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10 de Agosto de 2012
Revista Cabildo N°97
Mes de Julio 2012-3era.Epoca

DE PLUMA AJENA
Carta Abierta a la Abogada de Bettini

El día 1° de junio, la Dra, Susana Blasco Lebrero, abogada del embajador Carlos Bettini, dirigió un mail a la redacción de El Informador Público, periódico digital hasta donde sabemos. En dicho mail se le pedía lo siguiente al Director del medio; "Me dirijo a ustedes por mandato del Sr, Carlos Bettini Bettini que solicita se elimine la información relativa a sus datos personales que constan en la siguiente URL: http://site.mfor-madorpublico.com/?p=12760. Del mismo modo solicito que dicha información sea desindexada de los buscadores que corresponda". La respuesta del Director de El Informador Público, Dr. Carlos A. Tortora, tomó la forma de. una Carta Abierta, fechada el 14 de junio, que circuló por la red. De allí la tomamos y reproducimos a título meramente informativo, convencidos del interés que pueda suscitar en nuestros lectores.
DOCTORA: La solicitud en cuestión se refiere al artículo "Cristina, Bettini, Devoto y el asesinato del Capitán Bigliardi", que informadorpublico.com reproduce de http ://diariopregon. blogspot. com .ar/2012/06/la presidente nego el pasado montonero.html el 9 de este mes. La nota se refiere a la historia de Jorge Devoto, un oficial de la Armada desaparecido durante el último proceso militar, al cual la presidente acaba de ascender —post mortem— al grado de Capitán de Corbeta. Luego, el periodista analiza la vinculación entre Devoto y el actual embajador en España, Carlos Bettini, cuando ambos integraban la organización Montoneros. En particular, se detalla la supuesta participación de ambos en el asesinato del Capitán de Corbeta Jorge Bigliardi, ocurrido el 5/1/1975, cuando éste salía de compras con su hijo menor.
Doctora, respecto de su pedido, quiero expresarle mi sorpresa, porque no es frecuente que la abogada de un funcionario de primer nivel, como lo es el embajador en España, se dirija a un medio de comunicación solicitándole "se elimine" la información volcada en un artículo que, en este caso en particular, no fue escrito por nuestra redacción sino reproducido de otro medio.
También me sorprende, contando con 22 años de ejercicio de la abogacía, que un pedido formal como el suyo no esté acompañado de la debida fundamentación que lo justifique, por ejemplo, la inexactitud o falsedad del contenido, etc. Debo interpretar entonces que, por lo menos en primera instancia, usted no está cuestionando la veracidad de la información publicada sino pidiendo que la misma sea "eliminada'' porque afectaría la imagen del embajador Bettini. Le hago presente, entonces, que los hechos referidos en el artículo en cuestión fueron anteriormente publicados por otros medios e incluidos también en libros, por ejemplo. Por amor al odio, de Carlos Manuel Acuña. Y debo manifestarle también mi extrañeza ante el hecho de que se pida borrar la información —en definitiva, un modo de desinformar a los lectores— en vez de ejercer el derecho a réplica expresando sus puntos de vista sobre los hechos referidos por el periodista.
Si su cliente participó del asesinato a sangre fría del Capitán de Corbeta Bigliardi no es, en realidad, el tema de esta carta. Lo que está en juego a partir de su amable solicitud es si un medio periodístico debe autocensurarse ante el requerimiento de un funcionario público, realizado en este caso a través de su abogada. Sutilmente y a través de un pedido, el embajador Bettini estaría tratando de que el medio que dirijo se autocensure y su mail, de algún modo, refleja un procedimiento encaminado a estorbar o impedir la difusión de ideas. Si su cliente, en vez de ser embajador argentino en España, fuera un simple particular, su solicitud no afectaría en lo más mínimo el ejercicio de la libertad de prensa. Por otra parte, -los hechos relatados en la nota no tienen que ver con cuestiones íntimas ni protegidas por el derecho a la privacidad sino con una cuestión de trascendencia pública, como lo es un atentado terrorista. Pero la realidad es que el embajador Bettini es un representante del Poder Ejecutivo Nacional. Su pasado político, su participación en una organización terrorista y aun sus ideas, son entonces temas de interés público y no simples cuestiones privadas. De acceder yo a su pedido, el resultado sería que estaría censurando información ya publicada y a disposición de los lectores, cediendo a la presión de un alto funcionario que, por otra parte, formula su requerimiento sin explicarlo en lo más mínimo. Distinta sería la situación si usted o su representado refutaran con pruebas las afirmaciones vertidas en la nota en cuestión, porque entonces la ética profesional nos obligaría a considerar su pedido.
En los actuales términos, debo responder entonces negativamente a su solicitud. Lo debo hacer también porque, como vienen señalando la SIP, ADEPA y otras instituciones que agrupan a los medios periodísticos, la libertad de prensa en la Argentina está gravemente amenazada por el avance sobre la misma del Estado Nacional. Esto ocurre a través de medidas restrictivas, de la utilización coactiva de la pauta de publicidad oficial para digitar los contenidos, la intervención gubernamental en las empresas periodísticas, los permanentes ataques de los funcionarios a los medios independientes y la instalación de un clima de intimidación y autocensura. , Este contexto, lamentablemente por cierto, descalifica su pedido, convirtiéndolo en una presión disimulada. Por estas razones es que no vamos a "eliminar" la nota referida al pasado en Montoneros del embajador Bettini.
La saludo con mi mayor consideración. •
Carlos A. Tortora


15 de Junio de 2012


Publicado en Revista Cabildo N°96
Mes de Junio 2012- 3era.Época
HISTÓRICAS
LUÍS Alfredo ANDREGNETTE CAPURRO
Desde el Real de San Felipe y Santiago de Montevideo
El Oro y el Puñal de Shylock contra Palestina

