácter de reivindicación de la Guerra Civil Española que se asienta sobre la base de sus ideales y de sus motivaciones profundas, que hoy parecen haber perdido vigencia. Y si es cierto que a la victoria militar no se ha correspondido una victoria ideológica de la misma envergadura, también es verdad que la razón y significación de la Cruzada no ha perdido valor. Al contrario, es el enemigo rojo, ateo y anticatólico el que ha debido quitarse la careta toda vez que la lucha se renueva con otros disfraces.
Esta es la importancia de este libro que arroja luz sobre un período de historia contemporánea que cierta "corrección política" sigue tratando de deformar. No es poco el mérito del autor, quien ya nos tiene acostumbrados a su lucidez y a su fidelidad a la España Eterna. •



19 de Mayo de 2012

Publicado por Revista Cabildo N°95
Mes de Abril de 2012
CULTURA DE LA MUERTE
Miguel DE LORENZO
Los Verdugos de la Corte
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MUCHOS piensan, con buenas razones, que los personajes del teatro griego son como máscaras que representan menos a tal o cual individuo, que a tipos o formas de comportamiento colectivo. Algo parecido opina el poeta Pedro Salinas cuando estudia a los seres decadentes y crueles creados por Valle Inclán, a los que también compara con aquellas máscaras originarias y modélicas: "La furia esperpéntica lleva a los personajes de Valle Inclán a ser modelos de indignidad plástica".
Si nos dejásemos llevar por las similitudes no sería exagerado suponer que tanto griegos como españoles podrían haber sido los precursores ideológicos de esta Corte Suprema, elegida por otra furia, la esperpéntica furia K, que configuró con siete personajes un ancho muestrario autóctono y arquetípico de la declinante condición humana. Al engendro resultante, muestrario de vicios, soberbia, malicia, y desprecio por la vida, algunos decidieron llamarlo Corte "de lujo".
Día a día la realidad nos muestra que, Corte "de lujo" y poder político y buena parte de los medios, han eliminado la posibilidad, siquiera remota, de dar paso a un orden justo en la sociedad argentina.

El "lujo" del abolicionismo es su expresión más trágica y evidente, pero dé ningún modo la única. La corrupción es la otra. Los otros jueces, fiscales y tantos abogados, los que actúan en los tribunales inferiores, se esfuerzan en demostrarnos que son parte del mismo show y que también ellos son marionetas en esa gran farsa judicial. Corte "de lujo", extraño lujo, si pensamos que la integra el mismo que hizo posible que en el país ya casi no se condene más a los criminales.
Porque si es cierto que la sociedad considera a la inseguridad como uno de los mayores males, no deja de ser desconcertante que esa misma sociedad exalte al artífice y responsable principal de la deconstrucción de la justicia. Ahora la Corte raspa el tenebroso tema del aborto.
Mientras leíamos el fallo que habla sobre el aborto nos parecía escuchar el rumor de aquellas líneas del Fausto de Goethe, indicándonos por dónde viene y adonde va a parar eso que los humanos solemos llamar justicia. "Leyes y derechos herédanse de generación en generación, como una enfermedad sempiterna, que se corre de un lugar a otro. La razón llega a convertirse en delirio. La buena acción en una plaga".
Es que sólo así, pensando que la razón llegó al delirio, se puede justificar el asesinato de un hijo inocente apelando a un argumento por demás alucinante: el aborto es ¡para cuidar la salud de la madre!

Ahora mismo, el país entero se estremece porque una madre mató a su hijo de seis años. Pero entonces además del dato —banal— del tamaño del niño ¿cuál sería la diferencia, que hace de quien mata a su hijo de seis años un monstruo y la que lo mata en su vientre "ejerce un derecho"?
El delirio (el fallo) lo pone de esta manera: "la pretensión de llevar adelante un embarazo a todas luces desproporcionado, sacrificio cuya envergadura es imposible de conmensurar". La vida humana y la generación de una nueva vida no admite que se le fijen proporciones. Después de la experiencia de las matanzas del siglo XX en nombre o del Estado, o de las supremacías, es llamativo que la Corte "de lujo" considere que hay vidas proporcionadas y de las otras, que hay vidas y embarazos que valen la pena y que los hay "desproporcionados".
Nadie puede dudar de la dolorosísima tragedia que vive una mujer agredida y violada; nadie, ni siquiera la Corte "de lujo". Debe recibir toda la ayuda y el apoyo del Estado que no la protegió. Lo que sí puede "conmensurar" la Corte es que propone un medio tan desproporcionado como matar, para corregir el sufrimiento. ¿Y el sufrimiento del que van a matar? ¿Y su derecho a vivir? Las pruebas científicas demostrando que se trata de un nuevo ser humano desde el instante de la fecundación son, en todo sentido, abrumadoras. Es evidente que a la Corte no le importan; la ideología de la nada y el odio avasalla con todo.
Lo cierto es que la Corte ha dado la orden de abortar, esto es, de matar y hasta nombró verdugos: los médicos. A fin de implementar tan elevado designio, la Corte "advierte" a los médicos sobre su responsabilidad en estos casos. Y les recuerda "la imposibilidad de eludir sus responsabilidades profesionales". La Corte para la cual la responsabilidad y castigo del violador, que es el.claro y único causante del drama, ni siquiera son mencionadas y sobre las cuales tiene nada que decir, la que logró hacer desaparecer el castigo, porque no hay que criminalizar a nadie, en este caso se pone dura y transfiere el papel del verdugo al médico, amenazándolo en nombre de supuestas responsabilidades profesionales. ¡La Corte los intima a que maten!
En efecto la Corte, cada vez más de acuerdo con los poderes que atenían contra la vida y la cultura, advierte con tono amenazante a "los profesionales —trabajadores— de la salud" (como prefiere llamar el progresismo a los médicos) en un intento de convertirlos en funcionarios del Estado, de un Estado que todo lo puede y que todo lo dirige y decide aún el momento adecuado —"proporcionado"— para nacer y para morir.

Es posible que en lo personal sean incapaces de matar una hormiga; sin embargo, no dejan de hacer manifiesta su desmesurada hostilidad a la vida. Por eso día y noche los ocupa el aborto, la eutanasia, el matrimonio homosexual, la promoción de las drogas, los burdeles, la abolición del castigo a los delincuentes, etc.
Es cierto que la Corte "concede" a los médicos la posibilidad de invocar la objeción de conciencia, siempre y cuando lo declaren por escrito en el momento del ingreso al hospital o clínica. En ese caso no practicarán abortos, aunque tampoco ninguna otra tarea médica, porque —a no dudarlo— serán marginado por la discriminación del propio Estado.
Sostiene que los médicos deben cumplir con sus responsabilidades y piensan que matar es una de ellas (¿ ?) y que el que no esté dispuesto será castigado. La llamada objeción de conciencia no es sino exponer que no se acepta matar a un inocente en el vientre de su madre. La Corte "de lujo" no debe recordar que los médicos juramos de acuerdo a la fórmula hipocrática que antepone la vida a lo demás. El juramento por la vida ¿será ahora la plaga de la que hablaba Goethe?
Mientras todo se complica para los médicos que no acepten matar, para la mujer que pide el aborto, el camino se ha liberado de obstáculos, de cualquier obstáculo, al extremo que una declaración jurada de violación es suficiente razón y fundamento del pedido.
Que además podrá hacerse en cualquier momento de la gestación independientemente de qué tan avanzado esté el embarazo.
Pero sobrepasando aún esas atrocidades, la Corte miente. La "de lujo", trampea y miente puesto que usa la dolorosa cuestión de la violación como caballo de Troya para permitir libremente el aborto. Le miente a un país que —anestesiado y decadente— festeja el fallo abortero sabiendo que todo es una asquerosa mentira qué esconde y posibilita un crimen especialmente siniestro.
Mientras tanto, las iglesias de Buenos Aires permanecen en silencio, como si la sentencia no existiera. Cumplen, tal vez, las directivas habituales de la muda autoridad, que la preside en silencio meticuloso. Claro que algunos se preguntarán: si calla también frente al crimen del aborto, ¿qué cosa en este mundo la haría hablar...?
Asistimos a una penosa teatralización de la justicia, que ha pasado a ser el escenario donde cierta ideología sin ética y sin realidad, junto a sus máscaras "de lujo", representan la grotesca parodia de una justicia sin Dios, deshumanizada, bestial. •

16 de Abril de 2012
La reproducción de viejos números de la revista Cabildo que realizo en elquijote2010, mientras se aguardan sus nuevas apariciónes, son realizadas para el logro de  restaurar una educación y formación de los verdaderos valores nacionales. Los artículos allí exhibidos desparraman verdades destinadas al fin de evitar la sumisión inexplicable de una nación que alguna vez fue cristiana.   


Publicado en Revista Cabildo N° 64
Mes de Marzo de 2007
Editorial
KIRCHNER, EL FUGITIVO
ACTUALIDAD
por Franco RICOVERI
¿ARGENTÍNA ESPERANZA DEL MUNDO"?

Justo al aparecer en los medios esa increíble frase supuestamente de labios papales: "Argentina es la esperanza del mundo", andaba releyendo a Castellani en ese Prólogo-ensayo llamado "Decadencia de las sociedades", que está en "Seis ensayos y tres cartas". Aunque ya sé que el yo es odioso, me tendrán que perdonar porque no me queda sino hablar en primera persona, aunque el que piensa sea otro.
Al leer esa frase me dije: por aquí anda la Providencia. ¡Pero de qué modo absurdo! ¿Es una amarga ironía o una burla siniestra? "Ni lo uno, ni lo otro, ch'amigo" —como dijo el ilustre santafesino citando al sinlustre correntino—, Benedicto XVI es totalmente incapaz de eso. Absolutamente imposible, aunque me taladraba los oídos como si fuese macana...
"Hay naciones que crecen, otras que se estabilizan, otras que retroceden y aun perecen y desaparecen ..." —leía al cura y creía saber por donde estábamos—. "Nación que pierde el sentido de lo sacro, está perdida" —la cita era de Platón, y analizándola en contexto de nuestra historia, pasada y presente, era demoledora—. Ni falta hace el haberse enterado por Aníbal D'Angelo de las porquerías del "Gran Hermano".
Yo estaba convencido de que no siendo un sarcasmo, la frase debía haber sido una inocentada, fruto de la buena intención para con una nación débil en manos de "perdulanos" (vamos a ser finos como Castellani y no llamarlos como me sale a mí).
¿Un invento de Scioli? Quizás... aunque... y seguí pensando, leyendo: "La cima de la actiuidad intelectual es la profecía. El profeta está por encima incluso de metafísica; y de hecho no hay un gran metafísica que no tenga une punta de profeta. La razón es que el profeta es a la vez profun do como el metafísica, y concrete como el político".
¿Por qué misteriosos caminos quizás lo absurdo sea una profecía: Desde ya que las profecías no suelen ser razonables, porque si no más que profecías serían deducciones o predicciones lógicas. La: profecías sorprenden y golpear con lo inesperado, como para mos tramos que detrás de todo está el Misterio.
Y los profetas aparecen en la crisis, cuando hay un tironeo (come dice su etimología griega) entre le que debemos ser y lo que somos podría ser ahora, cuando vemos le que no somos: un país en serio (< pesar del slogan barato del Irreprochable Mr. K.).
"Jerusalén, Jerusalén que matas a los profetas..." (San Lucas XIII) dijo Nuestro Señor cuando e pueblo judío mostraba su infidelidad. "¡Cuántas veces quise junta a tus hijos, como la gallina a su: polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!" ¿Y son males los que profetiza? Al fin se verá que no — al final de los tiempos, digo— "hasta que llegue el tiempo en que di gáis: Bendito el que viene eí nombre del Señor...
La voz profética advierte para que esperemos y no nos sorprendamos. Y si es que el Papa Benedicto XVI profetizó algo, es todavía más sorprendente que la destrucción de Jerusalén —que se podía olfatear—: es la resurrección del muerto que ya hiede.
La Argentina está muerta, y una de las causas Castellani la describe así: "Un pueblo que mata a sus maestros naturales está perdido, y no hay más que llorar sobre él. Un pueblo que mata a sus maestros naturales se saca los ojos. No es necesario que los mate físicamente, basta que los mate como maestros. Basta que al escritor que sabe, por ejemplo, no le deje editar sus libros; basta que al escritor que construye, no le deje difundir sus escritos; al escritor que tiene la palabra de la salud, le haga el vacío delante y entorno. Ese pueblo se vuelve voluntariamente ciego. Y entonces se hace guiar por otros ciegos, pues no puede ver que son ciegos. Y se precipita al abismo". Que es donde estamos, ¿o no?
Per crucera ad lucem; todavía hay algo esperanzados Ciertamente que Argentina tiene la tradición hecha carne de matar a los maestros y colocar en su lugar a pseudo-maestros (falsoprofetas). La historia de nuestra "cultura" es muestra palmaria "desto". Dondequiera que se encuentra la virtud en grado eminente es perseguida y despreciada, le explicaba Don Quijote a Sancho. Y el dondequiera acá es totalitario, nada se le escapa... salvo el infinito poder de Dios. Nos duele ver cómo se ha destruido la escuela argentina, la Universidad y hasta nuestra misma Iglesia local (porque la "Santa y universal" es intocable). Ver que leemos menos, que somos menos, que ya ni con los peores nos podemos comparar (¡ay, que me da bronca decirlo!), ver eso, decía, es t-e-r-r-i-b-1-e... y sin embargo, aunque suene absurdo: hay una esperanza.
¿Se sale de la imbecilidad voluntaria? Por cierto que no con fuerzas propias. Se sale con la fuerza que viene de lo alto (si a Él le place —y quizás le plazca—), y con la fuerza milagrosa de esos maestros que matamos, pero que aún están. Castellani, por nombrar a uno, fue perseguido, ignorado, maltratado, despreciado, pero todavía está y eso es Providencial, porque no abundan por el mundo los Castellani, ni los Hernández, ni los Menvielle, ni los Sáenz (y termino aquí aunque podría escribir varios renglones).
Cuando el magisterio "católico-oficial" nos muestra terriblemente su esterilidad histórica, cuando ya no se oyen voces claras ni desde los pulpitos (que por lo pringosos y blanduchos a veces parecen pulpitos —¡oh, maravillas de la acentuación!—), cuando las reservas de la Nación ya no existen y la gente está embrutecida con Tinelli o con el "Gran Hermano"; ahí es cuando la voz del profeta se levanta y nos abre al Misterio.
La conclusión del cura era parecida: "En fin, nuestro grande y hermoso país está en decadencia política, educacional y moral en forma que no vemos el remedio. Es un proceso que viene de muy atrás y seguirá adelante si Dios no lo remedia, pues sólo Él puede remediarlo, quién sabe cómo".
Y propongo que nos aferremos a lo dicho por el Papa como si fuese en serio una profecía (que quizás lo es), poniendo los medios posibles como para que Dios pueda obrar. Si leíamos que "un país que mata a sus maestros está perdido", más que nunca tenemos que resucitarlos con lectura y difusión, con reconocimiento y afecto hacia los que todavía están vivos (aunque, como corresponde, anden magullados) y hacia los que ya no están entre nosotros —porque a decir verdad, nunca se los puede matar del todo—.
Si en otros tiempos el encontrarnos con alguno de aquellos maestros cambió nuestra vida, por qué no ser agradecidos y transmitir esa Vida reencontrada a los demás. Quizás alguna vez, insistiendo con el remedio, hallemos la cura. "Los sabios son aquello por lo cual se conservan, se sustentan y acrecen las naciones..." citaba el cura a Alfonso X el Sabio. Y aunque no los merecemos, los tenemos, Deo gratias! •



