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5 de Septiembre de 2012
PÍO XII Y LA FAMILIA CRISTIANA – EDUCADORES DE ALMAS
PÍO XII Y LA FAMILIA CRISTIANA
Discursos de Su Santidad Pío XII a los recién casados ente los años 1939 y 1943
EDUCADORES DE ALMAS
31 de Enero de 1940
Hace ahora más de un siglo, vivía con sus dos hermanos, en un modesto caserío del Piamonte, un niño de condición bien modesta. Precozmente huérfano de padre, no tuvo él, que había luego de ser llamado padre de los huérfanos, sino los cuidados maternos.
¡Con cuánta sabiduría educó esta aldeana sencilla a su hijo!, sin más instrucción que la guía del Espíritu Santo, en el sentido más completo y más elevado de la palabra educación. Se puede decir que la Iglesia misma lo ha reconocido, elevando a los altares a aquel cuya fiesta se celebra hoy con el nombre de San Juan Bosco.
Este humilde sacerdote, que vino a ser más tarde una de las glorias más puras de la Iglesia y de Italia, fue un maravilloso educador, y por eso, su vida os ofrece, amados hijos e hijas, futuros padres y madres de familia, las más útiles y saludables lecciones.
Cuando Dios confía un niño a los esposos cristianos, parece como repetirles lo que la hija de Faraón dijo a la madre del pequeño Moisés: "Toma este niño y edúcamelo". Los padres son, en la intención divina, los primeros educadores de sus hijos.
Conviene, sin embargo, reconocer que, en las actuales condiciones de la vida social, la urgente preocupación del pan cotidiano les hace a veces difícil el pleno cumplimiento de un deber tan esencial.
Esta misma era la situación cuando Juan Bosco cuidaba ya de ayudar, y cuando era preciso sustituir a los padres en este su grave oficio. Que él estaba providencialmente destinado a esa misión, su corazón se lo decía con una atracción precoz; su alma tuvo como una revelación de ello en un sueño de sus primeros años, en el cual vio animales salvajes cambiados súbitamente en mansos corderos que él conducía dóciles al pasto.
Para conocer cómo realizó este sueño, viene bien recordar la educación que recibió y la que dio; la una está en él unida a la otra; la madre que él tuvo explica en gran parte cómo fue padre para los demás.
Don Bosco, al fundar su primera casa de educación y de enseñanza, quiso llamarla "no laboratorio, sino oratorio", como él mismo dijo, porque intentaba crear ante todo un lugar de oración, "una pequeña iglesia donde reunir a los muchachos"
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