EL QUIJOTE 2010 - POR LA PATRIA - NOTICIAS - VIDEOS - PPS
  Pacif.Naci.Defin.
 


6 de Septiembre de 2012
Otras del Negro de Mierda de Hortel

 

Nuestro socio el señor periodista Horacio Ricardo Palma estuvo, una vez más, de visita en el Penal Federal de Marcos Paz y nos informa que gente muy mayor, muchos de ellos enfermos, con el espíritu más fuerte que los huesos, le hicieron comentarios preocupantes. Le contaron sobre el maltrato a los nuevos detenidos... varios de ellos estuvieron toda una noche sin habitación, esperado ser ubicados.


Hortel, jefe del Servicio Penitenciario y jefe también de murgas y comparsas de convictos, sigue amedrentando a los Presos Políticos. Se presenta con dos convictos como custodia a requisar habitaciones y en una de esas requisas tuvo un intercambio de palabras con un SOLDADO PRESO POLÍTICO de 85 años. "¿Vos de qué te reís?", le preguntó el convicto que hacía de custodia del Negro de Mierda. "Me río porque en unos años el que va a estar preso va a ser él", respondió el SOLDADO PRESO POLÍTICO.
También le contó otro Preso Político, que Hortel hace correr la versión de que en cualquier momento los presos comunes podrían entrar a "liquidar a los genocidas". Este tipo de torturas físicas y psicológicas son moneda común en el Penal. Invitamos a todos... a TODOS los que puedan y quieran se tomen un tiempo para visitar PRESOS POLÍTICOS, no solo para acompañarlos, sino para decirle al RÉGIMEN que NO LE TENEMOS MIEDO


5 de Septiembre de 2012

 

Un 4 de Septiembre de 1973, el ERP asesinaba al hermano de Héctor Larrea.

 
Con hermanos como Héctor ¿Para que necesito más enemigos? Se debe estar preguntando el Sr. Suboficial (R) de la Armada Argentina Emilio Horacio Larrea, asesinado por el ERP en 1973.

 

Un 4 de Septiembre de 1973, el ERP asesinaba al hermano de Héctor Larrea.
 

Dice el CELTYV (Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas)
El 4 de septiembre de 1973 fue asesinado Emilio Horacio Larrea, hermano del conocido locutor y periodista Héctor Larrea.
El Sr. Larrea se desempeñaba como director de una agencia de investigaciones privadas en Berazategui, Pcia de Bs. As. Ese día se encontraba en su oficina del 1er piso, cuando se presentó una pareja de jóvenes. Mientras la mujer con una metralleta se quedó en la puerta, el hombre extrajo un arma y disparó contra Larrea, quien falleció en el acto. La pareja huyó en un automóvil con varias personas, seguido por otro de apoyo. El “comando J. lachowsky”, del ERP se adjudicó el hecho en Estrella Roja Nº25 agosto/septiembre del ’73.
Aunque hace casi 40 años Emilio haya sido asesinado por el terrorismo, hoy en día el Sr. Héctor Larrea afianza su apoyo hacia un gobierno que enaltece el accionar terrorista y homenajea a sus cabecillas e integrantes.


CELTYV

 

 
 
septiembre 4, 2012
By Guillermo Cherashny
 
Capriles, cerca de ganarle a Chávez.

 
La fuga hacia adelante del cristinismo con su campaña prematura por la reforma y la re reelección obedece a una necesidad que excede a la política. Se trata de la búsqueda de la impunidad por los sonados casos de corrupción de esta segunda década infame, que continúan acumulándose ahora a una velocidad tal vez mayor que en los tiempos de Néstor Kirchner. La presidente, por su parte, no duda en encubrir la corrupción, como se está comprobando en el caso de la ex Ciccone y en la confiscación de YPF para tapar el negociado de Kirchner con la familia Eskenazi. Ahora se agregan nuevos casos de corrupción, como la compra del campo de Benetton por parte de Lázaro Báez. En realidad, detrás de esta operación estaría Máximo Kirchner, como señala Jorge Asís en una nota reciente. Otro escándalo en plena evolución empezó con el reciente anuncio de la construcción de un Polo Audiovisual en la isla Demarchi. Edgardo Arrieta, secretario general de la seccional Rosario del sindicato de Dragado y Balizamiento, ya denunció que “para hacer la obra se tendrá que desalojar (la dirección de) Construcciones Portuarias y Vías Navegables”, que se encuentra emplazada en ese sector costero de la Ciudad de Buenos Aires. Para el dirigente gremial rosarino, esta situación “significará la muerte de la actividad marítima” del país. El beneficiario del proyecto sería Eduardo Elsztain, socio del gobierno nacional en el Banco Hipotecario.
 