31 de Marzo de 2012
Por otro 2 de Abril
2 DE ABRIL, ESPADA Y CRUZ
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Nos han cambiado en estos años los nombres verdaderos de las cosas. Nos falsificaron la historia que hemos visto y vivido, con la misma osadía con que nos roban el alma nacional. La confusión, el olvido y la infidelidad predominan. Por eso corresponde una vez más aclarar y recordar. Ser leales con la memoria, con la palabra y con los hechos. Ser leales a los caídos y a quienes sin rendirse aguardan el momento de repetir la gloriosa reconquista.
Primero —corrían todavía los días de la guerra— se insistía en calificarla como una maniobra política frente a la cual había que marcar una fría distancia.
No faltó el oscuro periodista de Río Negro que en carta vergonzosa a un destinatario complaciente, renegó de la gesta porque “Los sentimientos nacionales —según expresaba— no han sido favorables al progreso humano”. Hoy, este sujeto ocupa el Ministerio de Educación y Justicia, y quien recibió, aprobando, semejante correspondencia, es uno de los libretistas más cotizados de la fabulación oficial sobre los derechos humanos. Éste es sólo un ejemplo apenas, del clima de traición en el que estamos envueltos…
Es claro que la gesta del 2 de abril era una maniobra política; de política soberana, altiva, varonil y guerrera. Por eso no la pueden perdonar los cobardes y los renegados.
Después, cuando las acciones bélicas no nos fueron favorables, se empezó a justificar y a planear la derrota con argumentos tan indignos como falsos. La moral de los vencidos reemplazó al mandato de los héroes, y para consumar sus propósitos acudieron a todos los recursos, desde la sensiblería más cursi, hasta la diplomacia del gallinero. Nadie faltó al complot aún no investigado, excepto aquellos que tenían su corazón o su cuerpo peleando en Malvinas.
Ninguno de los presentes en aquella traición han sido castigado. Por el contrario, hoy gozan de poder y de cargos importantes. Los únicos castigados y perseguidos son los que pelearon con orgullo en las dos guerras justas que se libraron en este siglo: la guerra contra el marxismo y la guerra contra el enemigo anglosajón. Si esto no sacude de rabia y no arrebata los espíritus hasta la revancha y la victoria, es porque no se tiene sangre de argentino entre las venas…
Y se nos dijo entonces —y se repite por todos lados— que gracias a la derrota hoy gozamos de democracia. Si esto es cierto, define por sí al gobierno instalado: gobierno de los claudicantes en contra de la grandeza nacional. Y si se habla de la supuesta libertad recuperada, cabe reaccionar urgentemente contra esto, con la sentencia del Gral. San Martín: “Maldita sea tal libertad. No será el hijo de mi madre el que vaya a gozar de los beneficios que ella proporciona”. Quien compensa el fracaso de las armas con el éxito de las urnas, y el dolor del abatimiento con el placer del libertinaje, es un traidor a Dios y a la Patria.
Pero no era suficiente descalificar al 2 de abril considerándolo una vulgar maniobra política. Era preciso algo más grave, algo más canallesco y ruin todavía.
Era preciso borrar de la inteligencia y de los ánimos el orgullo y la pasión por la gesta reconquistadora; era preciso manosear lo ocurrido, hacernos sentir culpables por haber ido al frente. En una palabra: era preciso desmalvinizar la Argentina. Este es el único genocidio por el que nadie reclama tribunales: el estar matando la gloria y el honor de un pueblo que, como pocas veces, mereció ese nombre, peleando por su soberanía…
En Malvinas hubo sangre derramada, hubo hazañas y hubo próceres cuyos nombres ya no pronuncia ni recuerda nadie, hubo oraciones compartidas al pie de la trinchera, hubo jefes que marcharon con dignidad y subalternos que se comportaron como jefes, hubo ejemplos y testimonios inolvidables, sacrificios, abnegación, desinterés y arrojo.
Y hubo algo que no podrá negarse con películas infames o libelos canallas: ninguno de los caídos, ninguno de los muertos, acabó su vida maldiciendo la guerra. Cerraron sus ojos entre rosarios, el cuerpo hundido entre la turba, pero la cara al sol buscando los luceros; y ellos están presentes con nosotros.
Que nadie se confunda: los ingleses en Malvinas recibieron la paliza del siglo y pasaron los momentos más negros en la historia de su flota pirata. Otro hubiera sido el resultado sin la ayuda de los yankees y de los chilenos, otro hubiera sido el resultado de gobernar en esas islas un caudillo guerrero en vez de un repartidor de televisores. Y otro va a ser el resultado cuando volvamos firmes y dispuestos a vencer o morir.
Tampoco vamos a negar que necesitamos auxilio y asistencia; pero nos duele y nos llena de espanto ver tantos que utilizan su condición de excombatientes para dar lástima, o para sumarse al resentimiento del marxismo, al que jamás le importó la Nación y ahora pretende interesarse por las Malvinas y sus soldados. El comunismo es tan apátrida como ateo, y no puede entender ni asumir como propia una guerra en la que se pelea bajo el lema “Dios y Patria o muerte”.
En estos días que corren tenemos que estar alertas de un modo muy especial. La desmalvinización está manejada desde el poder político y todo lo que éste realiza aumenta nuestra derrota. Ninguna ofensiva exterior soberana funciona actualmente. Si realmente les importaran las tierras australes, en vez de proyectar un descabellado traslado de la capital empezarían por atacar con aciones y no con verborragia, empezarían por movilizar al pueblo con una mística de batalla y no adormecerlo y encanallecerlo con la pornografía.
Entonces, sí, se avanzaría de verdad hacia el sur, hacia el mar, hacia el frío. Y seríamos nosotros los primeros en enrolarnos para esa marcha grandiosa.
Y en estos días que se avecinan, los excombatientes y los jóvenes debemos estar en estado de alerta. Se nos va a hablar de la paz hasta la saturación, y montones de hipócritas, a quienes nada les interesa respetar las enseñanzas de la Iglesia de Cristo, serán los primeros en hablar de la paz como si supieran lo que dicen.
Nosotros le hemos escrito al Santo Padre con el afecto y el respeto que nos merece. Le hemos escrito en nombre de la verdadera paz que nace de la justicia y del orden. Le hemos pedido que bendiga nuestra guerra justa y que al igual que en Polonia, hablándole a sus compatriotas, nos anime a resistir tenazmente y esperar la hora de la victoria marcada en el reloj universal de la historia. Y le hemos recordado al Papa unos versos de un poeta polaco que gustaba repetir el Padre Popieluszko, mártir de Cristo, asesinado por los comunistas:
“Cruces y espadas, tal es nuestro destino…
Herir por doquier la perdición y el mal
de que no terminamos de librarnos…
Gritar que somos infatigables,
que nuestro corazón quebrado en nuestro pecho
no se doblegará, no cambiará…
Y leer en los siglos la suerte elegida…
La muerte es perecedera; la fe, eterna”.
Cruces y Espadas es lo que necesitan los combatientes. Cruces y Espadas es lo que necesita la Patria para hacer realidad una consigna que venimos repitiendo desde junio de 1982:
¡Malvinas volveremos!
¡Malvinas venceremos!
¡Viva la Patria!
V.G. Marcelo Alvarado


23 de Marzo de 2012
El aborto de Aguinis

Por Antonio Caponnetto

El martes 20 de marzo, desde las páginas de La Nación, el conocido trapisondista que responde al nombre de Marcos Aguinis salió a defender el reciente fallo abortero de la Corte Suprema, mediante un suelto al que tituló “El aliento de vida”; pero que por mejor nombre debió llamarse “Asnología”, e integrar el inquietante repertorio de burradas insignes que bajo tal nombre ha recopilado José Antonio García Ramos.
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Varios roznidos aporta el autor a la causa homicida de la Corte, sorprendiendo el primero por su craso determinismo y fatalismo atroz. En efecto –escribe el rucho- si la niña de 15 años eximida de toda culpa por eliminar a su bebé no lo hubiera hecho, “esa madre no sería una madre normal y feliz, ese niño no sería una persona equilibrada”.
Cómo ha llegado Aguinis a profetizar ineluctables e irrevocables desdichas, es un secreto que albergará su diván. Cómo se le restituye la felicidad y la normalidad a una mujer que ha matado a un hijo inocente, tampoco se explica. De cuño espartano, en cambio, es su opción por una persona asesinada antes que desequilibrada o enferma. Tal vez ronde próxima la DAIA con su medidor infalible de deslices discriminatorios, para sentenciar si el jumento ha incurrido en tan fatales conductas.
Pero esta fiesta de Crimen Para Todos, que acaba de organizar la gavilla de Lorenzetti -fiel al modelo nacional y popular- ha resultado empañada una vez más, según Aguinis, por “el dogma de la más importante vertiente del cristianismo, que es la Iglesia Católica”, la cual insiste en condenar tan inocuas prácticas restituidoras de la felicidad y la normalidad a las mujeres.
No obstante, y para que nadie lo suponga preñado de animadversión hacia la Iglesia, nuestro garañón confiesa sus simpatías por la misma desde los tiempos en que tomaba “vino del Rhin” en un restaurante de Friburgo, atendido por “monjas simpáticas y al que concurrían muchos sacerdotes”. Por boca de ellos se enteró “sobre los preparativos del Concilio Ecuménico II”[sic],y también por ellos asistió invitado “a ceremonias ecuménicas con protestantes, griegos ortodoxos y judíos, cosa imposible de imaginar en la Argentina de entonces”.
Así, místicamente, entre los brebajes y las comilonas en el Albertus Burse, rodeado de pretes conciliares y de rituales sincretistas, Aguinis descubrió sus ternezas por la Iglesia Católica, la cual –“libre ya de las sanguinarias cruzadas y la delirante Inquisición”- se dedica a “acciones positivas” como la “defensa de la libertad de conciencia, respeto a cultos diversos, intensa acción solidaria con los desposeídos, continuos llamados a la paz, prudente lucha contra los agravios a la democracia”. Una especie de pintoresca ONG, sin la molesta y anticuada preocupación por saber si su Cabeza es Cristo y si Cristo es Dios. “Una secta disidente israelita servida por un personal italiano”, como ironizó impíamente Jorge Luis Borges.
Y tanto simpatiza con esta “iglesia católica” el afamado pollino, que no trepida en aconsejarla bien: que cese de sostener la diferencia entre varones y mujeres, la ilicitud de los medios anticonceptivos y la negativa a que las féminas puedan “acceder al obispado”. Pero sobre todo, que termine de condenar y de reprobar el aborto, porque “ya no es aceptable que se atente contra la libertad de abortar un hijo no querido con el argumento de que se asesina una vida inocente”.
Nadie ose pensar que Aguinis está queriendo desnaturalizar y pervertir a la Esposa del Señor. Tampoco roce alguno su pensamiento con la conjetura maligna de que el celebrante de las gestas del marrano esta befando una vez más el rostro santo de la Barca. No; nada de eso. Tales reconvenciones sostenidas con admonitorio gesto tienen lugar, sencillamente, porque lo contrario le “genera [a la Iglesia] una deserción de fieles”, y no es cuestión de perder la clientela. Bastante escrupuloso estuvo ya el paisano Judas, que devolvió los denarios y encima se ahorcó. Si al fin de cuentas todo lo que habían hecho él y sus empleadores hebreos era prefigurar el fallo de la Corte y matar a la víctima.
La agudeza del rucio no parece dispuesta a detenerse, en esta su nota impar. Habiendo desechado que cuando se aborta se asesina la vida de un inocente (¿de qué será culpable?), acota para una antología del cinismo: “Si la madre y el médico son asesinos por terminar con un embarazo no querido, ¿quién es el asesino de los abortos espontáneos? ¿Dios? ¿Por qué esa ‘vida inocente’ en el vientre materno no es protegida por el Señor Omnipotente? ¿Tocamos el absurdo?”.
No es propiamente el absurdo lo que está tocando Aguinis con esta farsa argumentativa, sino algo más trágico que se llama blasfemia. Porque va de suyo que en una muerte naturalmente ocurrida –sea a la edad de la vida que sobrevenga- no hay asesinato alguno, y que un aborto espontáneamente advenido no tiene responsables culposos, sino padres dolientes que jamás podrán olvidar el desgarrón de esa vida trunca. Sabemos empíricamente de qué estamos hablando. Explicarle a tamaño burro porqué el “Señor Omnipotente” nos dona y nos quita la vida o los bienes cuando su justa providencia lo dispone; porqué no abandona a ninguno de sus hijos, mucho menos cuando los llama a su seno, es algo que escapa a sus merecimientos intelectuales y morales. Si el zopenco supiera que Job no es un sustantivo inglés sino el nombre de un personaje veterotestamentario, algo podría colegir al respecto.
Quedaba por alcanzar la cima mayor de la estulticia y de la burdísima ignorancia, y Aguinis conquistó el anhelado trofeo. Sumando a sus muchos títulos –como el de arrebatador de la gloria de Edipo, injuriador de San Cirilo de Alejandría, inventor del Prondec, invertidor de la Cruz o pavo real- decidió convertirse en exégeta bíblico, y nos regala esta perla interpretativa a la que no arribaron siquiera las testas de Spinoza o Teodoreto: “El primer hombre se llamó Adán[...]. La versión más difundida es que fue modelado con tierra por las escultóricas manos del Creador. Lo hizo completo, con vísceras y pestañas, con labios y uñas. Era un feto grande. Una ‘vida inocente’, como se dice en la actualidad. Pero no tenía vida. No la tenía y no la tendría si Dios no le insuflaba su espíritu, que vendría a ser el oxígeno que le permitiría respirar. Sin oxígeno (que en la antigüedad no se conocía y se llamó aliento o soplo o espíritu) no habría existido el primer hombre. Los sucesivos nacimientos siguieron ese modelo: una previa configuración, que adquiría vida autónoma al inhalar el oxígeno [...]. Formó Dios al hombre (Adán) del polvo del suelo (adamá) e, insuflando en sus narices aliento vital, quedó constituido el hombre como ser vivo [...]. Dios insufló ‘en sus narices el aliento vital y quedó constituido el hombre como ser vivo’. Se refiere a las narices, no al embrión. Se refiere al aliento vital, que no puede ser sino el oxígeno. Recién entonces se constituye el hombre como ser vivo, según marcan las Escrituras. No cuando era un simple embrión”.
Una primera y relevante consecuencia se sigue de la hermenéutica aguiniana. Y es que en lo sucesivo, las diferentes y valiosas agrupaciones Pro Vida deberán constituirse en defensoras a ultranza de narices, puesto que por tamaño órgano, está visto, penetra la vida. ¡Cesen los genetistas y neonatólogos sus arduos exámenes científicos sobre la vida y el desarrollo del nasciturus! Es la hora de las pituitarias, el glorioso y postergado turno de los otorrinolaringólogos. Dios hizo vivir a los nasos, no a los embriones; y adelantado fue Quevedo que supo decir aquello de “érase un hombre a una nariz pegado”.
Una segunda consecuencia de la erudita exposición del onagro es el obligado cambio de rumbo que deberán hacer de ahora en más los teólogos de todas las escuelas y corrientes. Al fin sabemos que Dios es un enfermero eficiente, un adelantado de Carl W.Scheele –el descubridor del oxígeno- que con su inmenso tubo a cuestas iba desparramando vida de napia en napia y de trompa en hocico. Por suerte, y con el paso de los siglos, llegaría Cristina Kirchner para abreviar el nombre de tan salvífico elemento, llamándolo “cero”, a secas. Según el neo-biblista Aguinis, antes de que el “feto grande” hecho de barro recibiera su primera bocanada de oxígeno, fuera del vientre materno, no tenía ni tiene vida. Ergo, si la Corte decide achurarlo panza ad intra, aplaudamos el hecho.
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Al fin un corolario tercero se desprende del análisis del levita cordobés, y está llamado a revolucionar el universo de la antropología. “Los sucesivos nacimientos” –le hemos leído- “siguieron ese modelo[el de Adán]: una previa configuración, que adquiría vida autónoma al inhalar el oxígeno”. ¡Tantos debates semánticos estériles agitándose en el terreno de la metafísica, de la medicina, de la bioética, y Marcos Aguinis tenía resuelto el dilema valiéndose de un tropo informático! ¿Qué es el hombre?, se preguntaba Hamlet. ¿Qué es el hombre?, nos preguntamos todos. He aquí la respuesta final y unívoca: una configuración, a la que recién se puede tener por viva cuando inhala un poco de oxígeno autónomamente. Como el windows xp si no lo agarra el virus troyano. La nobel periodización aguiniana no abriga dudas: antes de la oxigenación nasal asistida por un extraño demiurgo neumonólogo, no hay vida; después sí, aunque su duración dependerá de la cantidad de delincuentes que dejen en libertad los mismos jueces garantistas de la Corte Suprema.
Ironías al margen, es demasiado grave que este sujeto indocto y fatuo tenga un espacio público desde el que desgranar el error, la mentira, la confusión y la ignorancia. Y que una vez más, no haya obispo dispuesto a salvar la ofensa que le ha propinado la Iglesia y a reponer el orden alterado. Demasiado grave, incluso, que se justifique el asesinato de las criaturas por nacer con una retorcida y estúpida interpretación bíblica.
Se cuentan por decenas los textos escriturísticos en los que la vida del embrión es considera sagrada e intangible; como querida y premiada por Dios es considerada la tarea de los padres de engendrar un hijo. Embrión, hijo o fruto de las entrañas maternas, no nariz oxigenada por una deidad que nos saca de la hipoxia.
A la vista está el Salmo 138, 13, cantándole al Señor: “Tú formaste mis entrañas, me tejiste en el seno de mi madre”. El libro de Jeremías, en el que Dios dice al profeta: “antes de formarte en el seno materno te conocí” (Jer. 1,5); los pasajes del Génesis en los cuales el Altísimo ordena engendrar y parir; y hasta los mellizos de Rebeca que combatían dentro de su vientre (Gén. 25, 21-22). Cuando el Señor castiga a María con la lepra, Aarón dirige esta súplica: “no sea ella como un aborto, que al salir del seno de su madre tiene ya medio consumida la carne” (Núm. 12, 11). Sin olvidarnos el explícito y conocido pasaje del Libro del Éxodo (21,12), en el que se dispone el castigo recio e inflexible para quienes “trabados en riña dieren un golpe a una mujer encinta, de modo que aborte”. ¿Se humillaba el Apóstol San Pablo cuando se llamaba a sí mismo “aborto” (I.Cor.15,8), o se estaba ponderando, anticipándose al fallo de Lorenzetti y sus secuaces? Cuando la misma y terrible metáfora es utilizada por San Ignacio de Antioquía, ¿debe entenderse que la rotulación escriturística de alguien como un abortivo es un encomio, o el más agraviante de los epítetos que uno pueda cargar sobre sus hombros para expresar su nadidad?
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A la vista de estos escogidos pasajes –que no son los únicos, pues también el Salterio abomina de quienes andan derramando la sangre inocente de sus hijos- es cuanto menos una canallada salvaje valerse de la Biblia para justificar y aplaudir el fallo crapuloso de la Corte Suprema. Cuanto menos, decimos. Cuanto más cabe otro nombre, pero las meretrices no tienen la culpa de todas las filiaciones que le brotan, maguer sus sanitarias prevenciones.
Aguinis dice pertenecer a una camándula de intelectuales opugnadores del Gobierno. Y Cristina se dedica más que a gobernar, a criticar cada artículo de los medios que presume opositores. Aguinis aprueba el aborto. Cristina ha dicho que no lo promueve ni lo busca. ¿No era una buena ocasión para que la presidenta reuniera a sus aplaudidores lacayunos, con alguna de las excusas que lo hace habitualmente, y dijera en público, con la noteja de Aguinis en la mano, que “La Nación miente”, y que su autor incluso destila “un tufillo racista”, al predeterminar quiénes tienen que morir para no vivir padeciendo desequilibrios o traumas?
Ocurre que el antioficialismo de los innúmeros Aguinis es un escandaloso bluff. Son sirvientes del Régimen, esbirros de la democracia, agentes del sistema cuya perversión prohíjan, potencian, usufructúan y medran. Cuando hay que matar inocentes –sus cuerpos o sus almas- están codo a codo con quienes dicen diferir o confrontar.
Y ocurre que la oposición al aborto de Cristina es un fraude inicuo. No sólo porque no ha protestado contra el fallo de la Corte –que contiene a algunos de sus amigos, como un sodomita prostibulario y una atea invertida- sino porque, desde hace años, tiene desplegada y ordenada a sus infernales huestes para impulsar el derecho al aborto en el ámbito legislativo. Tales los casos, entre otros, de María Elena Chieno, Silvia Risko, María del Carmen Bianchi, Gloria Bidegain, Mara Brawer, y un sinfín de esperpentos.
“Es un tema para el debate tranquilo, no para los anatemas”, concluye Aguinis su culposo dislate. Y reclama "un consenso[...] que mantenga a la religión -y a la Iglesia Católica en especial- en una postura acorde con las necesidades de la actualidad".
Las necesidades de la actualidad de Aguinis están sobradamente cubiertas con sus recursos múltiples de betsellerista fenicio y de Epulón sin atriciones. Que se entregue nomás al consenso de sandeces rentadas, con tantos otros de su mísera laya. Pero la primera necesidad de la actualidad de los niños por nacer es la de ser alumbrados, recibidos, criados y educados cristianamente. Sean el fruto de una violación horrenda o del más amoroso acto conyugal. Si lo primero, porque un mal no se remedia con otro mal. Si lo segundo, por razones obvias.
En pos de esos niños por nacer cruzamos hoy espadas. Contra la Corte, el Gobierno, la intelligentzia judía o la inacción lacerante de la Jerarquía Católica.