Los acontecimientos que llevarón a una minoría hebrea a levantar la bandera con la estrella de David en el corazón del mundo musulmán tienen que ser recordados. En general nuestras gentes conocen muy poco la cuestión. La razón ha sido que, en este asunto, hubo mala fe en los escribas que complicaron lo que en sustancia es sencillo.
Empecemos por señalar el enorme interés que los grandes financistas tienen por el Estado de Israel. Para tomar la punta del hilo no tenemos que ir más allá que al año 2008 y recordar la importancia que el accionar del Banco israelí Lehman Brothers de Nueva York tuvo en el estallido de la crisis que hoy sigue avanzando y hace peligrar las estructuras sociales. Retrocediendo a la segunda mitad de la XIX a centuria nos encontramos a grandes financistas mezclados en el movimiento sionista. El Barón Edmund Rotschild, que reposa al igual que su esposa en Eretz Israel, fue quien proporcionó los capitales necesarios para la instalación de las primeras colonias invasores judías en Palestina. A renglón seguido fue el Barón Hisrch quien, habiendo previsto la ubicación de grupos hebreos en la Argentina, resolvió finalmente apoyar a los que sostenían Palestina como centro de recepción a los judíos que dejaban Rusia y el este de Europa. Para ello legó al sionismo doscientos cincuenta millones de francos oro que fueron administrados por la Jewish Colonization Assóciation fundada en 1891. De todas maneras, la figura fundamental del movimiento lo fue Teodoro Herzl, nacido en Hungría, personaje éste que durante años actuó con voluntad inflexible en la organización de los primeros Congresos Sionistas.
En el seno de estas reuniones, realizadas en Basilea, convivieron varios sectores del judaismo mundial, comenzando por la organización masónica "B'nai B'rith" (Hijos de la Alianza). Un segundo grupo integrado por los amigos de Herzl laicos de "principios" al que se oponían (es un decir) los Ortodoxos (Mizrahi) adictos a la Torah y la tradición. El proletariado judío, lógicamente marxista, con sus representantes del "Po'ale Zion" estaban allí sentados, y hasta un "sionismo moral" que rodeaban a Anscher Ginzberg. Todos éstos tenían el objetivo de obtener, en primer lugar, un Hogar Nacional y más tarde el Estado (Eretz Israel) el que, según el Antiguo Testamento, debía abarcar de Dan a Beersheba.
Sugerimos a nuestro paciente lector observe en un mapa bíblico la extraordinaria extensión del proyecto (que incluía Jordania actual) junto al cual, Herzl barajó la posibilidad de conseguir que, Su Majestad Británica, cediera la zona africana que hoy se conoce como Uganda. "El profeta de los Bulevares", como se lo llamaba en París al dirigente que tratamos, publicó en 1895 un libro titulado "El Estado Judío".
Según los críticos, es un estudio en el que su autor demostraba gran habilidad. En esas páginas escribió Herzl que, por su interés, "los israelitas debían hacerse adjudicar una vasta región para contenerlos a todos". El problema grave para el sionismo lo constituía el antisemitismo, ya que trababa el triunfo de los judíos. Su programa positivo era fundar una sociedad encargada de negociar con las grandes potencias al estilo de las financieras. Con un capital de cincuenta millones de libras esterlinas se podría asegurar el éxito, reiteraba Herzl, antes de su muerte en 1904.
Cuando estalló la guerra de 1914 el Centro Sionista se instaló en Nueva York con un Comité Provisorio integrado por Eugene Mayer, que años después ocupó la presidencia v del Comité de la Reserve Federal, el Juez del Tribunal Supremo Louis Brandéis con Stepher Wise, Consejero del Presidente Wilson, y Nathan Strauss con Félix Frankfurter, futuro miembro de le Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos.
Eran los tiempos en que hacía su aparición Chaim Weizman, judio nacido en Rusia (1874) de profesión químico, que desempeñó junte a los Rotschild y miembros de la aristocracia británica un papel tras cendental en el cumplimiento de plan judío para dominar Palestina La doctora MacMillan, en su estudio "París 1919" (pág. 516), k describe en estos términos: "Alto calvo, con perilla, Weizman parecía una especie de Lenín bien alimentado e incluso tenía un porte que reflejaba una gran segunda en sí mismo. Discrepó con Herz respecto a Uganda. Para Weizman y, al final, para la inmensa mayoría de los sionistas, la única ubicación posible era Palestina [...]. Cuando en una ocasión le preguntaron por qué los judíos tenían derecho a Palestina, Weizman respondió sencillamente: «La memoria es derecho»".
Cuando las noticias del frente bélico empezaron a mejorar para los aliados, Lloyd George gustaba decir que en momentos en que ocupaba el Ministerio de Municiones había contraído con los hebreos una gran deuda. Eran los días difíciles de Gran Bretaña por la escasez de acetona para la fabricación de explosivos. En esos momentos Weizman tenía un proyecto para fabricarla en gran escala. En brillante maniobra lo puso a disposición de los ingleses a cambio de apoyo para la causa sionista. Años des-pués, escribió George en sus "Memorias" (vol. 2, pág. 586): "ésta fue ¡a fuente y el origen de la de-claración sobre el Hogar para los Judíos en Palestina". Sin embar-go, expresa la doctora MacMillan, "los franceses tenían otra teoría: que Lloyd George tenía una querida casada con un prominente hombre de negocios judío" (Ministére des Affaires Etrangéres, EU, 18-30). Todo este turbio e inmoral asunto fue conocido como la Declaración Balfour. "A las 24 horas, prensa público, y diplomáticos hablaron del «Estado Judío»" (Friedman: "La Cuestión de Pales-tina", págs. 311-324, Oxford).
Meses más tarde, la Legión Judía organizada como Fusileros Reales, reclutados por Vladimir Jabotinski (un extremista y brusco sionista) entraba en Jerusalem con las tropas inglesas comandadas por el Gral. Allenby. Se hizo presente la "Comisión Judía" encabezada por Weizman: "Aunque sus instrucciones eran vagas, actuaba como si fuera un gobierno en gestación, lo que motivaba quejas de los oficiales británicos" (MacMillan, ob. cit., pág. 522). Rápidamente se acentuó la oposición entre árabes y judíos. Los árabes se negaban a reconocer la Declaración Balfour. La sangre corrió a torrentes. La Legión Judía se empeñó en forma tan inhumana que Jabotinski fue encarcelado por los británicos y condenado a 15 años entre rejas. El Reino Unido habló de "instituciones de autogobierno".
La presión de la Alta Finanza representada por Lord Melchett, del trust químico de Sir Philip Sasoon y el conglomerado petrolero encabezado por Lord Bearstd, hicieron "comprender" al gobierno británico que la Declaración Balfour era un compromiso inamovible. Las cosas se "encauzaron". El Reino Unido recibió el mandato sobre Mesopotamia, los ricos territorios petroleros de Mosul pasaron a ser regenteados por hombres de la City. En tanto, Sir Hebert Samuel era designado Alto Comisionado en Palestina.
Hasta 1944 el sionismo jugó las barajas inglesas. Pero la situación cambió con el asesinato de Lord Moyne por parte de elementos hebreos que acusaron a Gran Bretaña de "potencia ocupante". Se inició entonces la guerra por el reconocimiento del "Estado de Israel". Pese a que continuaban siendo minoría (550.000 israelitas frente a 1.700.000 palestinos), los sionistas organizaron ejércitos clandestinos. El primero por su importancia fue el Haganah, con más de setenta mil hombres armados y entrenados. Fueron el cimiento de las actuales fuerzas armadas israelitas. Hubo otros dos grupos, que fueron "iluminados" de la guerra terrorista como el Irgun y el más activo, conocido como organización Stern.
Fuera del objetivo fundamental mencionado más arriba, los sionistas exigían que se aumentara el nú-mero de inmigrantes, concediendo la visa a cien mil nuevos colonizadores. Los palestinos pedían se respetara el Libro Blanco de 1939, cesando la llegada de hebreos y concediendo la independencia a la Palestina árabe. El fundamento de la posición árabe se apoyaba en el Protocolo de Alejandría (de octubre de 1944), el cual señalaba: "Nada resultaría más arbitrario que querer arreglar la cuestión de los judíos europeos mediante otra injusticia cuyas víctimas serían los árabes de Palestina", Harry Salomón Truman, el 4 de octubre de 1946 se declaró partidario de la constitución de un Estado Judío. El problema fue entonces a la ONU, donde el 28 de noviembre de 1947 con el esotérico número de treinta y tres países (soviéticos y capitalistas) aprobaron dividir Palestina en tres partes: un estado árabe, otro judío y un tercer sector de los Santos Lugares entre cristianos, musulmanes y hebreos.
Los árabes rechazaron la partición, exigiendo un plebiscito de acuerdo a las disposiciones de la Carta que había fundado las Naciónes Unidas en la ciudad de San Francisca (1945). Ni siquiera fue atendido el petitorio. A medida que las fuerzas británicas abandonaban el territorio para cumplir con el plazo que vencía el 15 de mayo de 1948, la Haganah ocupaba territorios. La caída de Jaffa y Haifa dio lugar a cruentos combates. Mientras tanto, la terrorista Irgún organizó un avance al estilo asirio, incen-diando y masacrando poblaciones. En medio del baño de sangre y horror los civiles palestinos abandonaron sus territorios y se refugiaron en las vecindades. El 14 de mayo de 1948, a horas del fin del mandato británico, el "Consejo Nacional Judío" proclamó Israel independiente. Con rapidez fulminante el "Estado" sionista fue reconocido de factó por Truman y Stalin.
Solamente la parte antigua de Jerusalén fue mantenida por la Legión Árabe de TransJordania. El Consejo de Seguridad nombró entonces, como mediador, al Conde Folke Bernadotte, miembro de la Familia Real sueca y Presidente de la Cruz Roja Internacional. El 16 de septiembre de 1948 Bernadotte declaró: "Ningún arreglo puede ser justo si no se reconoce el derecho a los refugiados árabes a regresar a sus hogares, de los que han sido expulsados". Al día siguiente fue asesinado en su automóvil junto al Oficial Ayudante, el coronel francés Maurice Serot. La banda Stern, con el cobarde cinismo que le daba la impunidad, se hizo responsable del brutal crimen. La Haganah, que sin piedad continuaba sembrando el terror, se apoderaba del Neguev, Galilea y Nazareth. Las mejores armas, suministradas por el régimen comunista de Checoeslovaquia, habían cumplido su objetivo. Sión, contra el Derecho de Gentes, triunfaba en toda la línea. Sin embargo, no hubo en Tierra Santa punto final. Las masacres y las torturas sádicas continúan hasta nuestros días.
De más está decir, que con la anuencia de las Grandes Potencias y de los Poderes Invisibles. •
 

12 de Mayo de 2012
La muerte de un combatiente por Dios y por la Patria.