El gobierno no se engaña

 
La realidad es que, luego de la reelección de CFK en octubre pasado, se reactivaron negociados que estaban frenados desde antes de la muerte de Néstor Kirchner. Pero desde principios de este año recomenzó la corrupción generalizada como en los primeros años de la presidencia del fallecido fundador de la dinastía reinante. El caso es que el único presidenciable con posibilidades de ganar en el 2015 si CFK no se presenta a la reelección, Daniel Scioli, no le garantiza la impunidad al cristinismo y cualquier opositor que llegue a la Casa Rosada se vería obligado a apoyar la revisión judicial de la nueva década infame. Sin salida, el elenco gobernante se lanzó así a una reforma de la constitucional con re reelección, que tiene varios capítulos previos. Por ejemplo, tratar de conseguir una ventaja electoral abrumadora para el 2013 a partir del voto de los que tiene entre 16 y 18 años y los extranjeros con dos años de residencia. Con esta maniobra, en caso de no poder conseguir este año los dos tercios de los votos para sancionar la ley declarativa de la necesidad de la reforma, el cristinismo buscaría asegurarse un resultado electoral aplastante para el año que viene que si le dé los dos tercios.

 
Frente a esto, es obvio que la oposición vuelve a mostrar su falta de capacidad de consenso. Como una voz solitaria, aunque influyente, Marcelo Tinelli dijo que no lo ve votando a su hijo que hoy tiene 15 años. La reciente encuesta de Poliarquía señala que el 66% se opone a la reelección pero le da un 51% de aprobación al gobierno, aunque omitió publicar que la imagen de CFK cayó de 43 a 40%. En todo caso, al gobierno no le importa la opinión reflejada por Poliarquía y tiene muy claro que necesita la impunidad, o sea, que le va meter para adelante.
Anteayer, en la República Bolivariana de Venezuela se realizó un simulacro de la votación presidencial con voto electrónico y se hizo una encuesta de boca de urna en la cual el opositor Hernán Capriles le ganó a Chávez 53% contra el 46%. Como venimos diciendo, un triunfo de la oposición en Venezuela sería un golpe demoledor para la re reelección de CFK y también para el nuevo giro hacia la economía planificada que sigue el gobierno de la mano de Axel Kicillof.


4 de Septiembre de 2012
Reelección para la impunidad, la nueva consigna cristinista

2 de Septiembre de 2012
Rucci, un recuerdo incómodo
 
 

LA NACION – 31ago12 – Opinión
http://www.lanacion.com.ar/1503965-rucci-un-recuerdo-incomodo
Publicado en edición impresa
Por Enrique Thomas – Para LA NACION