10 de Marzo de 2012
Publicado en Revista Cabildo N°94
Mes de Marzo de 2012-3era.Época
COSTUMBRES MODERNAS
Ernesto R.ALONSO
El Naturismo de los Nudistas
(Una reflexión sobre Playa Escondida)

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LA INVISIBLE OPRESIÓN DE LOS NÚMEROS
Crece el nudismo en Mar del Plata", reza uno de los titu¬lares de "Verano 2012", del martes 10 de enero, en la página de Sociedad que "La Nación" dedica a las noticias veraniegas. La noticia da cuenta de la actividad nudista en el balneario Playa Escondida, al sur de Mar del Plata. Tres cosas llamaron mi atención y son ellas otras tantas ocasiones para reflexionar sobre este fenómeno del nudismo.
La primera cuestión está referida en el titular y en la bajada de la noticia. Se trata del crecimiento del nudismo en Mar del Plata. "Veinte (20%) más de adeptos se suman por año. Uno de cada cinco practicantes es debutante". Por supuesto, la "avanzada" de la tendencia la han aportado extranjeros.
El punto que me interesa examinar es que suele esgrimirse el tópico del "crecimiento vegetativo" como un argumento a favor de la consolidación de una tendencia y su presunta naturalidad o bondad inclusive. Estimo, contra cierta moda "cuantitativista", que el crecimiento porcentual señalado en la noticia puede indicar cualquier cosa y sería una imbecilidad manifiesta que porque veinte sobre cien sujetos deciden bañarse en cueros, cada año, pueda suponerse que se trate de algo que deba ir aceptándose. La noticia solo afirma, como lo que suele decirse al pasar sin ánimo excesiva¬mente triunfalista, que al principio eran pocos y ahora son cada vez más. Cabe decir, por otra parte, y tratando de hilvanar un juicio crítico a esta línea argumental, que también son cada vez más los jóvenes que se drogan, más las personas que mueren en accidentes automovilísticos y más fueron también las mujeres asesinadas durante el 2011 por motivos personales (cfr. "La Nación", jueves 12 de enero de 2012, pág. 16). Y puedo estar seguro de que nadie en su sano juicio ve estos crecimientos o aumentos como un positivo signo de los tiempos o peor como tendencias que debieran admitirse.
Los crecimientos cuantitativos pueden indican todo, cualquier cosa y, en último análisis, nada. La curiosidad, se sabe, es una condición inseparable del hombre. Pero además de la curiosidad que acompaña a la admiración, como origen del filosofar, también tenemos una no desdeñable experiencia de "curiosidad malsana", aquella que alcanza y traspone los límites del morbo estúpido. Esta curiosidad es el correlato del "afán de novedades" que igualmente retrata la condición humana. Lo exótico, lo excéntrico, lo extraordinario siempre llamarán la atención del hombre. Sobre todo de aquel que, como hoy, vive más pendiente de novedades rutilantes que de verdades substantivas, las cuales no suelen cambiar permanentemente. En suma, el argumento "son cada vez más, luego, debiera aceptarse, promulgarse o legislarse", si llegara el caso, es francamente ambiguo, sofístico o un suicidio colectivo.
Añadiendo una nota más que aclare los alcances de esta práctica creciente diría que no es difícil convencerse de que el hombre es capaz de acostumbrarse casi a cualquier cosa y, debilitadas sus fuerzas psicológicas y sus clarividencias morales, como hoy lo están, es pasible de ceder a cualquier capricho, moda, cambio de temporada, inclinación, tendencia, ocasión o tentación - si se acepta el término teológico-moral. Psicológicamente el hombre puede acostumbrarse al bien o al mal. El acostumbramiento a algo no prueba ninguna suerte de tendencia natural. Al contrario, y esta es mi tesis aquí, bien podría pensarse que el acostumbramiento a la desnudez propia y ajena guarda relación más bien con un relajamiento de los perfiles psicológico-morales de la identidad y de la intimidad personal y familiar.
¿ES NATURAL EL NATURISMO?
La segunda cuestión que ha llamado mi atención es el uso del término "naturismo" —las comillas son mías— que el autor de la nota emplea para describir el fenómeno del nudismo. La práctica del nudismo está asociada con el naturismo. En dos ocasiones, el término naturismo reemplaza a nudismo. Destácase, en primer lugar, el "aporte hecho por extranjeros que, cultores del naturismo en sus lugares de origen " eligen playas habilitadas para el nudismo (en Argentina y en Sudamérica) y, en segundo término, la referencia a Playa Escondida "única playa naturista del país". Casi al final de la nota no es sorpresiva la mención del argumento "familiar". "También se destaca la presencia de grupos familiares. Hay decenas de niños por la playa, a la vista de varias parejas que, desnudas o en topless, disfrutan del parador", refiere el autor de la nota retomando la idea de José Escoriza, responsable de Playa Escondida, quien había elogiado que en un principio el nudismo estuviera asociado a la tranquilidad, la intimidad y la familiaridad. Por último, imposible es que en estos tiempos esté ausente la referencia a lo "gay friendly" que desde luego también caracteriza a Playa Escondida. ¡Y lo bueno que así parece que sea pues la amigable presencia de homosexuales de toda condición aporta una "importante cantidad de clientela local y del exterior"!
El naturismo mentado en la nota es el carácter natural de la desnudez. Los visitantes de Playa Escondida están acostumbrados a la desnudez y los cuerpos desnudos les parecen naturales. Aquí está la clave de todo el asunto. Es uno de los errores más terribles de la modernidad el haber puesto en el mismo plano de igualdad lo "espontáneo" con lo "natural". Que es lo mismo que decir que los han extraviado. El habla, el lenguaje —por ejemplo-— es natural en el hombre y es además espontáneo como indicativo de abierto, franco y exterior. Muy cierto es que el hombre además habla interiormente en el silencio de su conciencia. Y el silencio es un lenguaje. Proteger la intimidad física y aún espiritual es también natural pero desde luego que no es un acto humano que exija apertura y desinhibición. Al contrario, la reserva y el ocultamiento se compadecen perfectamente con el carácter natural de la intimidad. No debe confundirse, como suele hacerse, lo "íntimo" con lo "interno" y lo "público" con lo "externo". Este falso principio es el que lleva a la conclusión errónea de que los cuerpos, en razón de que serían "externos", puedan exhibirse sin inconveniente alguno.
Yo creo más bien que el naturismo referido en la nota es la "venta publicitaria" de la desnudez bajo el fementido argumento de que es natural hacerlo. Los que la practican no son portadores de ningún "prejuicio estético", el único patrón normativo que parece preocupar. Menos preocupa el "efecto social", vale decir el hecho de que haya niños en dicho espacio. Para nada está mal vista esta presencia. Al contrario, el argumento es que los grupos familiares y los niños hacen natural al naturismo nudista. Por tanto, no
es que el nudismo contamine a los niños; al revés, es la presunta inocencia de los niños la que "legitima" la "bondad" o "naturalidad" del nudismo. Parece horrendo sostener esto pero es lo que, retorcidamente, está sugerido en la nota. Y la referencia a lo "gay friendly" cierra el círculo de la ideología naturista y lo refuerza. Nada de "patologizar" ni de "demonizar" a la homosexualidad, entiéndase. La equivalencia socio-lingüística entre "gay friendly" y "naturismo" consolida ambos tópicos mediante el sencillo expediente de naturalizar la homosexualidad y desdramatizar el nudismo. Natural sería la homosexualidad y los homosexuales; luego, perfectamente natural es la práctica del nudismo si esa "clientela" la sostiene. ¡Todos los cabos de la disolución cultural y moral que nos abruman están bien ensamblados aquí casi como quien no quisiera decirlo tan abiertamente!
Por otra parte, si fuera tan natural el nudismo no habría necesidad de practicarlo, es decir, de convertirlo en una suerte de ritual social. Como tampoco sería necesario buscar lugares ocultos, como Playa Escondida, para protegerlo de los fisgones. ¡Escondida es el nombre asignado para el nudismo naturista! ¡Vaya paradoja! Por fin, si el nudismo fuese tan natural no tendríamos necesidad de "definirlo" con una "palabra" específica. No andaríamos justificando lo bueno y "natural" que es ir al "deck" gastronómico a almorzar o merendar tan desnudos como se va a la playa. El darnos cuenta del "nudismo" y protegerlo con un sistema de palabras, sitios, lugares, tradiciones, números crecientes y otros recursos defensivos, nos pone en la segura pista de que no nació con el hombre sino que se trata de una deliberada y rigurosa "mise en scéne". El nudismo es la pretensión de artificiar la desnudez a expensas, precisamente, de desnaturalizarla.
LA MORAL DE LOS DESPREJUICIADOS
La tercera cuestión que me interesa examinar es el sistema moral de los nudistas. Si no andamos desnudos todo el tiempo y en todo lugar sería a causa de los represivos "prejuicios sociales" o "prejuicios religiosos" que anidan inconcientes en buena parte de la sociedad y resisten dicha práctica.
Pero si uno lee con cierta advertencia la nota se dará cuenta de que los prejuiciosos son ellos y que de ninguna manera han logrado superar algún tipo de prejuicio. En efecto, si ellos son tan desprejuiciados qué temor tan grande tienen a las "cámaras fotográficas o las filmadoras".
El argumento decisivo en torno a un orden moral oscuro que parecieran atisbar —pero de cuya existencia no se dan cuenta— viene a continuación. "Los habitúes saben muy bien cuándo un flash tiene que ver con el morbo". ¡Increíble sentido moral! ¡Qué fantástica capacidad para discernir el bien y el mal en un dispositivo tecnológico como es una cámara fotográfica y más aún un flash! "Saber muy bien" es un juicio de lo concreto aquí y ahora bien desarrollado que, al parecer, los asiste. Y tan desarrollado está que no solo se presume el discernimiento de lo bueno y lo malo —"el morbo"— sino que concomitantemente edifica un sistema disciplinario que protege a los buenos y castiga a los malos. "Una advertencia", primero y si "el mirón insiste", lo ponen de patitas en la calle fuera del balneario. ¡Estos tipos serán nudistas pero tienen una moral de hierro! Distinguen en un flash el terrible mal moral del "morbo" y tampoco se andan con vueltas. Disciplina sólida mediante advertencias y expulsiones. Para los "mirones-unfriendly" ni el saludo, ni averiguar si en realidad tienen alguna otra intención que no saben, o no pueden, expresar paladinamente.
En conclusión, "nada nuevo bajo el sol" pues siempre las historias de desprejuiciados acaban de la misma manera, a saber, revelando prejuicios más tenaces y justificando y ejecutando prácticas penitenciarias para "separar" a los "malvados" de la comunidad de "elegidos", que. conjeturamos, son ellos. Aunque ellos no lo quieran decir demasiado. •


5 de Marzo de 2012
PARA RECORDAR NOTAS DE UNA REVISTA ARGENTINA



Publicado en Revista Cabildo N° 63
Mes de Marzo de 2007-3era.Época
Cultura de la vida
 Declaración del Instituto de Filosofía Práctica con motivo
de la autorización judicial a practicar un aborto en Mar del Plata
"No fue Dios quien hizo la muerte ni se recrea en la destrucción de los vivientes"Libro de la Sabiduría, I, 13)