Creado por AlmenA
Jordán Bruno Genta ha muerto por Dios y por la Patria. Viva queda en su muerte –“sobre el asfalto y el lirio”– la voz más clara, la pasión más profunda del Nacionalismo Argentino.
Por extraña paradoja los enemigos hicieron posible que su última lección, la muerte, fuera la primera que llegara a todos los argentinos. Durante su vida lo rodearon de silencio. Hoy, el silencio de su muerte es un grito de guerra.
Era Genta uno de esos varones fuertes, que se arrebatan el cielo por asalto. Fogoso, apasionado, sabía transmitir a cuantos se le acercaban esa caridad inmensa que lo consumía. Amó a Dios; amó a la Patria; amó a sus amigos con la vehemencia del que no conoce “los términos medios jamás aceptados”.
La Fe lo sostenía con la pasión y el ardor de los grandes conversos. La Caridad lo urgía. La esperanza lo hacía invulnerable aún al desaliento más legítimo.
Casi contrastando, diríamos, con esto, se volvía hacia los hombres con esa enorme humildad que proyectaba en su trato hidalgo, en el diálogo íntimo siempre cautivante.
Como filósofo lo centraba todo en la rehabilitación de la inteligencia. Formado en el más puro estilo socrático, hacía resplandecer la Verdad por contraste, a través de la crítica de los hábitos intelectuales, de los prejuicios que se difunden como verdades. De allí sus grandes oposiciones que dejó plasmadas en libros memorables: el filósofo y el sofista, la idea y las ideologías, el Sermón de la Montaña y el mesianismo comunista. Sabía, como su maestro, que una y la misma es la ciencia que trata de los contrarios.
Superados muy pronto las limitaciones y los errores de su formación –que no eran otros que los propios de la Universidad liberal y reformista– llegó a través de la frecuentación de los clásicos a la madurez de la Fe.
La pedagogía del verbo contrapuesta a la de la acción, la preeminencia del ocio contemplativo sobre el pragmatismo utilitario, el ideal heroico de la vida sobre la concepción burguesa de la existencia, se advierten ya desde el comienzo mismo de su tarea docente. De allí a la contemplación del Verbo hecho carne no había más que un paso inevitable. La Fe en él era Fe ilustradísima, la culminación lógica y coherente de la razón llevada hasta el umbral mismo del Dios Vivo.
Su filosofía era su vida. Gustaba repetir con Peguy que la filosofía no va a la clase de filosofía, porque es vida. Nunca la entendió de otra manera. Por eso cada vez que se remontaba hasta la altura de los primeros principios era para descender finalmente a iluminar la realidad concreta y descubrir la cuota de eternidad en cada tramo del tiempo.
Durante más de diez años aprendió y enseñó el arte supremo de las definiciones. Llegó así al año 1943. Ese intento fugaz de rehabilitación política –al que había contribuido en forma decisiva esclareciendo a los hombres de armas en conferencias que perdurarán como modelo en su género– le confió la Universidad del Litoral con miras a una proyección más amplia sobre el resto del país. A la hora de definir el camino lo hizo con concisión y profundidad: “Hay que aristotelizar la Universidad”. Y el título de su primer discurso académico es toda una proclamación de principios: “Rehabilitación de la Inteligencia”. En este marco de rigor intelectual y de profundo sentido nacional hizo rendir el primer homenaje de una Universidad argentina a San Martín.
La Escuela Superior de Magisterio fue otra de sus grandes creaciones. Desde allí trató de infundir a los maestros argentinos, desquiciados por un siglo de laicismo y normalismo sarmientino, una nueva mentalidad de raigambre católica, nacionalista e hispánica. Todo lo que pasó después es harto conocido. La habilidad y la demagogia sustituyeron a la Sabiduría en la Patria. No hubo lugar para Genta en la Argentina oficial.
El 2 de abril de 1945 sobreviene el asalto al Instituto del Profesorado Secundario de Buenos Aires del cual era rector. El retrato de Rosas –que precedía por primera vez en la historia el despacho de un rector– fue sacado a la calle y quemado. Y en un acto que quedará para siempre como ejemplo de la arbitrariedad y el despojo, el 5 de mayo de 1945 fue dejado cesante de todos sus cargos. (Curiosamente el decreto de cesantía lleva la firma del actual ministro de Justicia).
Así se pretendió poner fin a una obra docente a la que el Padre Castellani calificó como la obra del “pedagogo del ¡oh juremos con gloria morir!”. Y que el Padre Eliseo Melchiori llamó un día “la más alta cátedra de este país”. Pero se equivocaron. Llevó la cátedra a su hogar; y allí continuó enseñando, siempre la misma verdad, cada vez más rica y más madura hasta la víspera misma de su muerte. (También algunos colegios católicos le hicieron un lugar en sus aulas).
Fue un maestro de fidelidad y de vida. Tuvo el reconocimiento de su magisterio en la Distinción que en 1971 le otorgara el Instituto San Alberto Magno “por su filial adhesión a la Cátedra de Pedro”.
Nada pudo ser más adecuado para quien había sostenido siempre la Verdad en la Cátedra de la Unidad.
Pero Genta no se agota en su faz filosófica y docente que por sí sola bastaría a colmar todo el ámbito de su vida.
Él fue, quizás por encima de todo, el gran Combatiente, el Camarada.
La Política fue su gran pasión. Le dolía la Patria. La soñaba grande, egregia, capaz del señorío y por sobre todo, instaurada en Cristo. Dotado de un extraordinario realismo vio y predijo infinidad de situaciones, algunas de ellas las más dramáticas de la historia de los últimos tiempos. Abrazado al Nacionalismo, la preocupación de toda su vida fue verlo limpio e incorruptible. Y si en su “Guerra Contrarrevolucionaria” –doctrina política que escribió para la Aeronáutica Militar– nos dejó la suma de las verdades que hay que servir y los errores que combatir, en “El Nacionalismo Argentino” nos ha legado su definición más clara y luminosa: “constructivo y restaurador, jerárquico e integrador, cristiano y argentino en su contenido y en su estilo. Una afirmación soberana frente a la Plutocracia y al Comunismo”; libre de las falsas ideologías que ensombrecen la limpidez de su contenido: populismo, clasismo, socialismo.
Quiso para el Nacionalismo la solidez y el rigor de una Doctrina Política, remontándolo hasta los niveles más altos del pensamiento e integrándolo en la universalidad de su Filiación Católica.
No transó jamás con ninguna circunstancia. Solía decir siempre que era preferible la soledad a la claudicación.
Su muerte es la muerte de un soldado, el sacrificio total de quien había escrito: “Sólo la disposición al sacrificio puede realizar la Verdad de la Soberanía Nacional”.
Cuando pase el dolor, cuando deje de mordernos los labios, la muerte de Genta adquirirá la dimensión de “una alegría alta” a lo Salinas, de una “recóndita alegría” chestertoniana y será para nosotros el símbolo de la Victoria.
Dios nos ha hecho con su muerte –desde García Moreno– el regalo de un mártir.
Por luchar por el amor, le ha matado el odio. Revista Cabildo N° 19, Año II, Buenos Aires, 8/11/74, págs. 20-22
1974 – 27 de octubre – 2010
Jordán Bruno Genta: La muerte de un combatiente por Dios y por la Patria
 
16 de Abril de 2012
La reproducción de viejos números de la revista Cabildo que realizo en elquijote2010, mientras se aguardan sus nuevas apariciónes, son realizadas para el logro de  restaurar una educación y formación de los verdaderos valores nacionales. Los artículos allí exhibidos desparraman verdades destinadas al fin de evitar la sumisión inexplicable de una nación que alguna vez fue cristiana.   


Publicado en Revista Cabildo N° 64
Mes de Marzo de 2007
Editorial
KIRCHNER, EL FUGITIVO
Historicas
por Luis Alfredo ANDREGNETTE CAPURRO
DIPLOMACIA TRAIDORA Y TAMBALEANTE