Cuando, hace algunos días, el juez federal Ariel Lijo decidió archivar el expediente por el asesinato de José Ignacio Rucci, una sensación de alivio se instaló entre no pocos figurones del kirchnerismo. Pues más allá de la confirmación sobre la autoría de Montoneros -dato ya sostenido por investigaciones periodísticas de gran valor historiográfico-, lo que preocupaba de la remota posibilidad de reabrir esta causa era que la dirigencia sindical se viera obligada a reconocer, a instancias de un nuevo juicio, las severas diferencias que tiene con el relato nac & pop. Especialmente en estos días, cuando el candidato para encabezar la CGT K es precisamente el secretario general de la UOM, gremio del que Rucci es una figura emblemática.
Como todo el mundo sabe, desde hace ya varios años los gremialistas que apoyan a la Presidenta vienen comiendo sapos con la nueva "historia oficial". No es para menos: impartida por medio de las usinas de propaganda gubernamental -desde los programas de la TV Pública y el canal Encuentro hasta los módulos "educativos" de La Cámpora-, esta nueva ola de falsificación histórica pretende hacer pasar a los héroes y mártires de la clase obrera argentina como "traidores" o "burócratas", mientras se sacraliza "revolucionariamente" a las organizaciones de la clase media radicalizada que, en su desenfreno irracional, ejecutaron brutalmente a varios de tales dirigentes.
Nada se dice acerca de la enorme deuda que las actuales estructuras gremiales y el propio peronismo tienen con tales "burócratas", que sostuvieron al movimiento proscripto en los años de la resistencia y permitieron que exista hoy la formidable red de obras sociales de administración sindical, única en América latina, o las leyes laborales y de asociaciones profesionales que garantizaron la unidad organizativa y el poder de negociación del proletariado nacional.
Incluso, en varias de estas piezas propagandísticas se insiste en hablar de "vandorismo" como de una forma perversa, gangsteril y corrupta de ejercer el liderazgo sindical, cuya única meta habría sido el enriquecimiento personal. Contestar este desatino demandaría varias páginas, pero quiero decir sólo que, tras el asesinato de Augusto Vandor, en 1970, su viuda, Elida Curone, debió emplearse como enfermera en un policlínico de la UOM para poder alimentar a sus hijos, como lo hizo la propia viuda de Rucci, Nélida "Coca" Vaglio.
Tal era la fortuna amasada por quienes habían sido los más influyentes jefes sindicales de esa época. Por el contrario, sería interesante repasar el patrimonio de algunos de los combativos dirigentes y comunicadores que orientan esta engañosa formulación de nuestra historia reciente.
Tal maniqueísmo, que distribuye arbitrariamente los roles de izquierda y derecha, oculta -posiblemente, sin tener conciencia de ello- que desde principios de siglo todas las organizaciones de la clase media acomodada (y semiilustrada) que optaron por prácticas terroristas, especialmente en la ciudad de Buenos Aires, tuvieron como principal objetivo el ejercicio de la violencia contra los dirigentes sindicales. Desde la Liga Patriótica hasta la Legión Cívica y desde los Comandos Civiles hasta FAR y Montoneros: más allá de que se definieran como nacionalistas, católicos, radicales o peronistas, estas bandas revelaban la ideología antiobrera que caracteriza a la pequeña burguesía de las semicolonias.
Esto explica que el apego a la "épica setentista", tan frecuente en sus campañas publicitarias y prácticas propagandísticas, sea un claro indicio de los contenidos de clase del kirchnerismo: un movimiento orientado por el sector intermediario de la economía, tributario de experiencias ajenas -como Cuba o Venezuela- y de base eminentemente clientelar. Y por si hace falta aclararlo: no hay en él ningún esfuerzo o intención por reconstruir la "columna vertebral" para retomar el curso histórico del peronismo, como pretenden hacer creer algunos. Si hasta el propio Perón (especialmente el genial estadista de los últimos años) ha sido desterrado de las homilías presidenciales.
Por esto es prácticamente imposible que alguna de las corrientes que convergen en el kirchnerismo adopte como propia la reivindicación de José Ignacio Rucci sin producir un cisma o hacerse acreedor a la maldición eterna. No escapan a este pavor los propios dirigentes sindicales oficialistas, quienes no ignoran que deben a figuras ejemplares como ésta la existencia misma de sus organizaciones.
No es nuestro caso, afortunadamente. Por esta razón, vamos a seguir trabajando junto con la hija de este gran patriota, nuestra compañera Claudia Rucci, para que en la memoria de las generaciones venideras ésta no sea una página en blanco. "Al americano libre corresponde transmitir a sus hijos la gloria de los que contribuyeron a la restauración de sus derechos", dictaminó el general San Martín. No le queden dudas a nadie de que así lo haremos.
© La Nacion


viernes, 31 de agosto de 2012

"Tanta gente civilizada gobernada por tanto político bárbaro"

 
 
Ya para el 7 de abril y 18 de julio de 2012, subimos a nuestro blog dos artículos que señalaban el viaje al pasado y la vuelta a la civilización y barbarie que también describiera Domingo Faustino Sarmiento en su mejor libro: Facundo.
 