Falsa religiosidad
1 Papa Benedicto XVI hace pocos días ha insistido en un tema recurrente y ha dicho: "continuamente el cristiano es llamado a movilizarse para hacer frente a múltiples ataques a los cuales es expuesto el derecho a la vida" ("Corriere della Sera", 25 de febrero de 2007).
Además, como lo ha señalado la Congregación para la Doctrina de la Fe, "nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente" (Instrucción "Donum Vitae", n° 5).
Las muertes de inocentes, ya sea por abortos, por infanticidios, por malos tratos o por eutanasia, se producen —por lo general— en el ámbito de la familia; lo cual, es una circunstancia agravante, pero además, introducen en ella gérmenes perversos que conducen a su disgregación.
Esto, con relación al aborto, lo destacó con claridad el director de cine Franco Zeffirelli, hace muy poco, respecto de Italia: "La crisis de la familia ha comenzado con la ley sobre el aborto. Un drama irreparable: no se ha comprendido que se trata de un verdadero asesinato ejecutado por la madre sola o por los progenitores" ("Corriere della Sera", 18 de febrero de 2007).
En la misma dirección, señalaba hace unos años Julián Marías: "creo que hay tres grandes males que afectan a la humanidad y es curioso que se hayan generalizado... más o menos hacia 1960. Esos males son el terrorismo organizado, el uso de la droga y la aceptación social del aborto".
Esto último "a mí me parece lo más grave de todo. Abortos se han realizado siempre... lo que no había ocurrido es que se pensara que eso estaba bien" ("La figura del mundo entre dos milenios", "La Nación", del 15 de octubre de 1995).
Como en nuestros días a veces callan quienes deberían hablar en primer término o dan respuestas ambiguas o insuficientes o señalan meras prohibiciones, este Instituto se ve obligado a salir a la palestra, para aclarar aspectos de un caso verdaderamente insólito.
Hasta ahora los partidarios del aborto, disfrazado con expresiones como "interrupción del embarazo", o de la eutanasia enmascarada, como "muerte piadosa" o "muerte oportuna", título del libro de Jacques Pohier, nunca habían invocado sus convicciones religiosas; éste es un caso inédito pues aparece envuelto en una atmósfera de falsa religiosidad.
La jueza "católica'
La descripción de las circunstancias, en las cuales se juzgó, hecha por un periodista, exponente paradigmático de tantos de sus colegas, que tienen un océano de conocimientos de un centímetro de profundidad, no tiene desperdicio: "El fallo lo firmó a solas, con una estampita de la Virgen de Lourdes como única compañía sobre su escritorio. La misma imagen que poco antes había ido a venerar a la gruta cercana del puerto local, donde, incluso pidió confesarse con uno de los sacerdotes para plantear el dilema que debía resolver pocas horas después: autorizar a una menor de catorce años a interrumpir su embarazo, producto de una violación de su padrastro. Si hasta sintió que durante la Misa le hablaban a ella cuando se elevaba una oración por los enfermos... Regresó con la tranquilidad de actuar a conciencia y, ya en su despacho, resolvió el caso que la desvelaba".
La magistrada, Silvia Darmandrail, es jueza del Tribunal de Menores n° 1 del Departamento Judicial Mar del Plata, y aparece fotografiada en su despacho, en el cual se encuentra en la pared, en lugar destacado, un crucifijo. Sigue el comentario periodístico de Darío Palavecino: la jueza tiene "fervientes convicciones religiosas. Una condición evidente desde el destacado rosario que cuelga de su cuello y la decena de imágenes religiosas, entre ellas santos y vírgenes que lleva en la muñeca derecha" ("La jueza que autorizó el aborto", "La Nación'. 17 de febrero de 2007).
La superstición no es la Fe
La estampita de la Virgen de Lourdes, el rosario que cuelga del cuello, la decena de imágenes, santos y vírgenes que lleva en la muñeca, son muestra, en este contexto, de un vicio contrario a la virtud de religión, y no de fervientes convicciones religiosas: ese vicio se llama superstición en general y el caso específico, Santo Tomás lo encuadra en "prácticas supersticiosas". San Juan Crisóstomo, en un texto magnífico, habla de "algunos que llevan al cuello textos evangélicos puestos por escrito", y pregunta: "¿Dónde está la fuerza del Evangelio? ¿Acaso en la forma y figura de sus letras o en la inteligencia de su sentido? Si está en las letras tienes razón, hazte un collar con ellas. Si está en la inteligencia del sentido, procura que penetren en tu corazón, antes que ponerlas alrededor de tu cuello".
La jueza, en lugar de presentarse como una "santería ambulante", debería procurar que el mensaje evangélico penetrara en su corazón y entonces la sentencia hubiera sido otra. Pero, además, pidió confesarse. El Catecismo de la Iglesia Católica señala al respecto: "Los que se acercan al sacramento de la Penitencia obtienen de la misericordia de Dios, el perdón de los pecados cometidos contra Él..." (n° 1422). Cometidos, no a cometer; ningún sacerdote que esté en sus cabales puede absolver por pecados futuros. Fue a venerar a la Virgen... asistió a Misa... volvió con la conciencia tranquila y autorizó, émula contemporánea de Herodes, pero con crucifijo y estampitas, la matanza de un inocente.
"Eso" es "alguien"
La menor había pedido "que me saquen eso", y su madre estaba interesada en utilizar el cuerpo, ya sin vida, como prueba contra el violador. "Eso", es una persona, sola, indefensa y sin voz; la jueza debería ser su voz. Como escribe el Dr. Hugo Obiglio, fundador y ex director del Instituto de Bioética de la Universidad Católica Argentina, "una forma de indefensión del nascituro es el silencio natural que lo acompaña en toda su vida intrauterina... La cultura de la muerte, que se ha hecho carne en la conducta de nuestra sociedad, lleva a través de esa trilogía de silencio, soledad e indefensión, a la muerte del nascituro".
"Eso" es "alguien", es "otro". Es tan "otro", que puede residir como inquilino ¡otro horror de este tiempo!, en un útero alquilado. Se trata de una vida distinta, de su subsistencia, de su libertad de desarrollarse y nacer.
Ante esta situación, el Padre Rubén Revello, coordinador del Instituto de Bioética de la Universidad Católica Argentina, manifestó: "La doctrina de la Iglesia no aprueba el aborto. La situación de la chica es muy complicada, y de ninguna manera emitiría un juicio sobre ella" ("La Nación", 17 de febrero de 2007). Lo primero, es obvio, pero hay que explicar el por qué, para que no aparezca en un contexto meramente negativo y sin fundamento. Lo último es justo lo que había que hacer: juzgar, iluminar, aclarar, enseñar.
En cambio, otro fue el lenguaje —claro, pedagógico y sin vueltas— del Obispo de Mar del Plata, Monseñor Juan Alberto Puiggari, en una muy breve declaración: "por trágicas que sean las circunstancias debemos recordar que ningún mal será jamás solucionado adecuadamente echando mano a un mal mayor" ("La Nación", 22 de febrero de 2007). Revello, en esto de omisiones, equívocos y errores tiene otro grave antecedente: en un reportaje de Mariano de Vedia, con motivo de un penoso caso ocurrido en Nicaragua y que acabó con varias excomuniones de los partícipes en el aborto, pretendió corregir a los Obispos de ese país, afirmando que en el mismo "se busca salvar la vida de la madre y como efecto no querido se frustra la vida del niño por nacer" ("El dilema de la vida humana que divide a un país", "La Nación", 24 de febrero de 2002). Una confusa aclaración posterior en la revista "Cristo hoy", fue mezquina e insuficiente.
El reportaje critica a la Iglesia nicaragüense "que asumió una posición inflexible. El Obispo auxiliar de Managua, Monseñor Jorge Solórzano, reclamó la continuidad de la gestación y excomulgó a los padres, médicos y enfermeros que participaron del aborto. No se tuvieron en cuenta las características especiales del caso... como el peligro que se expone a la prematura madre, las infecciones sufridas, su falta de desarrollo corporal y la endeble madurez de los órganos propios de la reproducción ..." O sea que Revello y de Vedia conocían las circunstancias mejor que los nicaragüenses.
Todo esto prueba que ese sacerdote no puede ser el vocero de un Instituto de una Universidad Pontificia, pues su mentalidad en nada concuerda con una sana filosofía ni con la doctrina de la Iglesia. En el mes de noviembre del año pasado tuvimos que ocuparnos de las declaraciones de Néstor Corona, decano de la Facultad de Filosofía de la misma Universidad. Hoy lo debemos hacer respecto a ese sacerdote.
Un gran ejemplo
Para concluir, veamos un ejemplo, porque ellos mueven más que las palabras. Y un gran ejemplo contemporáneo. En el año 2004 fue elevada al honor de los altares Gianna Beretta Molla, la primera Santa casada de la era moderna, ya que desde que existe, la Congregación para la Causa de los Santos, proclamó a un solo Santo casado: Tomás Moro.
La santa era médica pediatra, de 39 años, esquiadora, amante de los viajes, de belleza angelical, madre de tres hijos, y había escrito, "Mira a la madre que ama verdaderamente a sus chicos; como muchas se sacrifican por ellos, ellas están listas para dar cada cosa, aun para dar su propia sangre".
Es el lenguaje de Saint-Exupéry cuando se refiere a ese movimiento natural hacia la permanencia, que es más fuerte y más amplio que el instinto hacia la vida: "Aquel edificado en el amor al niño, busca su permanencia en el salvataje del niño. Aquel construido en el amor a Dios busca su permanencia en su ascensión a Dios... Y puedo cambiarte la vida por algo más alto que ella, sin que nada te sea quitado" (Citadelle, CXCI).
En el cuarto embarazo, a los dos meses, le descubrieron un tumor en el útero cuya eliminación la hubiera curado, matando al nascituro. Como afirma el Padre Revello, en texto ya citado: "se busca salvar la vida de la madre y como efecto no querido se frustra la vida del niño por nacer". Ella se negó a esa cirugía y le manifestó a su marido, a su hermano y al médico, el profesor Vitali: "Si.deben elegir entre el niño y yo, ni lo duden: elijan, y se los exijo, al niño. ¡Sálvenlo!" ("Cristo hoy", Tucumán, n9 526. del 24 de junio de 2004).
.Una historia de amor reflejada en las cartas a su marido, publicadas bajo el título: "// tuo grande amore mi aiuterá a essere forte'. Ante tanto egoísmo que pulula en estos tiempos decadentes, el Papa Juan Pablo II nos propuso un modelo del servicio materno, que llegó al sacrificio de la propia vida para que su hija viviera, hija que tuvo la inmensa dicha de asistir a la canonización de su madre.
Resuenan las palabras de Saint-Exupéry, en su peculiar lenguaje, sin medias tintas: "Salvaré al niño, si es preciso contra la madre, porque primeramente él fue de ella. Pero ella es ahora de él" (Citadelle, CXWIII).
Gianna Beretta Molla no buscó confusos equívocos; su sacrificio de una vida amada, es un pálido reflejo del supremo sacrificio, del sacrificio de Cristo, que cargó con todos nuestros pecados.
Como afirma Bossuet: "Cristo, que es la verdad misma, no ama menos la verdad de su cuerpo; es por sellar con su sangre la verdad de su palabra que él ha querido sacrificar su propio cuerpo". •
Buenos Aires,
28 de febrero de 2007. Dr. Bernardina Montejano Presidente
Dr. Gerardo Palacios Hardy Vicepresidente



27 de Febrero de 2012
Recordando artículos de una Revista celosamente argentina.



Publicado en Revista Cabildo N°62
Mes de Febrero de 2007-3era.Época
Cultura de la muerte
FAMILIA Y VIDA:
EL PLAN CRIMINAL DEL GOBIERNO DE KIRCHNER



Casi no ha habido número de 'Cabildo" en el que no hayamos denunciado la plena y activa insercíón de este gobierna infame en la cultura de lo muerte. Lo hemos hecho con artículos propios o cooperando a Ía difusión de otros, elaborados por especialistas en la materia. El que aguí reproducimos —tomado del valiente "Notivlda" año VI, n° 417, del 26 de enera de 2006)— es de una desgarradora veracidad. Porque retrata de un modo didáctico el ideario y el programa kirchnerista, vesánicamente alineado contra el Orden Natural y el Sobrenatural. Hemos pedido en reiteradas formas la excomunión de Kirchner, y de todos aquéllos que lo secundan y de quienes conste que estén bautizados. La pedimos una vez más, no porque pueda importarles a estos depravado pertenecer o no a la Fe Católica, sino porque nos importa a nosotros, por el honor de la Iglesia que se siente el precedente de un castigo ejemplar a tanta degeneración. La sola existencia de urt decreto como el 1086 da sobrados motivos para ejecutar tamaño castigo. El articulo que sigue es una clara a yuda memoria.
Siendo el 2007 un año electoral y considerando que los candidatos le escapan a los temas vinculados a la Familia y la Vida humana cuando están en campaña—porque de un lado u otro restan votos—, es bueno recordar el Plan del gobierno de Kirchner en esta materia.
La postura del oficialismo
No hace falta ser profeta para saber lo que podemos esperar de los candidatos del Frente para la Victoria, el plan de Gobierno está en las propuestas del "Plan Nacional contra la Discriminación" (dec. 1086/2005). Algunas metas ya se concretaron: ratificar el CEDAW (pág. 3); impartir educación sexual en las escuelas (pág. 164), etc. Entre lo que resta implementar o profundizar, podemos mencionar:
1) Homosexualidad
§ Incluir en la Ley Antidiscriminatoria la discriminación por orientación sexual y género (pág. 1).
§ Promover la ley nacional de unión civil para parejas de un mismo sexo (pág. 19).
§ Impulsar el derecho a pensión para las parejas de un mismo sexo (pág. 20).
§ Garantizar la rectificación sexual para personas con diversa identidad sexual y de género (pág. 21).
§ Asignar alojamiento carcelario con detenidos de la misma orientación sexual (pág. 22).
§ Garantizar el derecho a la asociación para las organizaciones que defienden y promueven los derechos de las personas con diferente orientación sexual e identidad de género (pág. 53).
§ Incorporar el enfoque de género en todas las políticas públicas y en las asignaciones presupuestarias (pág. 66).
§ Crear programas y campañas para erradicar las prácticas de discriminación por género (pág. 92).
§ Otorgar documentos de identidad con registro fotográfico según el aspecto físico de personas con diversa orientación sexual e identidad de género (pág. 102).
§ Capacitar a los docentes para desarticular pautas lingüísticas homofóbicas en instituciones públicas y privadas (pág. 158).
§ Revisar los planes de estudio del personal de la salud, incorporando el enfoque de género y orientación sexual (pág. 185).
§ Crear códigos éticos de comunicación social que respeten y valoricen todas las formas de diversidad, sancionando públicamente a quienes los transgredan (pág. 210).
§ Reconocer los derechos de las personas con diversa orientación sexual e identidad de género en las instituciones de salud —públi¬cas y privadas—, garantizando la atención e internación en espacios que respeten su orientación sexual e identidad de género (pág. 240).
2) Prostitución
§ Reconocer el derecho a jubilación y seguridad social de las prostitutas (pág. 18).
§ Derogar figuras como: falte de moralidad, escándalo en la vía pública, prostitución, etc., en los códigos contravencionales, (p.17).
§ Garantizar el derecho de asociación de las mujeres en situación de prostitución, otorgándoles personería jurídica a sus organizaciones (pág. 52).
3) Salud reproductiva
§ Dar efectiva implementación al Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable en todo el territorio nacional, dotándolo de los insumos; impartir la capacitación necesaria a los profesionales y propiciar el marco para un debate social sobre el aborto no punible (pág. 236).
§ Instar a todas las provincias a que adhieran al Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable y provean los insumos que garanticen el acceso universal a dicho programa (pág. 95)..
§ Diseñar acciones concretas y efectivas para reducir la mortalidad materna, los embarazos adolescentes y la incidencia de enfermedades de transmisión sexual, en el marco del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, estimulando la participación activa de las mujeres (pág. 234).
§ Desarrollar campañas masivas de prevención del VIH/SIDA y las enfermedades de transmisión sexual que respeten los enfoques de género y orientación sexual (pág. 237),
§ Implementar protocolos hospitalarios estandarizados para la recepción y atención de víctimas de violación y otros delitos sexuales (pág. 238). (Nota: los protocolos ya existentes incluyen el suministro de la "pildora del día después").
4) Embestida anticatólica

§ Lograr neutralidad religiosa en los ámbitos oficiales, adecuando el uso de simbologías confesionales (pág. 74).
§ Transformar el 12 de octubre en un día de reflexión histórica y de diálogo intercultural (pág. 84).
§ Evitar la imposición de credos que obstaculicen el libre ejercicio de la espiritualidad indígena (pág. 140).
§ Diseñar eventos interculturales e interreligiosos por parte de las autoridades estatales (pág. 137).
§ Introducir prácticas comunes de admisión de capellanes de todas las confesiones religiosas (pág. 138).
§ Reajustar el régimen de capellanías militares (pág. 139).
§ Iniciar una discusión ciudadana respecto de la aplicación y la eventual formulación del artículo 2° de la Constitución Nacional (el que obliga al Gobierno federal a sostener el culto católico, apostólico y romano) (pág. 46).
§ Replantear la aplicación práctica del artículo 29 de la Constitución Nacional y evitar privilegios económicos automáticos, otorgando adecuadas proporciones a los servicios sociales religiosos, independientemente de su confesión (pág. 136).
§ Supervisar el mantenimiento del régimen nacional de exenciones impositivas propias de las entidades religiosas sin admitir discriminaciones locales (pág. 55).
5) Monitoreo antidiscriminatorio
§ Crear una Comisión de Adecuación de la Legislación Interna (nacional, provincial y municipal)
con el objeto de detectar y rectificar toda disposición discriminatoria e incorporar nuevos derechos (pág. 43).
§ Crear una Comisión de Relevamiento y Seguimiento destinada a detectar, informar y sancionar los fallos (¿y la independencia de los poderes?), fundamentos y criterios investigativos, en el ámbito de la aplicación de justicia, que encierren concepciones discriminatorias, tanto a nivel nacional como provincial (pág. 45).
§ Ejecutar proyectos de investigación tendientes a mensurar la dimensión del problema discriminatorio de los discursos mediáticos y educativos (pág. 157).
§ Diseñar y ejecutar una investigación sobre los manuales escolares destinada a identificar y analizar los estereotipos discriminatorios (pág. 163).
§ Luchar contra los estereotipos discriminatorios (pág. 73). •



20 de Febrero de 2012

El motivo de colocar numeros anteriores de la Revista Cabildo, en  espacios de elquijote2010, obedece a que hacen mas de 40 años comparto los principios del Nacionalismo Católico, fundamentando mi participación en que desde ahí se sostienen los únicos dogmas admisibles para todo accionar político. Cuando aquella doctrina social que la Iglesia Católica, Apostólica y Romana lo promulgara siguiendo su creador, el Cristo Rey de Reyes, fijaba el camino para el hombre sobre la tierra. Decía el maestro y martir Jordan B. Genta "RECORDAR ES UN DEBER, OLVIDAR ES UNA CULPA..." lo que presumo cumplir desde aquí. De ser posible cada semana renovaré el número con su correspondiente imagen de tapa y Editorial. Sugiero la lectura de estos artículos, que para muchos a su emisión han sido de significativo provecho.   