Clausewitz definió la guerra como "un acto de fuerza para obligar al enemigo a que cumpla nuestra voluntad". En una nota anterior, referida a la Victoria de Ituzaingó, vimos cómo ésta no pudo ser la que doblegara al Imperio del Brasil por la torpeza y falta de visión del general Carlos de Alvear, que llegó incluso a permitir que las huestes enemigas se retiraran en orden. Fue un jaque sin el mate que hacía definitivo el triunfo naval de Brown en Juncal (el 9 de febrero de 1827).
Los sacrificios habían sido inútiles, pues ambos éxitos bélicos fueron revertidos negativamente en los despachos del Fuerte de Buenos Aires. La diplomacia traidora y tambaleante del empleado de Inglaterra llamado Bernardino Rivadavia, que fungía como Presidente, se puso en acción designando, en abril del año 1827, a Manuel José García (1784-1848) para negociar una "paz honorable" con el Brasil.
Del astuto doctor de la Universidad de Charcas que siempre estaba prendido a las ubérrimas tetas del Estado ya hemos dicho algo en el último "Cafabildo", pero se hace necesario, en honor a la verdad, agregar datos a su currículo.
Porque Manuel José García fue uno de esos afortunados personajes de viso en el que su camino por este mundo fue pergeñado por ciertos historiadores como ejemplo de funcionario ejemplar que ni siquiera Tucídides lo hubiera imaginado.
Es así que en muchas páginas de historiografía se ha pretendido llevar a la canonización a quien primero entregó un trozo de la Patria al lusitano y luego quiso dejarla en manos del hijo brasileño.
En este sentido encontramos a Mitre, que lo llamó "patriota decidido", "dotado de elevación moral", "un verdadero hombre de Estado", "cabeza de inteligencia poderosa nutrida con sendos estudios". Inmersos en la corriente de juicios benévolos y hasta ditirámbicos no podemos dejar pasar el de De Gandía, que atribuye la "gestión" del pequeño y pésimo imitador talleyranesco "a una herencia de siglos de renuncias españolas en el plano diplomático". Una falacia más del petulante escriba que Antonio Caponnetto procesó, en las páginas que componen el capítulo 9 del Tomo I de "Los Críticos de! Revisionismo Histórico".
Pero veamos más antecedentes del gentleman García que no podemos dejar pasar para dar una imagen completa de su estatura moral. Ahí van algunos datos para agregar al prontuario. En 1812 es Regidor del Cabildo. Destituido por la revolución militar del 8 de octubre, en hábil contorsión adhiere a la nueva situación apareciendo poco después como uno de los principales del partido triunfante. Sus negocios en la proveeduría del Ejército Nacional, agregados a las comisiones obtenidas con motivo del empréstito con la Baring Brothers, todo en combinación con los Robertson y otros compinches que actuaban a espaldas del Venerable H .. Rivadavia. Su amoral accionar lo hizo un hombre poderoso en lo financiero. Fue, como se aprecia, un digno Canciller que "con orgullo de condecoración por servicios prestados mostraba ¡a tabaquera de oro y brillantes recibida de las propias manos de S.M.B. George IV, con su retrato en esmalte".
A esta altura del trabajo que nos ocupa, cabe que nos preguntemos qué era más importante para la Logia rivadaviana gobernante: ¿vencer al Brasil para imponer la unidad de la Patria recuperando a la Provincia Oriental, o utilizar al Ejército para anular a Caudillos como el Gral. Juan Facundo Quiroga, que resistían la entrega moral y material de la Nación? Nos inclinamos a pensar que desde 1826 se pensaba en la ablación de la Banda Oriental. Lo que da a entender Vicente Fidel López, cuando relata la conversación de Julián Agüero con Manuel José García, en la que el conspicuo unitario le dice al Enviado: "En fin, García. Usted sabe lo que nos va en esto a todos los hombres de 1823. sáque,nos a todo trance de este pantano'. En buen romance, lo que le reclamaba era la paz con el Imperio como punto de partida para el "progresismo" unitario.
Con este ánimo marchó García a Río de Janeiro, llevando en su cartera las Instrucciones extendidas por sus superiores. En ellas se le ordenaba 'acelerar la terminación de la guerra, y el restablecimiento de la paz con recíprocas garantías" en 'cualquier Convención preliminar que previos contactos con el representante británico (textual) tenga por base la devolución de la Provincia o la creación de dicho territorio en un estado separado libre e independiente..." Robert Cordón, el Embajador Inglés en Río, se mostró complacido con las conversaciones. En carta confidencial a Londres decía: "Seguro como estaba en el éxito de la negociación... creí ser más útil para prestar ayuda al estar detrás del telón..."
Las proposiciones de García entraron en un callejón sin salida con el rechazo del Marqués de Queluz, Ministro del Exterior de Pedro I. Fue así que el Delegado de Rivadavia, interpretando la tonalidad urgente de las instrucciones a seguir, "aceptó firmar el 24 de mayo de 1827 que las Provincias Unidas renunciaban a todo derecho sobre la Provincia Oriental". Además, se agregó un compromiso para resarcir al Imperio por los ataques navales. Habían triunfado los reflejos antinacionales de un representante de la Logia Unitaria. Otra vez — como en el caso de Solivia— se fragmentaba la Patria. Pero había algo más repugnante, que señala el General Tomás de Iriarte en sus "Memorias". Leamos unos párrafos: "García, hombre pérfido, desleal y sin patriotismo, ultrapasando sus poderes, firmó un Tratado de Paz vergonzoso... Hemos tenido en nuestras manos el protocolo original: es sorprendente el atrevimiento de García. Los dos ministros del Emperador no se manifiestan exigentes, es García el que espontáneamente les hace todo género de concesiones, y su perfidia, su traición es tan manifiesta que aparece donando en propiedad al Brasil la isla Martín García sin que los dos ministros le hubieran hecho a este respecto la más leve indicación".
La indignación que produjo la repugnante actitud de Manuel José García, "el patriota decidido" (Mitre dixit), provocaron la renuncia del Presidente al que San Martín llamara el "innoble Rivadavia". Con su caída se derrumbó el Partido Unitario. En esos días el mismo Libertador escribía con referencia al Canciller iscariote: "Él no tiene la culpa, sino los que emplean a un hombre cuyo patriotismo no sólo es dudoso, sino que se lo ha acusado de ser un Enemigo de la Patria, lo que confirmo porque de no ser así no se hubiera atrevido a degradarla con tan humillante tratado. El pueblo de Buenos Aires está lleno de moderación: en cualquier otro lo hubieran descuartizado, y se lo merecía este bribón".
Tras un corto paréntesis, un patriota, el Coronel Manuel Dorrego, fue designado Gobernador. Purificaderas medidas se sucedieron. En primer lugar, dejó sin efecto la Constitución Unitaria y comenzó a recomponer las relaciones interprovinciales. Luego anuló la "Convención García". A renglón seguido destituyó a Carlos de Alvear como Comandante en Jefe, designando en su lugar a Juan Antonio Lavalleja. Entre tanto, en Buenos Aires Lord Ponsomby continuaba tejiendo su red de intrigas, de la que era figura importante su socio comercial y súcubo, el "Oriental" Pedro Trápani. Con maquiavelismo preparaban "la creación de una colonia inglesa disfrazada". Se acercaba agosto de 1828... •

6 de Abril de 2012
VIERNES SANTO

Padre Ceriani
http://radiocristiandad.files.wordpress.com/2012/04/img369.jpg?w=600