 
 
Hoy la web hierve nuevamente con lo que se escribe en Chile acerca de nuestro país, por eso reproducimos el artículo publicado el 18 de julio y que ahora pareciera que las personas le prestan más atención que en su oportunidad ¿Será por la últimas medidas y acciones del poder de turno? ¿Habrán empezado a darse cuenta, lo que hace mucho tiempo varias organizaciones venimos  advirtiendo.
 
 
La Argentina, un país desperdiciado.
 
por SEBASTIÁN EDWARDS
 
SANTIAGO DE CHILE (La Tercera). La tragedia Argentina siempre ha sido que el todo sea menos que la suma de las partes; que tanta gente civilizada sea gobernada por tanto político bárbaro. Si el nivel de hastío sigue subiendo, y el gobierno insiste en su populismo autoritario -ambas cosas muy probables-, es posible que las fuerzas de la civilización se unan y que ejerciendo sus derechos le pongan atajo a la barbarie.
La relación entre Chile y Argentina ha sido, siempre, complicada. Durante décadas los chilenos mirábamos a nuestros vecinos con una mezcla de admiración y envidia. Y no era tan sólo por la superioridad futbolística argentina. También tenía que ver con el desplante de los porteños, su arrogancia -verdadera o percibida-, sus artistas de calidad superior, sus carnes tan tiernas como sabrosas, esos chocolates suaves que se derretían en nuestras bocas, y la música maravillosa de Gardel, Soda Stereo, y Fito Páez.
Cuando yo era niño, viajar a la Argentina era todo un acontecimiento. Los afortunados se preparaban durante meses, y hacían listas de las cosas que comprarían, de los lugares a los que había que ir, y de las comidas que tenían que probar. Los más osados regresaban llenos de historias inverosímiles, las que casi siempre involucraban discotecas maravillosas -como el afamado Mau Mau-, o modelos espectaculares e inalcanzables. Pero eso no era todo: como ha dicho el novelista Mauricio Electorat, cuando llegaba el verano y las playas se llenaban de transandinos, muchos de nosotros temblábamos al pensar que “el argentino de rigor” podía robarnos a nuestras noviecitas.
 
 
En los últimos 15 a 20 años las cosas han cambiado profundamente. El complejo de inferioridad de antaño ha dado paso a una actitud de superioridad, y a un desdén que sin ser estridente, es palpable. Para la mayoría de los chilenos, Argentina ya no genera ni admiración ni envidia. Yo diría que el sentimiento mayoritario hacia la transandina república es de pena. Esa lástima o compasión que uno siente por los tíos viejos que alguna vez fueron exitosos y encantadores, pero que con el paso de los años se han transformado en seres roñosos y un poco patéticos.
Prácticamente todos los días del año la prensa chilena da cuenta de un nuevo ranking que demuestra que Chile está por encima de la Argentina. Titulares a ocho columnas informan que nuestro país es menos corrupto (Transparency International), tiene mejor educación básica (prueba PISA de la OECD), da más facilidad a los emprendedores (Doing Business del Banco Mundial), y cuenta con mejores universidades (Times de Londres).
 Hoy en día, y con las importantes excepciones del fútbol y el cine, los chilenos miran a Argentina hacia abajo.
Una mirada histórica   En 1845 Domingo Faustino Sarmiento publicó su libro más importante: Civilización y Barbarie: Vida de Juan Facundo  Quiroga. A la  sazón, Sarmiento -quien llegaría a ser el séptimo presidente argentino- se encontraba exilado en nuestro país, donde fungía como profesor de la Universidad de Chile y director de la Escuela Normal.
 