Publicado en Revista Cabildo N°61
Mes de Diciembre de 2006-3era.Época
Declaraciones
por Ricardo S. CURUTCHET
DIOS, LA PATRIA Y EL HOGAR


Proclamamos y confesamos, con la Iglesia Católica, que Jesucristo "...es Rey universal de este mundo por su propia esencia y naturaleza" no por gracia nuestra, ni por voluntad nuestra, sino por derecho de nacimiento, de filiación divina y de conquista. Y reconocemos, junto con Pío XI, que la causa principal de los males que nos afligen, cada vez de modo más apremiante, es que la mayor parte de los hombres se ha alejado de Jesucristo y de su santa ley en la práctica de su vida, en la familia y la cosa pública ("Quas Primas", 11 de diciembre de 1925).
En medio de esta sociedad contemporánea que con sus usos y costumbres ha dado la espalda a Jesucristo, cuando parece que Él no reina, sabemos —y por eso festejamos, por eso celebramos, por eso primero que nada nos alegramos y damos gracias— que Cristo es Rey, que Cristo Jesús es el único Rey y el verdadero Señor: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; id pues y enseñad a todas las gentes,, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu §anro, enseñándoles a observar todo cuanto Yo os he mandado" (San Mateo, 28, 18-20). Pero también sabemos, y éste es el segundo motivo de esta celebración y la causa de nuestra convocatoria de hoy, que si bien el reinado de Cristo es, ante todo, un reinado espiritual, Él quiere y debe reinar en las inteligencias, en las voluntades y en los corazones de los hombres, aquí, en este mundo, para completar el plan de la Redención.
Ya ha pasado aquella época, tan bellamente descripta por el gran Papa León XIII en la "Immortale Dei", en la que la filosofía del Evangelio gobernaba los Estados y había penetrado profundamente en las leyes, instituciones y costumbres de los pueblos. Hoy, en cambio, vemos con estupor el derrumbe de aquella civilización y contemplamos en el mundo entero, y en nuestra Patria, la corrupción de las costumbres y de las instituciones, la pérdida de la autoridad, el desvia de la moral, el repudio de las leyes divinas, el menosprecio de la vida, especialmente de la vida de los más débiles, la destrucción sistemática de la familia, la demolición del orden natural y el olvido y él rechazo de Dios, como nunca. Advertimos la apostasía de las naciones cristianas y experimentamos cada día con mayor intensidad la acción disolvente de una autoridad política que, desde todos los ámbitos del poder, en sus actos de gobierno y en sus palabras, en sus leyes y en sus sentencias, se alza insolentemente contra la ley de Dios, ante el silencio y la impasibilidad de la inmensa mayoría de los cristianos y aún, a veces, de la misma Jerarquía.
Hoy, que tanto se habla de "exclusión social", vemos que Cristo Jesús es el primer excluido. Jesucristo Dios y hombre, su Verdad, su Ley y su Justicia, el orden que, desde todos los siglos instituyó en el universo; y la Iglesia que fundó en el santo árbol de la Cruz, su Trono están excluidos de la vida social, política de nuestra Patria y ya ni si quiera relegados al interior de la conciencias o al claustro de las familias, sino en ellas mismas hostigados y perseguidos.
Declaramos que es tiránico, y por lo tanto ilegítimo cualquier gobierno, sea cual fuere su origen, en cuanto se impugne el orden natural mediante leyes, actos o sentencias que tiendan a destruir la familia en sus pilares básicos —el matrimonio entre varón y mujer; el respeto y la promoción de la vida humana en el seno familiar desde el momento mismo de la concepción; el derecho y el deber de los padres de educar a sus hijos sin la intromisión del Estado; el sostenimiento de la autoridad paterna como eje de la organización familiar, el respeto y la autoridad de los mayores— que menosprecien la vida mediante la legitimación del aborto y la eutanasia, crímenes que claman al cielo, que ataquen el pudor y la inocencia de los niños y de los jóvenes, que promuevan en cambio la promiscuidad, la indecencia, el egoísmo, el hedonismo, el materialismo y el relativismo moral, que impulsen bajo falsos pretextos de sanidad, la esterilización de los hombres y mujeres de nuestra Patria, que siembren el odio, la mentira, la división y la discordia. Un gobierno así, y nosotros estamos asistiendo a la comisión de todos esos actos que permiten identificarlo, no promueve el bien común sino que, por el contrario, abiertamente lo conculca y ha perdido por ello toda autoridad.
Llamamos, con el Padre Castellani, a hacer verdad. "No cometamos el error del liberalismo, nos dice. Hay que tener paciencia; no podemos cambiar de golpe el juego tramposo, pero podemos cada uno en su lugar «HACER VERDAD»... dar verdad es la mayor bondad, «la caridad de la Verdad», dice San Pablo... ¿Cómo se hace Verdad? Solamente con Vida, esa es la materia prima. ¿Cómo se hace Vida? Dios nos ha dado un cachito, no podemos aumentarlo ni disminuirlo, podemos BIEN-GASTARLO".
Para hacer verdad, es necesario tener clarividencia; y para ello hay que formarse. La formación y el esclarecimiento personal y el de nuestros conciudadanos es una acción política de extrema urgencia. Porque nosotros somos hijos de la Verdad, y si Cristo es la Verdad encarnada, las cosas creadas, y también las instituciones, participan de esa Verdad y necesitan de esa Verdad. ¿Y qué otra cosa que hacer Verdad es, precisamente, VIVIR CON PLENA VERDAD EL MISTERIO DE CRISTO Y EL "CRISTOCENTRISMO" QUE DE ELLO SE DERIVA?
¿Cuál es el panorama que se nos presenta ante nuestros ojos?
Una Nación arrodillada ante los poderosos del mundo, como lo acaba de demostrar el Congreso de la Nación al ratificar el "Protocolo Opcional de la Convención sobre la Eliminación, de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer" (CEDAW). Pueblos pobres, gentes acostumbradas a no trabajar y a no ser responsables de sí mismas y dé sus prójimos. Gentes desarraigadas, sin familias.
En un futuro no muy lejano, poblaciones envejecidas, sin hijos, a costa de la mutilación de los hombres y las mujeres, del asesinato de los hijos concebidos, de la disolución de las costumbres y de la destrucción de la familia. Una juventud, y luego hombres y mujeres, intelectual y moralmente corrompidos desde los medios de comunicación, desde la escuela y desde el mismo Estado, con la destrucción del sistema educativo y la perversión de los planes de enseñanza, el falseamiento y el ocultamiento de la verdad, la introducción obligatoria de una llamada educación sexual que es un instrumento más para el envilecimiento de los niños y la desnaturalización de sus conciencias; el ultraje a su pudor y la anulación de los preceptos de la ley natural en sus inteligencias, y el fomento del resentimiento y el odio entre todos.
Una Nación sin Dios. Una Nación que, mediante sus leyes y la reforma y prostitución de sus instituciones, está dando, ha dado, las espaldas a Dios, ha excluido a Dios de sus vidas, ha rechazado el reinado benévolo de Jesucristo.
Junto con la Iglesia, declaramos que es necesario que Cristo reine y llamamos a instaurar en Él todas las cosas, dándole el reinado y el señorío que le corresponden y le pertenecen. Y para que El reine, llamamos a defender la familia, que es defender la vida, porque la vida del hombre, y su dignidad como persona, se desarrollan primera y necesariamente en la familia. La lucha contra el aborto, contra la eutanasia, contra la anticoncepción, contra la esterilización, contra el libertinaje sexual y el hedonismo, son tareas que nos competen y urgen en nuestros días y en nuestra Patria.
Como lo hicimos en nuestra declaración del 16 de septiembre pasado, a la vez que llamamos a ponernos de pie frente al embate de los enemigos de Dios, que son los enemigos de nuestra Patria y de nuestras familias, convocamos a la magna tarea de "emprender la reconstrucción de la Cristiandad, fundados en la Verdad y en el Amor de Cristo, a quien proclamarnos y reconocemos como nuestro Rey y Señor.
Y así como entonces dijimos que aspirábamos a vivir en una sociedad honesta y justa, sujeta a la ley de Dios y al orden natural, en la que los varones sean varones y las mujeres, mujeres, en la que se promueva el trabajo honrado, la concordia, la defensa de los más débiles, el respeto y la veneración de los ancianos y en la que se rinda a Dios el culto debido, dándole en la vida social el señorío que le corresponde, como Creador y Rey y como autor y fuente de todo derecho, a la vez que hoy reiteramos esa anhelo, invitamos, convocamos desde nuestra modesta posición, a hacerlo posible, esto es, exhortamos a dedicarnos con amor, alegría y entusiasmo a INSTAURAR TODO EN CRISTO y, para ello, a comenzar la tarea de la restauración, en nuestra Patria, de la Cristiandad perdida, empezando por nosotros mismos y lanzándonos con valor y audacia, sostenidos en el poder de nuestro Rey, hacia todos los confines de la tierra.
No olvidemos que está profetizado que en los últimos tiempos habrá de florecer como nunca la Cristiandad que está ahora en trance de muerte; y que habrán de surgir grandes santos como no se ven desde siglos y muy superiores a los santos anteriores, según San Luis María Grignon de Montfort; y no dejemos de pensar que éstos pueden ser los últimos tiempos, que estos son de algún modo los últimos tiempos; y que de entre nosotros deberán surgir esos grandes santos que, armados de la fuerza de Cristo Rey y de María Reina harán cosas jamás vistas para la gloria de Dios.
Aquí estamos, pues, firmes en la brecha, grandes en nuestra debilidad pues en ella habrá de brillar el poder de Cristo, para construir la Ciudad de Dios, para anticipar la Jerusalén Celestial, para cooperar a la Gloria de Dios en el bien de nuestros hermanos, para INSTAURAR TODAS LAS COSAS, AUN LAS COSAS TEMPORALES, TODAS LAS COSAS EN CRISTO. PORQUE CRISTO ES REY. A nosotros nos toca el combate. A Cristo, el Rey, el honor y la gloria por los siglos. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva María Reina! ¡Viva la Patria! •
Dr. Ricardo S. Curutchet Presidente


13 de Febrero de 2012

CONSIDERO UNA OBLIGACION, AUNQUE NO SUFICIENTE PARA OPONERNOS A LA PESADA CARGA CON QUE HOY SE VE EMBESTIDA LA NACION ESTA REPRODUCCION EN MI MODESTO QUIJOTE DE NUMEROS ANTERIORES DE LA REVISTA CABILDO, PERO ES UNA SATISFACCION HACER RECORDAR O CONOCER CUALQUIERA DE LOS TEMAS QUE OPORTUNAMENTE HAN SIDO TRATADOS. ES TAMBIEN ALARMANTE LA MANERA EN QUE PUDIMOS HABER EVITADO TANTOS DAÑOS RECIBIDOS CON LA SIMPLE APLICACION DEL SENTIDO COMUN. RECUPERAR NUESTRA PATRIA ES OBLIGACION DE TODO ARGENTINO. PROPONGAMOSNO A HACERLO.

CULTURA DE VIDA



Publicado de Revsta Cabildo N°60
Mes de Noviembre de 2006-3era.Época

por J.E.O.A.P.
Las contradicciones del Rabino Bergman
YOM KlPPUR NATIVO

Rabino Sergio Bergman, activamente desmemoriado.

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El rabino Sergio Bergman, titular de la sinagoga de la calle Libertad (Tribunales), ha tenido en estos últimos tiempos un destacado protagonismo, con sus punzantes juicios sobre la situación política de la República. Así lo subraya "La Nación" (Enfoques) del domingo 15 de octubre, al publicar un extenso reportaje titulado "El sistema republicano ha colapsado".
Al día siguiente en el mismo diario apareció otro artículo de su autoría: "Un Día del Perdón argentino", enlazando con el Yom Kippur (Día del Perdón en la tradición judía).
Es la oportunidad en que —dice— "hacemos memoria, no olvidamos el pasado, perdonamos, somos perdonados y nos perdonamos para poder continuar la vida en un nuevo año... Transfiguramos la milenaria tradición judía a nuestra sociedad argentina"...
"Un Día del Perdón argentino propone que abandonemos la expectativa de expiar y nos encaminemos en querer, saber y poder perdonar".
Son términos sugerentes, pero surgen algunos interrogantes oscuros. Porque se entiende que todos los excelentes propósitos deben estar íntimamente unidos a la verdad y en este aspecto el joven religioso ha incurrido al menos en actitudes contradictorias.
Porque es integrante cofundador de la entidad denominada "Memoria Activa", cuyas conocidas actitudes reñidas con todo perdón, no se acomodan demasiado a aquellos ideales. ;
Ha olvidado, pues, un punto que es fundamental: la venganza, que permanece escondida y que en el fondo explica muchas de las reacciones que estamos presenciando. Conviene machacarlo: ¿qué es lo que deben ansiar las personas y la sociedad, la justicia o la venganza? Aunque sean dos sentimientos superficialmente semejantes, es profunda la diferencia.
La sed de justicia es una noble aspiración que no siempre se sacia en este mundo y que tendrá cumplimiento en las postrimerías.
La venganza humana es insaciable y ciega, incluso a veces ni distingue culpables de inocentes. Insatisfecha, se nutre del rencor (odio inveterado; la rancidez del corazón, enfermedad verdaderamente espantosa). En el paroxismo incluso se vale de la impostura.
Tremendo ejemplo fue el que diera un colega de Bergman, el rabino Israel Singer —del Congreso Mundial Judío— cuando, entrevistado por el diario "La Nación" (del 24 de abril del año 2001), dijo: "La sangre judía derramada no se negocia ni se perdona. Somos un pueblo con memoria".
A continuación profirió una amenaza insultante para los cristianos: "Los católicos deberían entender bien de qué se trata este sentimiento, porque ellos conmemoran todos los años la muerte de un judío hace dos mil años. Si ellos no sienten este .mismo dolor, va a ser peor".
Por último, anunció: "Mire, cuando la sangre es barata, va a haber más". Por encima de la sorpresa, un estremecimiento recorrió sin duda el ánimo de la cronista.

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Desmemoria
La "Memoria Activa" cofundada por el rabino Bergman no ha "perdonado" a la Argentina. Mucho peor, la ha insultado promoviendo su castigo, precisamente por las mismas irregularidades que impulsaron entidades judías, conforme lo denunciaran judíos tan insospechables como la propia presidenta de la entidad denunciante y un ex vicepresidente de la DAIA. Igualmente, se ha olvidado de señalar que cada familiar de las víctimas ya ha cobrado la suma de cincuenta y cinco mil dólares en la época de Menem, y que la AMIA ha recibido un subsidio de catorce millones de dólares.
De tal manera se presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos denunciando al Estado por haber violado el derecho a la vida y a la integridad física de las víctimas del atentado contra la sede de la AMIA, al haber omitido su deber de prevenir, investigar y sancionar el atentado.
Al vulnerar el derecho de las víctimas y sus familiares a obtener justicia de parte de tribunales locales, violando el derecho a las garantías judiciales, a que sean efectivamente investigadas las causales del hecho; y el derecho a que se siga un proceso regular contra los responsables de haberlo producido.
El Estado Argentino —añade— no puso la debida diligencia en la investigación de manera de hacer todo lo posible por el esclarecimiento de lo ocurrido.
Toda la inquina destilada por la asociación Memoria Activa puede ser sintetizada en un solo párrafo, que hemos transcripto textualmente: "No sólo soportamos la muerte, soportamos también la impunidad. Nos arrancaron a nuestros familiares y nos robaron la posibilidad de un futuro para nuestros hijos. Era el Estado el responsable de brindamos protección y a cambio de eso conocimos la muerte. Era la justicia la encargada de llegar a la verdad y a cambio de eso sus funcionarios se dedicaron a armar una causa en connivencia con los gobiernos de turno. La impunidad que ha reinado en nuestro país ha sido ni más ni menos que una política de estado".
Aparte del trasfondo falaz que tiene la denuncia lo que exigiría una puntualización agotadora, ajena al principal objeto de esta reseña— es destacable el patrocinio elegido por Memoria Activa. Se trata del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) que preside el ex terrorista y asesor del gobierno Horacio Verbitsky, cuyo ideario es demasiado evidente para asociarlo a prédicas altruistas.
Para colmo —desbrozando hipocresías— se inculpa a la Argentina por los actos serviles del juez que llevó el proceso tratando de complacer a sectores judíos, como fue el caso de la gran suma pagada para una falsa implicación de agentes policiales.
Trapos al sol
La prueba más contundente de todo esto son las airadas expresiones vertidas por la señora Adriana Reisfeld (quien es, justamente, la presidenta de- Memoria Activa) quien el 4 de agosto de 2005 le replicó a Marcos Aguinis con palabras demoledoras.
Posteriormente, llegó a decir que "los dirigentes de la DAIA y de la AMIA —según la opinión maoritaria de la comunidad judía— quedaron pegados durante años a la Casa Rosada"; que "todos estuvieron en el mismo barco de la impunidad", tras "una pista falsa, pruebas falsas, para entregarle culpables truchos a la sociedad, al
país y al mundo"; que como lo dijo el Tribunal Oral (Federal N2 3) "se armó una investigación falsa al servicio de políticos inescrupulosos", y que "la comunidad judía cerró los ojos ante la monstruosa forma en que se hizo la investigación".
Es particularmente tortuoso que la denuncia efectuada por Memoria Activa —cofundada por el rabino Bergman—ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, imputara al Estado Argentino haber tejido "los hilos de la impunidad para quedar libre de culpa y cargo y para que jamás llegáramos a la verdad". Por lo cual reclamaba que la Nación Argentina fuera sancionada por no haber cumplido con sus responsabilidades, "con una sanción educativa y ejemplificadora".
Como es bien sabido, a consecuencia de esta denuncia —robustecida con el acompañamiento del CELS de Verbitsky— y conforme a lo acordado en dicha Comisión Interamericana, el presidente Kirchner dictó el Decreto 812/05, reconociendo la responsabilidad del Estado Argentino por las violaciones a los derechos humanos denunciadas por Memoria Activa, el CELS y el CEJIL.
Salvataje
Al increíble despropósito lo ha coronado una contradicción sensacional: después de una semejante agresión a la República, el mismo primer magistrado aseguró, en un rapto de fastidio por las críticas que no tuvo más remedio que recibir, que las entidades judías "ayudaron a tapar la verdad y el sentido de justicia" con relación a los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA (cfr. "La Nación", 20 de julio de 2005).
Todas estas cosas son las que activarán la memoria del joven rabino para sus próximos sermones patrióticos. •

6 DE FEBRERO DE 2012: RELEYENDO NÚMEROS ANTERIORES DE "CABILDO",  COMPRUEBO A DIARIO LO QUE TRANSFORMÓ LAMENTABLEMENTE NUESTRA PATRIA, E INVITO A ENTERARSE CON ELLO DE LA DIABÓLICA TAREA DE QUE HEMOS SIDO "UN OBJETIVO PREDILECTO". SUGIRIENDO A LA VEZ PERMANENTEMENTE A ELEVAR NUESTRAS ORACIONES LUCHANDO POR LA RESTAURACIÓN DE LOS AUTÉNTICOS VALORES NACIONALES.