La Iglesia llora hoy al Salvador. Los ornamentos son negros. La Liturgia, impresionante, tétrica.
Podemos dividirla en cuatro partes. En la primera escuchamos el relato de la Pasión; en la segunda suplicamos desciendan los frutos del Sacrificio sobre la humanidad; en la tercera se nos da a contemplar el dulce leño de la Cruz, para adorar al Salvador Crucificado; en la cuarta se consume la Hostia inmolada ayer.
En su conjunto ofrece, pues, la Liturgia algo así como tres cuadros que resumen la historia del Calvario: la crucifixión, el levantamiento del Madero de la salud y el descendimiento y sepultura de la adorable Víctima.
No separemos hoy nuestra mente de estos tres cuadros.
&&&
I) La Crucifixión.
Los deseos de la muchedumbre blasfema van a cumplirse; el mansísimo Cordero ha llegado al patíbulo. Mándanle acostarse sobre el duro lecho. Jesús, en un acto de oblación, cuya intensidad no podemos medir los mortales, obedece y entrega su Cuerpo a los esbirros. Alarga sus pies; presenta sus manos a la indicación del verdugo. Como no llegan brazos ni piernas a las hendiduras abiertas para los clavos, el pacientísimo Jesús tiene que sufrir la dislocación más cruel de sus miembros…
Mas un dolor más agudo todavía viene a despertar de nuevo su sensibilidad. Levántase el martillo en el aire, y al descargar sobre el primer clavo, el duro hierro penetrando en sus carnes, corta tendones, venas, arterias, que hallan salida por aquella mano augusta, como alumbrando un manantial de Sangre purísima.
Y así se les van abriendo cuatro llagas de manos y pies. Y su Madre Inmaculada estaba cerquita de la Cruz, presenciando tun duro suplicio…
Alma que has acompañado a Jesús hasta el Gólgota, no te detengas ni vuelvas atrás. Ofrécete a tu Redentor en momentos tan angustiosos; mira que necesita no sólo almas que le consuelen, le alivien y le ayuden, sino también almas que, juntando sus pequeños sacrificios al Sacrificio de la Cruz, a modo de diminutas partículas que van a incorporarse a la Hostia infinita del Calvario, se entreguen al Padre cual víctimas expiatorias.
Hasta aquí has representado en la Pasión actual de Jesús el papel de las piadosas mujeres, del Cirineo, de la Verónica; ahora resta algo mejor, imitar a María que, de pie junto a la Cruz, ofrece su dolor al Padre en unión con la Sangre Preciosísima de Aquél que es su propio Hijo.
Sé, pues, generosa, y proporciona a Jesús este último consuelo. No le dejes solo en la Cruz. Ofrécete a ser crucificada con Él. Preséntale tus manos, a fin de que ya no se empleen más que en cosas santas; tus pies, para que no caminen por la senda de la iniquidad; en fin, tu cuerpo entero, de modo que realices así el ideal que te expresó San Pablo con aquellas palabras: Vivo yo, mas no yo, es Cristo quien vive en mí..
&&&
II) Jesús, levantado en la Cruz, expira.
Jesús, pendiendo entre el Cielo y la tierra, reconcilia al Padre con la humanidad pecadora, rasgando el decreto que nos condenaba a muerte.
Contémplale. Sus ojos buscan un alma que atienda a las quejas de su amor. Escucha sus gemidos: Pueblo mío, ¿qué te he hecho?, o ¿en qué té he contristado?… ¡Respóndeme!…
Porque te saqué de la tierra de Egipto, preparaste una cruz a tu Salvador. ¿Qué más debí hacer por ti, que no hiciese?…
Yo te di cetro real, y tú con una caña heriste mi cabeza y pusiste en ella una corona de espinas…
Yo te exalté con gran poder, y tú me levantaste en el patíbulo de la cruz…
Pueblo mío, ¿qué te he hecho o en qué te he contristado? ¡Respóndeme!…
Alma devota, si puedes escuchar sin inmutarte quejas tan amargas, de piedra eres y no de carne.
Ruméalas y promete a Jesús serle fiel de hoy en adelante.
Mas luego, sigue con la vista puesta en Jesús. Son sus últimos momentos, y no conviene perder ningún gesto, ninguna palabra.
Los enemigos de Cristo han triunfado y le echan en cara su abatimiento. El Señor, en cambio, no tiene para ellos más que sentimientos de perdón: Padre, perdónales, porque no saben lo que se hacen…
Hasta uno de los ladrones le increpa. El otro sale en defensa de Jesús. El Redentor recompensa tan noble gesto: Hoy estarás conmigo en el paraíso.
En medio de aquella tempestad de odios e imprecaciones, Jesús fija los ojos en su Madre, que al pie de la Cruz ofrecía su dolor al Padre. Mujer, le dice mirando a Juan, ahí tienes a tu hijo; y luego dice al discípulo: Ahí tienes a tu Madre.
Testamento divino, que nos regaló a una Madre celestial…
Sigue la tempestad de injurias. Los elementos insensibles se ven como constreñidos a protestar contra el atrevimiento loco de los malvados judíos; el sol se oscurece, densas tinieblas invaden el mundo; la tierra tiembla; se quiebran las rocas; se abren las tumbas, y rugen las fuerzas celestes.
Las turbas huyen asustadas, heladas de espanto. Y mientras tanto, arreciaba más y más la tormenta de dolor en el Corazón de Cristo: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?, exclama.
Y para que quedara realizado un oráculo sagrado, abre de nuevo sus secos labios con aquella doliente queja: Tengo sed. Un soldado le presenta una esponja empapada en vinagre, y el Salvador añade: Todo está consumado.
Fue entonces cuando, dando un fuerte grito, exclamó: ¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!; e inclinando la cabeza, expiró.
Eran las tres de la tarde.
Alma cristiana, no te apartes de la Cruz. Báñate en la Sangre que mana del Cuerpo Sagrado…
Que no se pierda para ti Redención tan copiosa…
&&&
Para ayudarnos a recoger tantos frutos, la Santa Liturgia introdujo la Ceremonia de la Adoración de la Cruz.
Una vez terminadas las Oraciones Universales; después de haber rogado a Dios por la conversión de los Paganos, la Iglesia visita con su caridad a todos los habitantes de la tierra y les aplica toda la efusión de la Sangre divina.
Ahora se vuelve hacia sus hijos, y emocionada por la humillación de su celestial Esposo, Ella los invita a disminuirla, aplicando a esta Cruz sus adoraciones.
Para Israel, la Cruz es un objeto de escándalo; para el gentil, un monumento a la locura; nosotros, los cristianos, la veneramos como el trofeo de la victoria del Hijo de Dios y el instrumento de la salvación de los hombres.
Por lo tanto, ha llegado el instante donde debe recibir nuestra adoración, por el honor que se ha dignado atribuirle el Hijo de Dios al regarla con su Sangre y al asociarla a la obra de nuestra redención.
Ningún día, ninguna hora en el año, está más indicado para presentarle nuestros deberes humildes de adoración.
En el altar, el celebrante se despoja de la Casulla, que es la prenda sacerdotal, para aparecer con mayor humildad.
Desprende la parte del velo que cubre la parte superior de la Cruz y la descubre hasta el transepto. La eleva un poco y canta en un tono bajo estas palabras: Ecce lignum Crucis; in quo salus mundi pependit.
Entonces toda la asistencia cae de rodillas, y adora mientras canta: Venite adoremus.
Esta primera exposición, en voz baja y como aparte, representa la primera predicación de la Cruz, que los Apóstoles hicieron entre ellos, no habiendo recibido aún el Espíritu Santo, y no pudiendo hablar del misterio de la redención sino con los discípulos de Jesús, por temor de excitar la atención de los judíos.
Es por eso que el sacerdote eleva mediocremente la Cruz.
Este primer homenaje que recibe es ofrecido en reparación de los ultrajes que el Salvador recibió en la casa de Caifás.
El sacerdote sube sobre el primer escalón del altar y desvela el brazo derecho de la Cruz; y muestra el signo de la salvación, elevándolo un poco más que la primera vez, y canta con más fuerza: Ecce lignum Crucis; in quo salus mundi pependit.
Entonces toda la asistencia cae de rodillas, y adora mientras canta: Venite adoremus.
Esta segunda ostentación, que se desarrolla con más brillo que la primera, es la predicación del misterio de la Cruz a los judíos, cuando los Apóstoles, después de la venida del Espíritu Santo, sentaron las bases de la Iglesia frente a la Sinagoga y condujeron las primicias de Israel a los pies del Redentor.
Esta segunda revelación de la Cruz es ofrecida por la Santa Iglesia, en reparación de las humillaciones del Salvador recibidas en la corte de Pilato.
Finalmente, el sacerdote sube al tercer escalón y en el centro del altar descubre el brazo izquierdo de la Cruz; luego la eleva aún más y termina de quitar el velo. Enseguida canta con triunfo y con un tono más brillante: Ecce lignum Crucis; in quo salus mundi pependit.
Entonces toda la asistencia cae de rodillas, y adora mientras canta: Venite adoremus.
Esta última revelación tan solemne simboliza la predicación del misterio de la Cruz en el mundo entero, cuando los Apóstoles, rechazados por la nación judía, convierten a los Gentiles y anuncian al Dios crucificado hasta más allá de los límites del Imperio Romano.
Este tercer homenaje se ofrece a la Cruz en reparación de los ultrajes que recibió el Salvador en el Calvario.
De ahora en más, la Cruz, que acaba de ser adorada solemnemente, no será velada; esperará sin velo sobre el Altar la hora de la Resurrección gloriosa del Mesías.
Pero la Iglesia no se limita a exponer la Cruz, sino que invita a sus hijos a venir a imprimir sus labios sobre este leño sagrado.
El celebrante les debe preceder y vendrán todos después de él. No contento con haberse despojado la Casulla, deja también su calzado; y después de hacer tres genuflexiones se acerca a la Cruz para adorarla con un beso.
Los cantos que acompañan la adoración de la Cruz son de gran belleza. En primer lugar están los Improperios o reproches que el Mesías hace a los judíos.
Los tres primeros versos de este himno quejumbroso son entrecortados por el canto del Trisagio, o rezo al Dios tres veces Santo, para glorificar su inmortalidad en este momento donde Él se digna como un hombre sufrir la muerte por nosotros.
El resto de este hermoso canto tiene un profundo sentido dramático. Cristo recuerda todos los ultrajes de que ha sido objeto por parte de los judíos y compara los beneficios ha derramado sobre esta nación ingrata.
&&&
III) Descendimiento y sepultura.
La agitación en torno a la Cruz de Cristo ha cesado. Todo es calma y silencio en el Calvario.
Tú, alma piadosa, permanecerás junto a la Madre Dolorosa en aquella tétrica colina, para ser testigo de lo que allí sucede.
Llega al Gólgota un grupo de soldados. Quiebran las piernas de los ladrones. Al tocar su turno a Jesús, un soldado le abre el costado con una lanza. Y salió de él sangre y agua.
Luego se ven subir dos amigos del Maestro, José de Arimatea y Nicodemo. Traen licencia para sepultar el Cuerpo del Redentor. Se da comienzo al descendimiento; y momentos después destácase sobre el sereno firmamento una augusta figura femenina, que sostiene en sus brazos, cual preciosa patena, el precio del rescate de la humanidad.
Es la Madre del Redentor, la Corredentora de la humanidad que eleva al Cielo el Sagrado tesoro que dio al mundo, a fin de apaciguar en esta hora suprema a la Justicia eterna de Dios.
Asistimos, por fin, a un fúnebre cortejo. El Cuerpo de Jesús es llevado a la sepultura. Después de ungirlo, según costumbre de los judíos, se deposita en el sepulcro de José. La losa que cierra su entrada cubre también con su sombra de soledad las últimas horas del Viernes Santo.
¡Redentor divino!, lava con tu Sangre mi alma, y no permitas que se pierda en mí el fruto de Redención tan copiosa…
Te rogamos, Señor, te dignes mirar a esta tu familia; por la cual Nuestro Señor Jesucristo no dudó en entregarse en manos de los malvados y sufrir el tormento de la Cruz.