 
En esta obra, Sarmiento argumenta que el gran dilema de la Argentina era decidir entre un futuro de civilización o uno de barbarie. La primera era asociada con la ciudad -especialmente con Buenos Aires-, la cultura occidental, y las ideas republicanas. La barbarie, en contraste, era la principal característica del interior del país, y estaba encapsulada en la forma de ser de los gauchos y los indios. Mientras los “civilizados” tendían a asociarse entre ellos y a convivir en forma pacífica, los “bárbaros” vivían aislados y rechazaban las agrupaciones civiles; eran huraños, violentos, y poco respetuosos de las leyes y de los demás. En términos modernos, lo que distinguía a la civilización de la barbarie era el acervo de capital social y el nivel de confianza interpersonal.  
Más de 150 años después de la publicación de Facundo el dilema entre civilización y barbarie sigue carcomiendo a la Argentina. Ahora no es, como lo percibía Sarmiento, un conflicto entre la culta población urbana y los toscos del campo. Ahora el conflicto es entre una clase política mediocre y rapaz, y el ciudadano medio que aspira a vivir en un país ordenado y predecible, donde pueda desplegar sus talentos, dar rienda suelta a su creatividad, y criar a su familia en un ambiente de mínima seguridad.
Un equilibrio inestable
Es verdad que la situación política es caótica y que el autoritarismo del gobierno de Doña Cristina Fernández es aterrador. También es cierto que los gobiernos K han seguido una política económica desastrosa, y que el país camina hacia adelante sólo gracias a los altísimos precios de los commodities. Argentina es el único país de la región donde hay mercado negro para el dólar, donde se falsean las estadísticas, y donde se usa un sistema burdo de prohibiciones mañosas para controlar las importaciones.
 
 
La barbarie también se presenta en la inseguridad y la violencia. La vida es completamente impredecible. Nadie sabe si los vuelos van a salir el día presupuestado, o si habrá cortes de ruta, o si los sueldos y aguinaldos serán pagados en el momento convenido, o si volverán a aparecer las monedas regionales -en la provincia de Buenos Aires ya se habla del regreso de los tristemente célebres Patacones-.
No hay respeto por la legalidad, el estado de derecho es ignorado, y los derechos de propiedad son violados en forma repetida. Peor aún, la clase política está convencida de que existe una conspiración cósmica en contra de la Argentina.
Este auge de la barbarie política se explica, en parte, por el calendario electoral. De acuerdo con la legislación actual, ninguno de los tres políticos más importantes del país -la Presidenta Fernández, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, y Mauricio Macri, el jefe del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires- pueden reelegirse. Vale decir que para seguir en política y teniendo poder tienen que buscar otro puesto o tienen que cambiar las reglas para lograr la re-reelección. Este es un panorama que, por definición, crea una enorme inestabilidad.
Entre tanta barbarie brilla la civilización.
Todo lo anterior es cierto. Pero también es verdad que detrás de esa barbarie política hay una nación de seres extraordinariamente civilizados, cultos, amables, creativos, llenos de bondad y sentido del humor.
En una visita reciente a Buenos Aires volví a maravillarme por la calidez de la gente. Me perdí durante horas en librerías atiborradas de compradores y repletas de novedades que uno ni sueña con encontrar en Chile. Comí en restaurantes de calidad, con un nivel de servicio extraordinario. Me alojé en dos hoteles que están, sin duda, entre de los cinco mejores del continente. El profesionalismo de los que ahí trabajan contrasta con la improvisación chilena en todo lo que tenga que ver con turismo y la industria de la hospitalidad.
En tan sólo dos días vi tres exposiciones maravillosas. La que más me impresionó fue una, en el Museo de Bellas Artes, sobre arte cinético argentino de los años 1960. En una muestra muy bien curada y pulcramente presentada, pude volver a constatar la originalidad de Julio Le Parc y la delicadeza de la obra de Eduardo Mac Entyre
Pero lo que más me impresionó fue el nivel de hastío de la gente con los políticos. Taxistas, dependientes de tiendas, mozos de restaurantes -los más cultos del planeta, sin lugar a dudas-, estudiantes, y pensionados coincidieron en decir que estaban hartos con la corrupción, el desorden, y el abuso. Lo escuché en distintos barrios, y de muchísimas personas que se autodefinían como progresistas e, incluso, como  peronistas. Cada vez más gente reconoce que el modelo K está agotado. Algo, dicen, tiene que pasar.
La tragedia Argentina siempre ha sido que el todo sea menos que la suma de las partes; que tanta gente civilizada sea gobernada por tanto político bárbaro. Si el nivel de hastío sigue subiendo, y el gobierno insiste en su populismo autoritario -ambas cosas muy probables-, es posible que las fuerzas de la civilización se unan y que ejerciendo sus derechos le pongan atajo a la barbarie.


 
   
 
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