 


CULTURA DE VIDA
Publicado en Revista Cabildo N°59
Mes de Octubre de 2006- 3era.Época
Actualidad
por Ricardo S. CURUTCHET
DEBEMOS PONERNOS DE PIE
 

Queremos y debemos ponernos de pie, como cristianos y como ciudadanos, y hacer frente a la avalancha que se despeña desde los distintos poderes del Estado, tanto nacional como provinciales, de leyes y proyectos que atentan contra la vida, la familia, el orden natural, la libertad de educación, la seguridad y la dignidad del hombre; a la complicidad de un importante sector de la administración de justicia; y a la propagación mediática de doctrinas y conductas contrarias a la moral y al orden natural.
Queremos advertir a quienes se han encaramado en todos los estrados del poder, que no estamos dispuestos a ceder, así seamos un puñado; y que estamos dispuestos a alzarnos contra las leyes inicuas (porque no son leyes) y contra las autoridades ilegítimas (porque al desviarse de la justicia y del bien común han perdido toda legitimidad), en defensa de los derechos de Dios y de la integridad de nuestras costumbres y tradiciones, según las recibimos de nuestros mayores y de acuerdo al formidable y glorioso patrimonio de la Cristiandad, fundada y fecunda en torno a la Cruz de Cristo Redentor y de su Iglesia Santa.
Queremos afirmar nuestra decisión de defender la familia fundada en la unión de un hombre y una mujer y destinada a la procreación y a la educación de los hijos; de proteger su intimidad y el derecho de los padres a educar a sus hijos sin que el Estado interfiera y lo distorsione; y nuestra decisión de luchar para que sea la familia, célula básica de la sociedad, santuario de la vida, bastión de la civilización y cuna del amor a Dios y a la Patria.
Queremos expresar nuestro abierto repudio al aborto, crimen nefasto de nuestro tiempo, que mancha a nuestras sociedades con la sangre inocente de los más indefensos; que convierte el seno materno en sala de ejecución y tumba del hijo cobijado en él; que hace de la madre, quien debería ser fuente y custodia de la vida, la más feroz y cruel de los asesinos, cuando presta su consentimiento; que prostituye la profesión médica poniéndola al servicio de la muerte; que convierte a los políticos, legisladores y magis-trados que lo sancionan, promocionan, ejecutan o permiten, dejándolo impune, en bandas de criminales amparadas en el poder de las instituciones y las leyes, desviadas meticulosamente de sus propios fines.
Nosotros no queremos que se castigue a quienes practican el aborto, queremos que no haya abortos. Que a nuestras mujeres no se les ofrezca como solución a sus problemas el asesinato de sus hijos por nacer, que el negocio del genocidio de nuestros descendientes no sea el acicate de los médicos, sino el servicio a la vida; que nuestra sociedad se fundamente en los pilares imbatibles de la vida viviente, savia fecunda del tronco de la Patria.
Queremos afirmar la dignidad del hombre frente a quienes permiten la manipulación y la mutilación de su cuerpo, mediante la llamada contracepción quirúrgica; ante quienes estatuyen la educación sexual obligatoria en las escuelas, invadiendo el campo de la familia y llenando dicha educación de contenidos aberrantes como la llamada "perspectiva de género"; y de cara a quienes privilegian el derecho de los malhechores por encima de la necesidad de establecer un orden y una paz social que permitan el desarrollo de una vida normal, sin temores y sobresaltos continuos frente al aumento de la delincuencia que obliga a las personas honestas a vivir detrás de las rejas, como si nuestros hogares fueran cárceles.
No queremos sexo seguro, preservativos/pastillas anticonceptivas, hombres y mujeres mutilados; sino madres fértiles que, apoyadas en el trabajo honesto de sus esposos, den a nuestra Patria y a Dios hombres y mujeres capaces de fecundar y poblar dignamente nuestro suelo. No queremos la pildora del día después. Queremos la virtud de la castidad para nuestros jóvenes, la generosidad en transmitir la vida para los esposos y la valentía de afrontar y asumir con amor las consecuencias de sus actos, para quienes no han podido contener sus impulsos.
Sabemos que vivimos en medio de una sociedad que nos empuja y presiona, que aturde, confunde y trastorna la conducta de nuestros jóvenes. No pedimos para ellos "sexo seguro" sino seriedad, responsabilidad y crecimiento en el amor verdaderos. No queremos evitar hijos sino que aspiramos a que en nuestra Patria se gesten hijos que sean fruto de ese amor, en el seno de la familia. Exigimos del Estado una política seria y eficaz promoción de la familia, de protección de la niñez, de sustento de los pobres y desamparados, de seguridad y orden para todos.
Repetimos, no queremos ni nos interesa primordialmente el castigo de los criminales, queremos que no haya criminales; y, porque sabemos de la condición humana, pedimos y exigimos que el Estado brinde la seguridad necesaria, previniendo el delito y erigiendo jueces justos para que, aplicando leyes justas, restaure el orden quebrantado. No queremos que la droga consuma la vida, la inteligencia y la virtud de nuestros jóvenes; no nos interesa el castigo de los drogadictos, queremos que no los haya. Queremos que se promueva o se nos permita promover sin obstáculos una vida sana, ordenada según el plan de Dios, puesto de manifiesto en la ley natural.
Queremos y pedimos trabajo digno para todos y trabajo, sobre todo, para los pobres, en vez de matar a los hijos y de esterilizar a las mujeres de nuestra Patria, necesitada *de vastagos; sana y cristiana educación que les enseñe y ayude a vivir honradamente y no a delinquir; salud y remedios, en vez de preservativos. Queremos Pastores viriles que comprendan la preocupación de su feligresía y que se pongan al frente, sin temores ni respetos humanos. Queremos pastores viriles y santos. Estamos dispuestos a seguirlos hasta las últimas consecuencias.
Queremos, en definitiva, desde este lejano rincón de la Patria, hacer saber a las autoridades, a los medios, a los centros de opinión, que en la Argentina todavía hay hombres y mujeres, hay familias y hay instituciones, hay niños, jóvenes, adultos y ancianos que aspiran a vivir en una sociedad honesta y justa, sujeta a la ley de Dios y al orden natural, en la que los varones sean varones y las mujeres, mujeres; en la que se promueva el trabajo honrado, la concordia, la defensa de los más débiles; el respeto y la veneración de los ancianos; y en la que se rinda a Dios el culto debido, dándole en la vida social el señorío que le corresponde, como Creador y Rey y como autor y fuente de todo derecho.
Por eso, y para comenzar la difícil tarea de la restauración, en nuestra Patria, de la Cristiandad perdida, hemos decidido ponernos de pie y hemos convocado a este acto, en afirmación de los valores sustanciales de la sociedad, atacados y conculcados desde los distintos centros de poder del mundo contemporáneo, y en rechazo categórico de las acciones, las leyes y proyectos y las concepciones aberrantes e inicuas que se pretenden imponer.
Alistados bajo las banderas de Cristo Rey y de María Reina y enarbolando el estandarte glorioso del Arcángel San Miguel, afirmaremos, en las calles de San Rafael y desde ellas, el grito de guerra con el que aniquiló al Enemigo y lo arrojó a las profundidades del abismo: ¡QUIÉN COMO DIOS! •
Ricardo S. Curutchet Presidente




 

 

30 de Enero de 2012
ARTICULO DEL N°57 Y TAPA
COSAS DE ANTES, CON PERMANENTE VIGENCIA.


Publicado en Revista Cabildo N°57
Mes de Julio de 2006 3era.Época
Ecumenismo
NOTICIAS SOBRE SECTAS

El Instituto del Diálogo Interreligioso
Padre Guillermo Marcó fue elogiado calurosamente en un editorial del diario "La Nación" por su protagonismo en la creación del Instituto del Diálogo Interreligioso, junto al rabino Daniel Goldman y al profesor Ornar Abboud, de las comunidades judía e islámica respectivamente.
Pocas cosas resultan más plausibles, en verdad, que establecer lazos de convivencia entre todos los hombres, sobre la base de la buena fe y el respeto a la verdad; lo cual no es nada fácil, como la historia lo tiene demostrado. Pero acaso lo más difícil para un cristiano de veras, es conseguir al mismo tiempo en estas cosas, un justo equilibrio que le permita sostener abiertamente las verdades exclusivas del catolicismo, propendiendo caritativamente a la conversión de los infieles. Por supuesto que no se trata de un prurito vanidoso de tener razón, sino de ser fiel al mandato de Nuestro Señor y a la tradicional enseñanza eclesiástica, conforme a lo cual no hay salvación sin Cristo.
No cabe duda que decir todo esto, es poner el dedo en la llaga. Pero se trata de exigencias de la veracidad. Y aquí viene lo del discutible elogio del diario porteño. Un elogio que obligaría al Padre Marcó á hacer públicas algunas aclaraciones o distingos. Porque "La Nación", evidentemente sin proponérselo, sino para destacar las buenas relaciones del Padre Marcó con el ámbito secular, lo está sacando de la ortodoxia católica, precisamente en el momento en que la Iglesia más padece, y lamenta, la secularización.
Bien conocidas son las sugerencias que suelen transmitir las intenciones encubiertas de los diarios. Y en tal sentido es fácil interpretar que para "La Nación", el gran mérito del Padre Marcó consistiría en desembarcar de la Barca de Pedro, desconociéndole de hecho a la embarcación santa, exclusividades y privilegios definidos por el Fundador de la Iglesia.
Así, en su Editorial del 1.0 de julio, recuerda "la tendencia natural de las religiones a sentirse depositarías de la verdad", clara crítica dirigida a la religión católica. Lo cual es grave, pero más delicado para Marcó resulta lo que el periódico asevera, diciendo que "en un mundo en el que las religiones han dado pretexto, a lo largo de la historia, a tantas formas de violencia y absolutismo (es obvia la referencia a la Iglesia Católica) es alentador constatar que el diálogo interreligiosa se afirma como «uno de los valores que aporta hoy la argentinidad», como bien ha señalado el presbítero Marcó actualmente a cargo de la presidencia del Instituto del Diálogo Interreligioso". Muchas actitudes confirman el peligroso elogio periodístico, al mezclarlo a Marcó con la evidente crítica al "absolutismo" de la Iglesia Católica, absolutamente la única depositaría de la Verdad.
Valen para ejemplo la respuesta ligera en ocasión del filme "El Código Da Vince". O, frente al más que cuestionable nombramiento de una atea militante y abortista en la Corte Suprema de Justicia, cuando declaró que pensar qué un Obispo "habla con el Presidente para poner o sacar un funcionario es pensar en la Iglesia del siglo XIV..."
O acerca del repugnante preservativo, cuando dijo ("Infobae", del 19 de enero de 2005): "Aunque se expidiera Roma en contrario, es un tema opinable..." Y al calificar a los laicos más decididos a rechazar frontalmente los ataques sacrilegos como "católicos fascistas y de la nueva Inquisición" ("Clarín", del 15 de diciembre de 2004).
O, a propósito de las blasfemias en la Recoleta, al afirmar que "todas las acciones del Arzobispado de Buenos Aires se inscribieron en actitudes democráticas"; dejando aclarado que quienes se manifestaron con hidalga energía, lo hicieron "por cuenta propia".
En fin, éstas y muchas otras actitudes, por desgracia tienden a darle razón al elogio-acusatorio de "La Nación ", al percibirse en Marcó — más allá de las convicciones íntimas que pueda tener— una inclinación a la "prudencia diplomática", que alejada de las antiguas tradiciones afecta al protagonismo salvador exclusivo de la Iglesia.
El Obispado de Puerto Iguazú
"A no hablar más de protestantes ni herejes, sino de hermanos separados. Que Dios es único, aunque en otras religiones le den otro nombre", exhortó Monseñor Joaquín Pina, Obispo de Puerto Iguazú, en ocasión de la solemnidad de la Santísima Trinidad.
"El Yahvé, del Antiguo Testamento, (o Jehová, como les gusta llamarlo a algunos), no es otro que Alá, de los musulmanes, y él Padre de Nuestro Señor Jesucristo, al que adoramos los cristianos", aseguró (AICA, 12 de junio de 2006). •




23 de Enero de 2011

Publicado en Revista Cabildo N°88
Mes de Abril de 2011-3era.Época
 DE PLUMA AJENA"
"Noticias Globales"
El Testamento del Dr. Nathanson