31 de Marzo de 2012
Aniversarios
NUEVO ANIVERSARIO DE LA
“DIVINI REDEMPTORIS”


Ante un nuevo aniversario de la Encíclica “Divini Redemptoris” del Papa Pío XI, signada en Roma, junto a San Pedro, en la fiesta de San José, Patrono de la Iglesia Universal, el 19 de marzo de 1937, año decimosexto del pontificado de aquel preclaro Pontífice, vemos que los males que se señalan allí están presentes en la sociedad de hoy, y por lo tanto conviene recordarlos.
Baste señalar uno de sus párrafos en el que se describe el régimen de matrimonio y familia imperantes en la Rusia Soviética de entonces. Leamos lo que nos dice: “Al negar a la vida humana todo carácter sagrado y espiritual, esta doctrina convierte naturalmente el matrimonio y la familia en una institución meramente civil y convencional, nacida de un determinado sistema económico; niega la existencia de un vínculo matrimonial de naturaleza jurídico-moral que está por encima de la voluntad de los individuos y de la colectividad, y consiguientemente ,niega también su perpetua indisolubilidad. En particular, para el comunismo no existe vínculo alguno que ligue a la mujer con su familia y con su casa. Al proclamar el principio de la total emancipación de la mujer la separa de la vida doméstica y del cuidado de los hijos para arrastrarla a la vida pública y a la producción colectiva en las mismas condiciones que el hombre, poniendo en manos de la colectividad el cuidado del hogar y de la prole; niegan,finalmente, a los padres el derecho a la educación de los hijos ,porque este derecho es considerado como un derecho exclusivo de la comunidad, y sólo en su nombre y por mandato suyo lo pueden ejercer los padres” (cfr. Doctrina Pontificia II - Documentos políticos, Madrid, BAC, 1958, pág. 676).
Nos preguntamos ahora: ¿No vemos en estos días que vivimos la persistencia y aún el agravamiento de las ya graves tergiversaciones de instituciones fundamentales de la sociedad que aquel Pontífice, de feliz memoria, describía, contemplando el régimen soviético? Contemplamos una falsa y engañosa “reivindicación de los derechos de la mujer” frente a una presunta opresión masculina que tiene, según sus cultores, una evidente conexión con lucha de clases. El tan llevado y traído “machismo”, del lenguaje vulgar, se ha adueñado de muchas mentes y se lo lanza, como fácil arma arrojadiza contra cualquier intento de postergación, real o ficticia, de una mujer, no ciertamente para defenderla, sino para utilizarla como un elemento más de la dialéctica marxista. Además, ese negar a la vida humana todo carácter sagrado y espiritual lleva de la mano a las políticas, perfectamente planificadas en todos los países, de promulgación de leyes que faciliten el aborto, encubierto tras el eufemismo de “liberación femenina”.
La propia Encíclica nos habla, en otro de sus capítulos, de la “propaganda que dispone de grandes medios económicos, de numerosas organizaciones, de congresos internacionales, de innumerables fuerzas excelentemente preparadas; propaganda que se hace a través de la prensa, de hojas sueltas, en el cinematógrafo y en el teatro, por la radio, en las escuelas y hasta en las universidades, y que penetra poco a poco en todos los medios sociales, incluso en los más sanos, sin que estos adviertan el veneno que está intoxicando a diario las mentes y los corazones” (ibidem, pág. 680). Y si esto pudo hacerse en 1937,¡qué no podría hacerse hoy con medios mucho mas sofisticados de penetración de las mentes!
“Ideología de género”, “matrimonio” entre personas del mismo sexo con posibilidad de adopción, etcéteras y mas etcéteras de inversión de las pautas culturales, nos dicen que, de la mano de Gramsci, se está pudriendo intencionalmente a las sociedades. Bueno es recordarlo ante un nuevo aniversario de una Encíclica cuyas advertencias están, aunque parezca paradójico, más vigentes que en el año 1937.
Jorge P. Andregnette Capurro



11 de Marzo de 2012
Publicado en Revista Cabildo N°94
Mes de Marzo de 2012-3era,Época
HISTÓRICAS
Antonio CAPONNETTO
El Pseudo Revisionismo Kirchnerista