El pasado 21 de febrero, falleció Bernard Nathanson, el médico que de "el rey del aborto", como se lo llamó, se convirtió en uno de los más importantes defensores de la vida humana desde la concepción.
Su cambio radical de médico abortero a médico provida, se concretó a través de evidencias científicas. "Como científico no creo, yo sé y conozco que la vida humana comienza en la concepción", escribió en 1992.
Se reconoció como responsable directo de la muerte de 75.000 niños no-nacidos. Abandonó la industria del abominable crimen del aborto en 1979. Su testimonio, especialmente a través de dos películas, "El Grito Silencioso" (1984) y "El eclipse de la razón" (1987) y de su autobiografía "La Mano de Dios" (1996), es capital para el esclarecimiento y la promoción de la defensa de la vida del niño no-nacido en todo el mundo.
En 1992, escribió una carta pública que constituye un testimonio excepcional y una advertencia a tener muy en cuenta, sobre todo en los países que sufren la , presión abortista para legalizar el crimen abominable del aborto.
En 1996, el Dr. Nathanson, judío de nacimiento, fue bautizado en la Iglesia Católica por el Cardenal John O'Connor, en la catedral de San Patricio de Nueva York, en la fiesta de la Inmaculada Concepción.
CARTA ABIERTA DEL DR. BERNARD NATHANSON
(AÑO 1992)
Soy responsable directo de setenta y cinco mil abortos, lo que me empuja a dirigirme al público poseyendo credibilidad sobre la materia.
Fui uno de los fundadores de la Asociación Nacional para Revocar las Leyes sobre el Aborto en los Estados Unidos, en 1968. Entonces una encuesta veraz hubiera establecido el hecho de que la mayoría de los norteamericanos estaban en contra de leyes permisivas sobre el aborto. No obstante, a los cinco años conseguimos que la Corte Suprema legalizara el aborto, en 1973. ¿Cómo lo conseguimos? Es importante conocer las tácticas que utilizamos, pues con pequeñas diferencias se repitieron con éxito en el mundo Occidental.
Nuestro primer gran logro fue hacernos con los medios de comunicación; les convencimos de que la causa proaborto favorecía un avanzado liberalismo y sabiendo que en encuestas veraces seríamos derrotados, amañamos los resultados con encuestas inventadas y las publicamos en los medios; según ellas el 60% dé los norteamericanos era favorable a la implantación de leyes permisivas de aborto. Fue la táctica de exaltar la propia mentira y así conseguimos un apoyo suficiente, basado en números falsos sobre los abortos ilegales que se producían anualmente en Estados Unidos. Esta cifra era de 100.000 (cien mil) aproximadamente, pero la que reiteradamente dimos a los medios de comunicación fue de 1.000.000 (un millón), Y una mentira lo suficientemente reiterada, la opinión pública la hace verdad.
El número de mujeres que morían anualmente por abortos riégales oscilaba entre 200 y 250, pero la cifra que continuamente repetían los medios era 10.000 (diez mil), y a pesar de su falsedad fue admitida por muchos norteamericanas convenciéndoles de la necesidad de cambiar las leyes sobre el aborto.
Otro mito que extendimos entre el público, es que el cambio de las leyes solamente implicaría que los abortos que se practicaban ilegalmente, pasarían a ser legales. Pero la verdad es que actualmente, el aborto es el principal medio para controlar la natalidad en Estados Unidos. Y el número de anual de abortos se ha incrementado en un 1500%, quince veces más.
La segunda táctica fundamental fue jugar la carta del anticatolicismo.
Vilipendiamos sistemáticamente a la Iglesia Católica, calificando sus ideas sociales de retrógradas; y atribuimos a sus Jerarquías el papel del "malvado" principal entre los opositores al aborto permisivo. Lo resaltamos incesantemente. Los medios reiteraban que la oposición al aborto procedía de dichas Jerarquías, no del pueblo católico; y una vez más, falsas encuestas "probaban" reiteradamente que la mayoría de los católicos deseaban la reforma de las leyes antiaborto. Y los tambores de los medios persuadieron al pueblo americano de que cualquier oposición al aborto tenía su origen en la Jerarquía Católica y que los católicos proaborto eran los inteligentes y progresistas. El hecho de que grupos cristianos no católicos, y aún ateos, se declarasen provida, fue constantemente silenciado.
La tercera táctica fundamental fue denigrar o ignorar, cualquier evidencia científica de que la vida comienza con la concepción. , Frecuentemente me preguntan que es lo que me hizo cambiar. ¿Cómo pasé de ser un destacado abortista a un abogado pro-vida? En 1973 llegué a ser Director de Obstetricia en un gran Hospital de la ciudad de Nueva York, y tuve que , iniciar una unidad de investigación perinatal; era el comienzo de una nueva tecnología que ahora utilizamos diariamente para estudiar el fe¬to en el útero materno. Un típico argumento pro .aborto es aducir la imposibilidad de definir cuando co¬mienza el principio de la vida, afir¬mando que ello es un problema teológico o filosófico,•no científico.
Pero la fetología demuestra la evidencia de que la vida comienza en la concepción y requiere toda la protección de que gozamos cualquiera de nosotros.
Ud. podría preguntar: ¿Entonces, por qué algunos doctores, conocedores de la fetología, se desacreditan practicando abortos?
Cuestión de aritmética: a 300 dólares cada uno, un millón quinientos cincuenta mil (1.550.000) abortos en los Estados Unidos, implican una industria que produce 500 millones de dólares anualmente. De los cuales, la mayor parte van a los bolsillos de los doctores que practican el aborto.
Es un hecho claro que el aborto voluntario es una premeditada destrucción de vidas humanas. Es un acto de mortífera violencia. Debe de reconocerse que un embarazo inesperado plantea graves y difíciles problemas. Pero acudir para solucionarlo a un deliberado acto de destrucción supone podar la capacidad de recursos de los seres humanos; y, en el orden social, subordinar el bien público a una respuesta utilitarista.
Como científico no creo, yo sé y conozco que la vida humana comienza en la concepción. Y aunque no soy de una religión determinada, creo con todo mi corazón que existe una divinidad que nos ordena finalizar para siempre este infinitamente triste y vergonzoso crimen contra la humanidad. •
Dr. Bernad Nathanson
Cfr. "Noticias Globales",
año XIV, n°967, 07/11.
Gacetilla n° 1090. Buenos
Aires, 23 febrero de 2011


15 de Enero de 2012

Tras la lectura del artículo insertado a continuación, podrá comprobar el daño evidente que causa la RELATIVIZACION de un tema. Es como actualizar lo del Dante: "LA CONFUSIÓN DE LAS PALABRAS PRINCIPIO FUE DEL MAL DE LAS CIUDADES". O del Dr. Caponnetto, "SE RELATIVIZA LO ABSOLUTO Y ABSOLUTIZA LO RELATIVO". La conjunción de estos errores, subvierte, colocando las cosas a la inversa, y una simple confusión termina en el modernismo actualmente reinante.     


Publicado en Revista Cabildo N°72
Mes de Marzo de 2008-3era.Época
Declaraciones
DECLARACIÓN DEL INSTITUTO DE
FILOSOFÍA PRÁCTICA ACERCA
DE LA UNIVERSIDAD, LA SAPIENZA
Y LA INTERNACIONAL DE LA MORDAZA



 

I

El 17 de enero de este año la Universidad La Sapienza de Roma inauguraba su año académico y el Papa Benedicto XVI fue invitado para hablar en el acto.
Dicha Universidad fue erigida, hace más de siete siglos, por una bula de Bonifacio VIII, o sea que fue una fundación de la Iglesia; el Papa Ratzinger es un conocido teólogo que se ha pasado la vida estudiando, dictando clases, dialogando académicamente, publicando libros. La teología, como saber acerca de Dios, en una Universidad que se precie de tal, tiene tanto derecho a estar presente como la filosofía, la medicina, el derecho, las ciencias exactas, biológicas, etc.
Por lo tanto, la invitación era razonable y justa, dentro de una concepción clásica y tradicional de la Universidad, como comunidad de profesores y estudiantes, reunidos en un lugar apropiado, que tiene por fin la búsqueda, la transmisión y la contemplación de la verdad bajo modo de saber.
Sin embargo, la protesta de 67 profesores a quienes se sumaron grupos de estudiantes, en nombre de la libertad de investigación y de la ciencia, hizo que Benedicto XVI declinara la invitación.

 


II

Posteriormente, casi 1500 docentes, investigadores y doctorandos de todas las Universidades de Italia, se adhirieron a los primeros en un llamado "por la laicidad"; desde Luigi Bobbio, hijo del fallecido Norberto Bobbio, hasta nuestro conocido Gianni Váttimo.
Recordemos que en el 2006, el último fue invitado con todos los honores por el rector de la Pontificia Universidad Católica, Alfredo Zecca, y el decano de la Facultad de Filosofía, Néstor Corona, de quien ya nos ocupamos en la Declaración del 6 de noviembre de 2006. Tal vez a Váttimo lo convidaron por sus preferencias políticas: "Si la elección es entre la democracia imperfecta europea y norteamericana... y la democracia imperfecta de Chávez y de Castro, elijo esta última" ("Corriere della Sera", Milán, 24 de octubre de 2006) o familiares, pues amenaza al ex comunista Fassino, de no volver a votarlo por sus declaraciones en contra de la adopción por dos gays "Adozione gay, no voto piúds", "Corriere della Sera", Milán, 17 de diciembre de.2006).
¡Váttimo en la UCA! Convocatoria a profesores y estudiantes para buscar con él la verdad... ¡buscar la verdad con quien niega la realidad! Y ahora Váttimo, que ante quienes lo invitaron es como un gato jugando con dos ratones, muestra su calaña, se opone a la visita del Papa, niega toda reciprocidad.
Recordamos en esa oportunidad las palabras del muy medido profesor de Údine, Danilo Castellano: "Váttimo no sólo no debería ser invitado por una Universidad Católica, sino por una Universidad a secas que se precie de tal".
Pero aquí no acaba la cosa: también se opuso a la presencia del Papa la primera mujer admitida en la Pontificia Academia de Ciencias, Rita Levi Montalcini, quien declaró: "Soy miembro del Vaticano: no puedo firmar aquello que sin embargo apruebo completamente" ("Montalcini: avréi firmato contra il Papa", "Corriere della Sera", 23 de enero de 2008).
Y aquí, un agregado: Levi Montalcini, como senadora "por vida" ha votado cuanto proyecto se ha presentado en la Cámara, opuesto no sólo al orden cristiano, sino al natural; y una conclusión: son inútiles y perjudiciales ciertas aperturas a personas que son enemigas de las bases de nuestra cultura y de nuestra civilización.

 

III

Pero todavía hay más. La Universidad tradicional como comunidad de profesores y estudiantes hoy casi no existe; es la comunidad la que permite la comunicación. Pero si no hay voluntad de servicio y de diálogo académico, por más medios técnicos, por más Internet que tengamos, no hay comunicación.
Un caso paradigmático en la UCA: el profesor les da el e-mail a los alumnos para consultas. Una alumna le hace una consulta acerca de un tema complicado de su última materia. El profesor le contesta: lea el libro. La explicación la tuvo que buscar fuera de la Universidad. Y vayamos del caso particular a lo general: hoy cualquiera que quiera formarse en serio, no puede quedarse con lo que recibe en cualquier Universidad.
Hoy en muchos de esos lugares se ha perdido el hábito del estudio, de leer y de releer, de comprender, de pensar, de confrontar, de meditar, de asimilar. Es más fácil repetir, copiar sin evaluar, sin criticar.
Y esto, muy de moda, es lo que les ha sucedido a los profesores italianos, pues como señala "L'Osservatore Romano", "tal vez los 1.479 firmantes no saben que han tomado por bueno algo falso, adoptando una afirmación sin verificar su autenticidad" ("Hanno preso un falso per buono", "Corriere della Sera", Milán, 6 de febrero de 2008). En realidad, la cita impugnada no era del Papa; estaba copiada en Wikipendia, en la voz "Papa Benedicto XVI".
Es una vergüenza para la Universidad que los profesores se hayan movilizado contra el Papa intentando rebatir un escrito que no era de Benedicto XVI, sino del anarco-epistemólogo Paul Feyerabend, demostrando, como escribe Pierluigi Báftista, "que los docentes universitarios, algunas veces, prefieren consultar Wikipendia en vez de los libros".
Es el triunfo de minorías agresivas, sectarias, "pero ruidosas, que tienen como rehenes a la cultura y el diálogo".
Es penoso que casi 1500 intelectuales, agrega Battista, "sobrevolando sobre el clamoroso error de atribución cometido por sus distraídos colegas, han suscrito un documento en el cual, como .la vuelta al revés de la lengua, puesta en acto en el «1984» de Orwell, han apelado a Galilea para solidarizarse con un acto de censura, han llamado libertad científica á la intimación al silencio, han intercambiado por un gesto de coraje un episodio de prevaricación y de prepotencia... Es la nueva internacional de la mordaza" ("Pochi, prepotenti ma abili con i media", "Corriere della Sera", Milán, 11 de febrero de 2008).
Tenía razón Danilo Castellano: estos profesores, cuyo alimento es Internet como hemos visto, no deberían ser invitados por ninguna Universidad a secas, que responda a su nombre, que cuide su honor.
Lo ocurrido no nos sorprende, porque sabemos que en el fondo, lo que de verdad inspira estas manifestaciones de ingratitud y soberbia, es la antigua inquina, por no decir el odio, contra la Iglesia de Cristo, cuyos fieles han sido y serán injuriados y perseguidos; de ellos el mundo dirá con mentira toda clase de mal por causa de su Divino Fundador (Mt. 5, 11).
Una vez más se pone en evidencia que el Señor del Cielo y de la Tierra oculta la verdad a los que el mundo tiene por sabios e inteligentes, y se la revela a los pequeños (Mt, 11, 25; Le. 10, 21).
Por eso los ataques no cesarán, y cuánto más arrecien, más seguros podemos sentirnos discípulos fieles del único Maestro. Al fin y al cabo, la Iglesia que quieren demoler, se ofrece en cambio íntegra, nueva en lo accidental, permanente en lo esencial. Se puede decir de ella, lo que el calvinista Teodoro Beza murmuraba al oído del Rey de Francia: "Sire, es más propio de la Iglesia de Cristo recibir golpes que darlos; pero Vuestra Majestad debe recordar que aquélla es también un yunque que ha gastado muchos martillos".
Finalmente, estamos seguros que cualquier imán o rabino, cualquier monje budista, exponente de una religión atea, o algún brahmán que los conducirá al Nirvana, cualquier sirviente de los ídolos contemporáneos o sacerdote de los antiguos cultos de Odín o Zoroastro, o de nuestra Pachamama, hubieran sido recibidos con los brazos abiertos. En cambio, la hostilidad, el rechazo expresado en los carteles: "no tenemos Papa", el odio y la apostasía de muchos, estaban dirigidos al Papa Benedicto XVI, como cabeza de la Iglesia y sucesor de Bonifacio VIII, el fundador. Cualquier pretexto sirve a quienes reniegan de siglos de tradición cristiana para amordazar al Vicario de Cristo.
Este Instituto otra vez sale a manifestarse, ante el silencio de quienes debieran hacerlo, aunque se encuentren de vacaciones. Porque la afirmación de la verdad y el bien, como el quitar la máscara al error y al vicio, no saben de vacaciones. •
Buenos Aires, 20 de febrero de 2008.
Bernardina Montejano Presidente
Gerardo Palacios Hardy Vicepresidente





5 de Enere de 2012

Con el propósito de dar vida a mi pretendida obrita de ayudar a difundir verdades reducida al quijote2010.es.tl, hoy como casi siempre, recurrí a un número de la revista Cabildo. Estampé en ellas imágenes que a dos de los que comparten su contenido pueden causarle justos disgustos. Las sabias palabras del Dr.Caponnetto y las del padre Ezcurra forman parte de ella, en su página editorial el uno y de la contratapa el otro. Mi opción en agruparlos obedeció a las bellas palabras pronunciadas aunque desde distintos lugares, el exhaltar la sabiduría, y enseñanzas múltiples merecen toda clase de  elogios. La tapa está ilustrada con otra clase de componentes, que forman parte del "hampa" constituído por ese "monstruo" llamado nuevo orden mundial nada mas que como "sirvidores momentáneos", a lo que todo buen cristiano debe "aborrecer". "Los últimos serán los primeros" ..... ¿Conocerán esto verdad?
En resúmen apoyar una u otra posición nos depara diferentes camino. 

Publicado en Revista Cabildo N°30
Mayo/Junio de 2003 3era.Época
EL MARXISMO ES SATÁNICO

       PADRE ALBERTO EZCURRA

"En el mundo moderno, el diablo está presente cuando el marxismo nos dice que Dios es un invento del hombre; que es una proyección del hombre que se siente oprimido en un ser imaginario, y proyectándolo se aliena. Cuando el marxismo nos dice que Dios es una alienación y que el hombre debe destruir esa alienación para llegar a ser hombre pleno, para llegar a colocarse en el lugar de Dios. Ése es el trasfondo último del marxismo, y es satánico, es demoníaco, es el seréis como dioses: la tentación de la primera serpiente que ha sido asimismo el trasfondo de todas las herejías de la historia.
Tienen poca imaginación. Pueden ser presentadas con un lenguaje nuevo, filosofías o teologías, pero el trasfondo de todas las herejías son las palabras de la serpiente: seréis como dioses, y esa es la afirmación del marxismo. El marxismo está presente hoy en nuestro país, con una especial virulencia, está presente en muchos grados, en muchos planos de la inteligencia argentina, pero no solamente es satánica esa actitud del marxismo, sino también la de todos aquellos que pretendiendo combatirlo, son marxistas en el fondo porque tienen frente a la vida una actitud de absoluto materialismo.
La figura del santo y la figura del héroe, necesarios ambos para combatir al marxismo, no se van a formar en el terreno podrido de los partidos políticos. Se van a formar en el espíritu de las Ordenes Combatientes, donde se unen las virtudes guerreras del patriota, con las virtudes sobrenaturales del cristiano."
Padre Alberto Ezcurra
Homenaje a los 10 años de su muerte
NUESTRO DEBER ES COMBATIRLO

 

LA PESTE Y LA SALUD

Desde los tiempos recientes -en los que lucía su disfonía y su garbo escasamente ático durante la campaña electoralera- hasta los momentos actuales de presidente ungido
por arte de birlibirloque, el señor Kirchner de González no ha dejado de zaherir a unos y a otros acusándolos de ser el pasado. Como si la palabra tuviese en sí misma una malsana significación y un descalificante peso, la ha usado tanto contra militares como frente a civiles, ora al modo de un reto o amenaza, ora de prevención o castigo. Es comprensible que así sea, pues para estos chiquilicuatros modernos que se glorían de encarnar el porvenir, la juventud y el progreso, nada más ominoso que el ya haber sido, nada menos recomendable que las raíces y la memoria.
Lo paradójico del caso, es que quien así se expide, ha hecho de su pasado setentista una bandera y un programa de gobierno, una reivindicación indisimuladamente rencorosa y una planificada regresión a aquella marea roja, de la que fue partisano y gradual usufructuario. Habría pues, en el magín maniqueo del patagón, un pretérito perfecto conformado por la montoneril ralea, y otro imperfecto constituido por aquellos que en buena hora le hicieron frente. De tamaña conjugación verbal y política dan .prueba los personajes ratificados o instalados en el poder. Sea el barbado educador materialista y ateo, el gordinflón abortista, el promotor de cópulas contranatura, el garantista de los delincuentes, el antiguo abogado de Serpianos o el carcamal que in illo tempore escandalizara con el happening desde un Instituto en el que se llamaba cultura a la orgía. Sin excluir de esta intranquilizante nómina a los proclamados católicos -y algunos, ¡vaya!, de estricta observancia- que no acaban de comprender la insalvable inmoralidad de cooperar con un gobierno dispuesto a pervertirlo definitivamente todo. ¿O tendremos que recordarles a qué condujo la política de mano tendida?
Digámoslo como lo decimos siempre, sin eufemismo alguno. Lo que tenemos a la vista es una verdadera peste; de la misma naturaleza de aquello que la precediera y prohijará, como que concurren al común apestamiento la democracia y sus ficciones. Mas si la plaga precedente acentuaba su sesgo liberal, la presente enfatiza su mueca marxista. Horrible contorsión que deprava el rostro de la política, y que halló su emblema en la perorata degenerada y mendaz del siniestro Fidel. Mientras sus anfitriones concertaban día y hora -presurosos- para entrevistarse con Bush, alcancía en mano. Peste ya padecida por la patria, cuyos mejores hijos se ha cobrado. Peste victimaría de las almas y de las virtudes, de la ley natural y del decoro. Por ella y por su contagiosa hediondez, como en la metáfora de Albert Camus, las ratas penetran las calles y las casas, la enfermedad se filtra en cuerpos y en mentes, la ciudad queda fragmentada y dividida, aislada en su propio morbo.
Ante tamaña calamidad, toda resistencia en pro de la salud, de parte de los argentinos de bien -por aislados y débiles que parezcan- debe contar con nuestro concurso. El docente que se atreva a enseñar la verdad, a pesar de la Flacso; el juez que fallé contra los medicamentos abortivos, a pesar del Episcopado; el soldado que haga viril a la tropa, a pesar del Estado Mayor; el jornalero que trabaje, a pesar de los piqueteros; los jóvenes dispuestos a ejercitar la decencia, a pesar de los Medios Masivos; las familias capaces de criar cristianamente a sus hijos, a pesar del Ministerio de Salud; el policía que abata a un malviviente, a pesar de la Secretaría de Derechos Humanos; el honrado defensor de Dios y de la Patria, a pesar del Gobierno Nacional.
Trae junio la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Contrariamente a lo que suele creerse, no fue ni es ésta una devoción ligada a la beatería melosa, sino un culto movilizador de héroes y de santos, de cruzados encendidos y victoriosos caballeros del Grial. Símbolo diáfano del Templo, el Sacro Centro, invita a la ascesis y a la lucha.Pero como ha notado agudamente Francisco Cañáis, obliga a una visión cristiana del orden social y público, en la que se salva el honor de la Soberanía Divina, se recupera "la dimensión vertical o teocéntrica", y se orienta "la concepción de la historia, en marcha hacia la instauración de todas las cosas en Cristo".
Allá pastores, políticos, funcionarios, en su Mesa de Diálogo, siempre gentil con los masones cabalistas de la Bna'i Brit'h, los usureros del Fondo Monetario o los agentes marxistas. Aquí nosotros, firmes en la resistencia en torno de esta fiesta que adviene. Repitiendo el antiguo himno, como los guerreros de La Vendée: Jesu, tibí sit gloria, Qui Corde fundís gratiam. Gloria a Ti Jesucristo, en cuyo pecho, palpita el Corazón que da la gracia. •
Antonio CAPONNETTO

18 de Diciembre de 2011
Publicado en Revista Cabildo N°93
Noviembre/Diciembre de 2011-3era,Época
CULTURA DE LA VIDA
Antonio CAPONNETTO
A propósito de la campaña contra el aborto
Buenas Causas, Mal Defendidas

Es una paradoja que termina causando daño. Y hay muchos ejemplos a la vista, como para aprender a distanciarse de tamaño error.
Están los que defienden la activa participación política en pro del rescate de la patria pero no se les ocurre otra alternativa que insertarse en el Régimen falaz y descreído, pagando tristísimo tributo teórico-práctico a sus peores axiomas.
Están los que defienden a la Jerarquía Eclesiástica, pero creen que así debe ser considerada todavía nuestra penosa gavilla de obispuelos, aliada de la tiranía kirchnerista.
Están los que defienden la pureza y la galanura del idioma, pero porque sostienen —como Pedro Luis Barcia— "que el empobrecimiento intelectual y verbal le hace muy mal al sistema democrático" (cfr. "La Nación", 11 de noviembre de 2011, pág. 1).
No advierten que es precisamente este sistema la concausa y la ocasión de la babel lingüística, de la guerra semántica y del adefesio cultural.
Y están, por caso, los que defienden al revisionismo histórico, trazando líneas pretéritas irreconciliables, como la de Rosas con Perón o con algún demonio bizco a quien se llevó la Parca, horrorizada hasta ella del engendro que transportaba.
Pero hay una causa nobilísima cuya defectuosa defensa nos preocupa hoy especialmente. Se trata de la causa de la vida contra el crimen del aborto. Que tiene buenos apologistas, lo sabemos; y no son ellos quienes deben darse por aludidos en los párrafos que siguen.
Pero ocurre que los organizadores y promotores más salientes de las genéricamente llamadas marchas pro vida, no dejan confusión por perpetrar. Son personas bien intencionadas, honestas, laboriosas, quizás algunos hasta de conducta santa. Celebramos sus talentos y esfuerzos, que no son pocos.
Subrayamos también sus virtudes. Pero la miopía doctrinal en la que se encuentran les juega una mala pasada.
Tenemos a la vista, por ejemplo, el conjunto de "recomendaciones" que nos remitieran la "Red San Isidro" y el "Frente Joven", por correo electrónico, a propósito de la concentración del 1° de noviembre en contra del aborto. Posiblemente no sean instituciones puestas bajo un mismo mando, o similares en sus emprendimientos. Pero al igual que otras entidades como "Unidos por la Vida", adolecen del mismo criterio: respiran el espíritu del mundo, el lenguaje políticamente correcto, la dependencia del pensamiento único, la forma mentís de la modernidad, los tópicos de la Revolución, y el estilo pacifista, propio de quienes declaran carecer de actitud confrontativa.
Se recomienda así utilizar el argumento de que "abortar es discriminar", como si el vocablo tuviera la ingénita maldad que le han endilgado las ideologías garantistas; de que es "racista y machista", como si ambos motes no pertenecieran al gastado libreto del feminismo; de que "siempre es injusto matar a una persona", como si no hubiera diferencia entre la vida de un inocente y la de un culpable; y sobre todo —¡no podía faltar el incienso a la deidad mayor!— de que somos democráticos y nos sentimos ofendidos por las "irregularidades del debate antidemocrático" que se lleva a cabo en el Congreso, "ya que no nos permitieron todavía llevar oradores que expresen nuestra postura en defensa de la vida", como si la presencia en aquel deleznable recinto de alguna supuesta voz ilustrada —equiparada con otras muchas abominables— pudiera ser el obstáculo para una estrategia criminal puesta en marcha con todos los resortes del Estado.
He aquí, el paquete completo de las categorías gramscianas, los tópicos repetidos por el amasijo de liberales y marxistas que nos dominan, los estereotipos gastados de la contracultura moderna. He aquí, en suma, la tosca dependencia a las muletillas impuestas por la intelligentizia oficial. Algo es malo si discrimina, si es violento, si es antidemocrático, si conculca los "derechos humanos".
Y para que sea más malo todavía conviene acusarlo de nazismo, usando para ello las palabras talismán impuestas por las izquierdas para mentarlo: racismo y machismo.
Una lectura atenta de Maurras podría hacerles comprender que "la Revolución verdadera no es la Revolución en la calle, es la manera de pensar revolucionaria". Si hablamos como ellos, acabaremos pensando y siendo como ellos.
La única dureza de estos profesionales de la blandura está aplicada a quienes se les ocurra que hay que presentarse a sus concentraciones, no como seguidores de la evangelista Hotton o de la opusdeísta Negre —que son modelos de aturdimiento mental— sino como católicos militantes y aguerridos, dispuestos, si la ocasión se diera, a la inevitable contienda contra el amontonamiento de sacrilegos y de blasfemos. Dispuestos a quebrar lanzas por las augustas realidades de Dios, la Patria y el Hogar.
"Aquel que no se sienta capaz de controlarse —dice el largo Instructivo de la Red Federal de Familias—, le exigimos que no venga, ya que puede arruinar el esfuerzo de muchos".
El eufemismo es notorio. Descontrolados como Santa Juana de Arco, San Luis Rey o San Juan de Capistrano, abstenerse. Tampoco testigos insumisos de la locura de la Cruz, pues los custodios de la cordura racionalista ordenan: "no repartir ningún tipo de volante que sea ajeno a las líneas argumentativas que se pretende trasmitir, todas ellas desde un enfoque científico".
De modo que afuera de las marchas "providistas" el Profeta Isaías, recordando que Dios nos formó desde el seno materno, o el mismísimo Moisés, blandiendo las Tablas de la Ley con el Quinto Mandamiento. Afuera la descontrolada madre de los Macabeos y el acientífico alegato sobrenatural de Zacarías e Isabel.
"Detrás de toda cuestión política hay una cuestión religiosa" (Donoso Cortés)
Han caído en la trampa que pacientemente les tendió el mundo: la Fe no es argumento, ni conocimiento, ni prueba. Escondámosla, o pongámosla entre paréntesis. Detrás de toda cuestión política ya no hay una cuestión religiosa, al buen decir de Donoso Cortés. No; para estos providistas se trata de un debate político democrático que es preciso reclamar. "Creemos en una sociedad unida que proteja la vida, una sociedad que definitivamente renuncie a cualquier forma de violencia", dice el manifiesto de "Unidos por la Vida".
Para que el caos fuera completo, en aquella concentración aludida del I2 de noviembre, un sinfín de banderas rojas eran enarboladas por los "nuestros", algunas con lemas favorables a la supuesta postura anti abortista de Cristina, otra con leyendas contra "la ley nazi". Todo en un clima de estudiantina, de viaje de egresados, de pic-nic callejero, mientras una sanitaria valla policial separaba a ambos partícipes del disenso democrático, para que todos se pudieran expresar libremente.
El espectáculo de la paridad y de la legitimidad de las posturas fue montado durante largas horas, siendo funcionales ambos bandos, recíprocamente. Muchos jóvenes tuvieron así su bautismo de "fuego" pluralista, ghandiano, sincretista y nada confrontativo. Como le gusta a Arancedo. Como les inculcan en ciertos establecimientos educativos "católicos" a los que concurren.
Dos días después de esta esforzada pero penosa marcha, el jueves 3 de noviembre, el Padre Víctor Manuel Fernández, desde las páginas de "La Nación", desbarraba aún más la línea argumentativa en una nota titulada "Matar a los débiles". Fernández, por supuesto, es el continuador de Zecca en el rectorado de la UCA, aunque merecería ser pariente de Aníbal.
Su confusión tiene una culpa mayor y más imperdonable que la de los otros. "Según el prete, los abortistas son "autoritarios" que han heredado "la política de violación de los derechos humanos".
La culpa no recaería ni en la Internacional Marxista que, desde siempre fomentó la cultura de la muerte; ni en el Imperialismo Internacional del Dinero que explícita descaradamente sus planes neomalthusianos de colonización mediante el aborto; ni en la caterva de nuestros partidócratas homicidas; ni en la tiranía gubernamental que promueve la perspectiva del género y la contranatural; ni en la industria del vicio nefando convertida en política de Estado; ni en el pecado mortal del liberalismo que antepone la libertad de disponer del propio cuerpo al deber moral de dar a luz a un inocente.
No; la culpa —tácita pero gráficamente señalada— la tiene el Proceso, "que avergonzó a nuestro país" con su "política de violación de los derechos humanos". Estos "autoritarios", ayer enseñaron que se puede matar a alguien "porque es peligroso". Hoy porque "aún no tiene más de tres meses".
La asociación desaparecido-niño por nacer, y la condición de víctima inocente de ambos, está lo suficientemente sugerida como para evitarnos rodeos interpretativos. ¿Podía pedirse distorsión mayor en la identificación de los verdaderos asesinos y victimarios? ¿Podía pedirse cobardía más abyecta que la de hacer leña con el árbol caído, hachado y enterrado? ¿Podía pedirse cinismo más imperdonable que el de omitir el nombre actual de los reales genocidas aborteros? ¿Podía, en fin, caerse en tan bajo grado de hipocresía como para acusar al presunto autoritarismo y no al real permisivismo que todo lo domina?
Pero Fernández sabe que hay otro eslogan preferidísimo por el mundo y por los providistas confundidos, y lo deja para el final. "Quizá sin darnos cuenta", nos dice, "repetiremos los argumentos del nazismo".
Es extraño. Entre las filas oficiales, oficiosas y seudo opositoras de quienes promueven el aborto, hay un sinfín de judíos, masones, gnósticos, y sectarios del más negro prontuario. Expreso, antiguo y perseverante es el apoyo de todas las organizaciones comunistas y anarquistas. Militantes furiosos de las izquierdas y del sionismo dominan los medios y las instituciones que agitan la contranaturaleza y el crimen. Todos ellos, sin embargo, son intocables e innombrables. La ley de "la interrupción del embarazo" es nazi. El peligro es Hitler. De esta manera, nuestros temerarios antiabortistas ya tienen el reaseguro infalible para que el Siglo no se ensañe demasiado con ellos. El marxismo agradecido, recibe esta exculpación de sus crímenes y alimenta el mito del demonio nazi.
Fue el israelita Leo Strauss el que incluyó, entre la categorías de falacias, la denominada reductio ad Hitlerum, según la cual no hay recurso más sencillo, directo y seguro para agraviar a algo o a alguien que sostener que lo mismo era realizado por Hitler. No importa si enseñamos la verdad o mentimos, si cuadra o no cuadra. Hitler es el comodín de todos los males y, sobre todo, el que nos libra de la dura responsabilidad de estar acusando a los hebreos y a los hermanos tres puntos.
Lo diremos con la exigencia categórica de quienes no tienen nada que perder respecto de los favores del mundo. Lo diremos subrayándolo: nosotros no desconocemos los males propiciados y consumados al respecto por el Nacionalsocialismo. Nuestro repudio no titubea ante la cosmovisión crudamente materialista y biologista que pudo alentar planes y prácticas contrarias a la Ley de Dios durante los años tumultuosos del Tercer Reich. Pero quienes por cobardía e ignorancia se llenan la boca acusando a los abortistas de ser nazis, desconocen que en junio de 1936, en Alemania, se creó la Reichszentrale zur Bekampfung der Homosexualitat und der Abtreibung (Central del Reich para la Lucha contra la Homosexualidad y el Aborto), controlada por la Gestapo primero y por la Reichskriminalpolizeiamt después. Ignoran el discurso de Himmler de 1937 asociando la homosexualidad con la disminución de la tasa de nacimientos, y alentando la oposición a la sodomía y el fomento de la maternidad, porque "un pueblo con pocos hijos tiene un boleto de ida hacia la tumba". Ignoran los mismos discursos de Hitler en pro de las familias robustas y numerosas, conceptos todos que se trasuntaron en diferentes leyes llamadas de salud marital.
Nada de esto convierte al nazismo en un modelo de política pro vida cristiana, ni exime a sus ideólogos de los condenables desaciertos conceptuales, ni lo exculpa de gravísimas faltas éticas allí donde pudieran haber concurrido. Pero el rector Fernández y los centenares de anti abortistas que repiten la ignominiosa falacia de Strauss, podrían al menos considerar la posibilidad de salir del analfabetismo histórico y del aplazo en lógica. Porque la beneficiaría de esta argucia no es la cultura de la vida, sino la propaganda aliada.
Desde las páginas de "La Hostería Volante" se había acuñado un lema demasiado sugerente como para desdeñarlo, a pesar de las diferencias sustantivas que tuvimos con aquella publicación. En efecto, se hablaba allí de "El frente de algodón ", para aludir por lo general a aquellos católicos débiles y medrosos que tomaban ciertas causas justas como propias, pero al hacerlo las algodonizaban; esto es, la debilitaban, le restaban prestancia, vigor, enjundia y gallardía. Hasta confundirla muchas veces con la misma posición del enemigo.
Así pasó ayer con la oposición al seudo matrimonio. Y así está sucediendo por ahora con la resistencia al aborto. Todos estos jóvenes con espíritu apostólico, todas estas familias imbuidas de respeto al orden natural, deben salir de la trampa en la que se encuentran y a la cual inducen a terceros. Deben incluso tomar conciencia de que los tiempos que vivimos son —muy posiblemente— postrimeros, y que no guarda proporción espiritual comportarse "en ellos como cristianos mitigados o híbridos. Lo que se nos pide es, ni más ni menos, que seamos testigos de Cristo Rey, recordando aquello que dijera Nuestro Señor: "Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante el Padre que está en los cielos" (San Mateo, 10, 17-3).
Testigos de palabra, de conducta y de sangre. Y aquí es cuando la palabra testigo —recuperando su mayor potencia y lozanía, su significación más entera y completa— empieza a escribirse martirio. O mártires de la Fe o cómplices de la Mentira. O confesores de la Cruz o componedores de votos. O cruzados de la Iglesia Militante o socios de las sectas evangelistas. O peregrinos al Gólgota o manifestantes ante el Congreso. •



 
   
 
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