El proyecto kirchnerista, insistimos, tiene de funesto que obedece al anhelo de estatizar la historia, de colocar coactivamente al pasado en una rígida criba construida según las necesidades del Régimen, de confiar tamaña empresa a sujetos facciosos, en muchos casos indoctos y preñados de antecedentes reñidos con la decencia política, de sustituir la memoria veraz de la Nación por un ideologismo mentiroso, funcional a los intereses de los titulares del poder, de estar alentado por un partido en cuyo seno la doblez y el pragmatismo oportunista son una marca de fábrica. Es "la manera criminal de trabajar para la Hist¬ria", según la fórmula certera de Jean Ousset. Cuando el Estado obra como el sepulturero de la patria real, la absorbe, la subsume, la nadifica, roba y tuerce su pasado, y "la entrega a un yugo más odioso que el de una potencia extranjera, el yugo de la Revolución Universal".
La ridiculez en síntesis está en la naturaleza misma de lo que se ha dispuesto. Porque revelar en el año 2011 que la historiografía argentina fue falsificada,, y disponer su revisión por ordenanza pública, equivale a descubrir el Mediterráneo o a crear el Instituto Nacional Pitágoras para probar que en todo triángulo rectángulo el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos.
Como en el caso de la adulteración de los significados, tampoco es de poca monta esta última memez aludida. Porque tanto en el Gobierno como en las autoridades del Instituto Dorrego asoma la pretensión audaz de exhibirse como pioneros, cual adalides e innovadores, abanderados sin par de una causa que nace con ellos. La idea pretenciosa de la creatio ex nihilo —recurrente en todo el discurso político kirchnerista— no podía estar ausente en esta oportunidad. Por eso, no es casualidad que se elija como presidente de este neo y pseudo revisionismo a Pacho O'Donnell, quien, amén de sus públicas manifestaciones pro mitristas y sarmientinas, se le conocen otras públicas expresiones despreciativas hacia los verdaderos fundadores de la escuela revisionista.
No acabamos de decir algo que deba olvidarse, subestimarse o perdonarse. Lo repetimos entonces: tanto el presidente como muchos de los miembros del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, u omiten ingratamente la insalvable deuda de gratitud hacia los genuinos forjadores de la historiografía revisionista, o han escrito sobre ellos los mismos o peores dicterios con que fueron agraviados por los liberales.
Y es aquí donde de la ridiculez se pasa a la injusticia que clama al cielo. ¿Cómo es posible que aquella honrosa generación patricia de los años treinta y cuarenta del siglo XX que, aunque integrada por miembros de dispar procedencia política, acabó aunada de hecho en las filas del Nacionalismo, y en soledad, pobreza y contracorriente se dedicó a trazar los fundamentos de nuestro revisionismo histórico, no haya merecido un párrafo de reconocimiento y de homenaje en los considerandos de este peculiar decreto [el que origina el Instituto Dorrego]?
¿Cómo es posible que el grueso de quienes integran este rentado aparato oficialista no sólo no haya tenido el tino, el honor y el decoro de reconocer formalmente los méritos de aquella generación fundante, en una declaración conjunta, sino que, por el contrario, se haya permitido arrojar sobre la memoria ilustre de sus integrantes los destratos propios de quienes se mueven por los resentimientos y los rencores ideológicos?
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La respuesta a estos interrogantes retóricos traza sin vacilaciones la separación entre aquellos hombres de estirpe hispanocatólica, de señorío personal probado y de opciones políticas nacionalistas, a este amasijo de publicistas procedentes del terrorismo erpiano o montonero, de las sentinas freudianas, de las carnestolendas progresistas, de las izquierdas revolucionarias y de los bajos fondos de la condición humana.
[.-]
Injusticia es asimismo, y de antiquísima data, que se insista en homologar los nombres más prestigiosos de la nacionalidad con las contrafiguras del panteón peronista; o a los verdaderos adalides del federalismo con los sirvientes del Imperialismo Internacional del Dinero.
Que estén mezclados San Martín y Güemes con Eva Perón; el enarbolador de la divisa "¡Religión o Muerte!" con el masón incendiario de templos; el piadoso creyente católico José Gervasio Artigas con el krausista de la Reforma Universitaria; el caballero cristiano Luis Alberto de Herrera con el socialista Ugarte y el marxista Haya de la Torre.
Que anden mixturados estos hombres esencialmente antagónicos y raigalmente confrontados, como si fueran todos la misma cosa "nacional y popular", es —lo reiteramos— una injusticia de ribetes aborrecibles.
[...]
Pero especifiquemos el cargo. El señor Pacho O' Donnell, por lo pronto, en una de sus tantísimas piruetas por el espectro político vernáculo, fue funcionario y panegirista de Carlos Menem, a quien supuestamente los neo revisionistas del kirchnerismo, anatematizan por ser la quintaesencia del neoliberalismo. Su panegírico, sin embargo, incluyó expresamente su amistad con los sectores y los personajes más irritativos de la política liberal.2
Preocupado por que se lo tomara a él y al instituto que preside por antiliberal, aclaró expresamente y desde las bartolianas páginas de "La Nación":
"Es verdad que la palabra revisionismo parece definir lo contrario de lo liberal; por eso, yo le hubiera puesto el título de Instituto de Historia Nacional, Popular y Federalista [...]. La historia de Mitre no será cuestionada. Yo soy un revisionista que nunca ha hecho antimitrismo [...]. La historia oficial nace de ese personaje maravilloso que es Mitre".3
Abundando en la misma línea, y sin preocuparse en lo más mínimo por decir y desdecir al mismo tiempo que es y que no es revisionista, agrega imperturbable: "El objetivo [del revisionismo] en sus inicios fue el de revisar la historia liberal escrita por Bartolomé Mitre y Vicente Fidel López, nuestros historiadores fundacionales [...], hoy el antimitrismo no es nuestro eje doctrinario".*
Paralelamente, la Vicepresidente primero del Instituto Dorrego, Araceli Viviana Bellotta, no disimula su perseverante admiración y justificación de Sarmiento, a cuya exaltación le dedicó no menos de cuatro obras,5 incluyendo una en la que pondera su condición de amante "tierno y seductor" de Aurelia Vélez.6 Su condición de miembro de número del Instituto Sarmiento de Historia y Sociología y de la Asociación Sarmientina, son datos tan públicos y conocidos como su condición de columnista de Bernardo Neustadt en FM Milenium.
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¿Vale la pena preguntarse qué clase de Instituto Revisionista tiene un director mitrista y una vicedirectora sarmientina? ¿Es que habrá que tomar en serio a un revisionismo que se declara antiliberal por decreto, pero sus máximas autoridades llaman "personaje maravilloso" a Mitre y proponen a Sarmiento como paradigma? ¿En qué rincón del universo mental de estos sujetos queda la lógica, para adherir a un gobierno que dice estar en lucha a muerte con el diario "La Nación", pero a la hora de crear un instituto revisionista oficial resulta que el conductor del mismo en un rastrero admirador de Mitre, y columnista frecuente del periódico supuestamente archienemigo?
Un ejemplo nos ayudará a comprender mejor este peligroso enlodamiento al que aludimos, y la imperiosa necesidad de reaccionar ante él, puesto que no sólo el or¬den histórico sino el orden moral queda comprometido y afectado.
Ya se ha comentado que, con ocasión de festejar oficialmente el combate de la Vuelta de Obligado, el 18 de noviembre de 2011, en San Pedro, uno de los integrantes del Instituto Dorrego, travestido de soldado federal, el señor Antonio Testa, no tuvo mejor ocurrencia que entregarle una divisa punzó a Cristina Kirchner, en la que aparece la imagen de Doña Encarnación Ezcurra, diciéndole: "Sí, ella es Usted". La presidenta, que concurre a estos actos con la misma liviandad de quien visita un shopping, aceptó la distinción y la comparanza, dando una prueba más de aquello que enseñaba Santo Tomás sobre la audacia irracional propia de los negados a la sabiduría. El antológico disparate no pasó inadvertido a la pluma indocta y febril de la periodista Susana Viau. Dos días después arrojaba su manojo de légamo, que no debe quedar sin respuesta.
[...]
La haremos didáctico nuestro mensaje final a Susana Viau. Encarnación y Cristina no son lo mismo. Encarnación era una matrona aristocrática. Cristina es una oligarca. Encarnación procedía de una Doña Encarnación Ezcurra (1795-1838) familia patricia, de raigambre hispanocatólica, a cuyas raíces se mantuvo fiel. Cristina persigue, lacera y humilla todas las tradiciones hispanocatólicas, siendo la suya una irreligiosidad manifiesta. Encarnación soportó con austeridad y sencillez cuantas condiciones agrestes le deparó la vida campesina. Cristina vive de un modo burgués, turístico y sibarita. Encarnación admiraba a los hombres que "son de hacha y chuza", según sus palabras. Cristina admira que los hombres se casen entre sí y les legaliza la degeneración. Encarnación se preocupaba por "las madres y mujeres de los pardos y morenos que son fieles".7 Cristina por las Madres de Plaza de Mayo, que forman la asociación homónima para la promoción del terrorismo y la práctica de suculentos negociados. Encarnación practicaba y pedía el auxilio a los pobres, para "socorrerlos en sus desgracias".8 Les importaban en tanto débiles que necesitan socorro, y en forma personal los asistía. Cristina ve en los pobres una masa electoral decisiva cuyo apoyo sufragante no puede perder, aún valiéndose de cualquier medio. Encarnación no era abogada. Cristina se hace llamar doctora. Encarnación estaba casada con el heredero del corvo de Chacabuco. Cristina con el legatario de la valija de Antonini Wilson. Encarnación no era ciega. Cristina es peronista. Encarnación fue la Heroína de la Federación. Cristina un expediente en los Tribunales, por enriquecimiento ilícito. •


5 de Marzo de 2012
PARA RECORDAR NOTAS DE UNA REVISTA ARGENTINA



Publicado en Revista Cabildo N° 63
Mes de Marzo de 2007-3era.Época
Histórica
por Luis Alfredo ANDREGNETTE CAPURRO
A 180 años de la victoria de Ituzaingó
EL SACRIFICIO FRUSTRADO

La Convención Preliminar de Paz de 1828 decretó la separación de la Banda Oriental de la Comunidad de la Patria Grande. Las fuerzas convergentes del Imperio de los Braganza con Inglaterra nos privaron del derecho de vivir en "Unión y Libertad" en el seno de la argentinidad. El lesivo desenlace que dividió el núcleo familiar tuvo antecedentes y causas que trataremos de resumir. Veámoslas.
Tras el fracasado intento por derrotar al artiguismo con sus raíces hundidas en el tradicionalismo federal hispánico y también frustrada la tentativa de 1815 de separarlo con la proposición llevada por Pico y Rivarola reconociendo la independencia Oriental, el logismo unitario de Buenos Aires urdió la "sublime intriga" —Nicolás Herrera dixit—, con el Portugal apadrinado por Gran Bretaña.
Estaban allí las apetencias por el control de las aguas que bajan desde el Matto Grosso, el afán expansivo de las "fronteras naturales" presente desde antes de la fundación de Colonia del Sacramento en 1680 todo sumado al interés inglés. De éste veremos su desarrollo, pero podemos ya mostrar su mano en los maquiavélicos manejos en el reparto del mundo de aquel Yalta que se dio en Viena luego de la derrota de Bonaparte. Así hay que mostrar su zarpa con William Carr Beresford, el otrora jefe del asalto pirata al Buenos Aires de 1806, quien en esos días preparó el plan de invasión a la Provincia Oriental, puesto ejecutado por Carlos Federico Lecor. Su peón en el tablero lo fue el Portugal de Joao VI, quien sin pudor confesó a Lord Strangford, por entonces Embajador de Albión, que "la experiencia le había enseñado que compartir enteramente el punto de vista de Gran Bretaña era no sólo la más segura, sino la más honorable política que podía seguir..."
En la traición unitaria estuvieron entre otros el oriental Nicolás Herrera, Manuel José García, designado Embajador del Director Juan Martín de Pueyrredón, el mismo que en 1817 recibiera del indignado Caudillo Oriental una requisitoria en la que le señalaba su hipócrita política: "Es usted un criminal e indigno de consideración negándose a la Unión de una y otra Banda... Usted es responsable ante las aras de la Patria de su inacción o de su perfidia contra ios intereses comunes..."
Pero no faltaron los contactos con los amigos. Desde Mendoza, el General José de San Martín hizo conocer su apoyo al artiguismo. Tanto fue así que el agente de Estados Unidos, Worhington, pudo comentar: "Creo que si San Martín viniera y asumiera la dictadura, se uniría a Artigas contra los portugueses".
La traición de dentro y de fuera cumplió su cometido. La Patria cayó vencida en 1820, aunque el ocaso fue sólo aparente, ya que la Provincia cautiva volvió a ponerse de pie en 1825. Fue este el año de la Cruzada Libertadora de los 33 Orientales (no todos lo eran), posibilitada por el apoyo de un grupo de ciudadanos Trinitarios entre los que se destacaba por servicios y aporte financiero Juan Manuel de Rosas.
Apenas tocadas las arenas uruguayas el 19 de abril, Juan Antonio Lavalleja manifestó a los Pueblos de la Banda: "Argentinos Orientales, la gran Nación Argentina de la que sois parte tiene la intención de que seáis libres..." Dos meses después, la Sala de Representantes de los Cabildos declaraba: "La Provincia Oriental desde su origen ha pertenecido al territorio de las que componían el Virreinato y por consiguiente debe ser una de las de la Unión Argentina".
Esta expresión fue refrendada el 25 de agosto de 1825 por la "Ley de Unión a las demás Provincias Argentinas a las que siempre perteneció". Las victorias Orientales de Rincón y Sarandí festejadas con alborozo en Buenos Aires hicieron que fuera aceptada la incorporación de la ex Provincia Cisplatina.
La guerra con el Imperio fue un hecho. Pedro I la declaró el 10 de diciembre de 1825. En medio de aquel entusiasmo patriótico, el Congreso rivadaviano se desprendía del Alto Perú, promoviendo la fragmentación nacional. Sucre, entonces, con el aplauso británico, pudo así inventar Bolivia, ante la incredulidad de Simón Bolívar.
Durante 1826 la guerra con el Imperio estuvo indecisa, aunque la voluntad de sustentar la liberación de la Banda Oriental era inconmovible. A comienzos de 1827, y ya con la marcha del Ejército de las Provincias Unidas invadiendo Río Grande do Sul, se produjeron cuatro victorias consecutivas sobre la fuerzas imperiales comandadas por Felisberto Caldeira Brand Pontes, Marqués de Barbacena: Bacacay, Ombú, Camacuá e Ituzaingó.
El mulato anticlerical Bernardino González de Rivadavia. Ya no puede hacernos más daño.
Esta última se dio el 20 de febrero de 1827, y conviene retener la fecha, porque un cuarto de siglo después los brasileños de Pedro II desfilarán por Buenos Aires con banderas desplegadas luego de la derrota nacional rioplatense en Monte Caseros. Mientras que también un 20 de febrero, pero de 1865, lo harán por Montevideo, a semanas de arrasar a la heroica Paysandú. En ambas ocasiones, los broncíneos clarines cariocas entonaron con estridencia la Marcha "Ituzaingó". Todo un símbolo para el escarnio de la Patria Grande.
Pero volvamos a la batalla de 1827, considerada una de las más importantes de las libradas en Sud América. Ella —a decir verdad— fue el fruto de una maniobra no calculada, donde la caballería corrió al sacrificio y en la que la artillería comandada por el Coronel Tomás Iriarte fue clave. El no haberse apoyado por falta de criterio táctico el ataque de Federico Brandzen al frente de sus escuadrones le costó la vida al ilustre jefe. La ausencia de una buena conducción fue suplida entonces por el empuje de los lanceros de Olavarría y el martirio del la de Caballería junto a la citada acción de los cañones que causaron estragos en la infantería Verde Amarilla.
Bueno es señalar que el Comandante en Jefe, Carlos de Alvear, con pretensiones de tacticógrafo tenía a sus órdenes cuerpos bien adiestrados y jefes inteligentes "pero pecaba de irritable ante la contradicción soliendo herir con actitudes soberbias y a veces violentas". Su forma de ser relajó la moral militar, resurgiendo resentimientos en plena batalla con oposiciones claras. Leamos a José María Paz en sus "Memorias": "Nuestro jefe no era un talento militar. Mucho se dudaba de sus conocimientos militares... El éxito de Ituzaingó fue debido más a las aspiraciones militares del momento para sacar provecho de los descuidos del enemigo, que a las disposiciones tácticas de Alvear, que no tuvo ninguna... Ituzaingó podría llamarse la batalla de las desobediencias, allí todos mandamos, todos combatimos y todos vencimos guiados por nuestras inspiraciones..."
Luego de doce horas de combate y de las cargas de Olavarría, Lavalleja, Paz, Lavalle y Oribe, el Marqués de Barbacena ordenó la retirada. Fue el momento más deslucido del aspirante a napoleónida, pues según expresa el Coronel José Todt en sus "Recuerdos de la Campaña del Brasil", el Comandante en Jefe Alvear expresó a gritos: "El dios de las batallas nos protege. Dejemos huir al enemigo para que se reorganice, pues tengo la seguridad de vencerlos cuantas veces se presenten".
Incomprensible orden que cortaba un ala de la victoria posibilitando que el tambaleante y fatuo Imperio se rehiciese. Barbacena abandonaba el teatro de operaciones con gran parte de su Ejército. Claramente lo expresó el Jefe brasileño en uno de los párrafos de la proclama de esos días: "...la victoria será cierta y en Buenos Aires vengaremos las hostilidades cometidas". Profecía o fatuidad que se cumpliría años después.
Tocó entonces el turno al "Presidente" Rivadavia, quien buscando la paz para aplastar a las Provincias envió a Río de Janeiro al Canciller Manuel José García que en primer lugar debía entrevistarse con el Embajador inglés Robert Gordon para apurar las gestiones y llegar a un "honorable "acuerdo. Manual José García era —por sus antecedentes— el indicado para la gestión. Así, en su legajo personal, estaba el año 1815 cuando, por orden de Alvear, bregó ante Lord Strangford para que se nos convirtiera en Protectorado Británico. Figuraba en 1816 preparando la invasión de la Provincia Oriental en acuerdo con Beresford y Lecor, mientras que en 1825 concertó con Parish un acuerdo con la Gran Bretaña. En próxima entrega veremos los "éxitos" del gran Canciller del hombre de la Baring Brothers y de las explotaciones de Famatina. •



27 de Febrero de 2012
Recordando artículos de una Revista celosamente argentina.



Publicado por Revista Cabildo N°62
Mes de Febrero de 2007-3era,Época
Internacionales
por Luis Alfredo ANDREGNETTE CAPURRO
Especial desde Montevideo
GRAMSCI, ORWELL Y BORDABERRY

Ya con los dos pies en el Año de Gracia 2007, pretendemos continuar con nuestras notas, mirando a los ojos a la Banda Oriental del Uruguay, tan separada de lo que fuera la Patria Vieja (comenzada siglos antes de 1810) y que hoy se encamina hacia formas cada vez más marxistas en el actuar. Sus "cambios" están llevando a una concreción paulatina y progresiva de un sistema de gobierno donde los grupos del frente rojo junto al PIT-CNT están fijando las normas vinculadas a la educación y a todos los rubros que conforman la vida de una sociedad. Entre ellos llegan hasta la eliminación del respeto a la vida de los inocentes, pues los nuevos Herodes alinean en estos momentos a las Cámaras partidocráticas para la legalización del aborto. La creciente presencia del Estado totalmente dominado por la zurda se posesiona cada vez más como regulador del accionar de hombres, mujeres y niños que andan y arden en las calles y los campos. El citado ejemplo de lo que se está preparando con la educación y la reproducción valen como pruebas insoslayables.
Estamos viviendo la consecuencia de un "discurso político único" que al mejor sentido orwelliano nos han impuesto desde que en 1985 se restableció, el dogma absoluto de la panacea demoniocrática. Corren tiempos en los que una "sabiduría" surgida de esotéricas usinas se impone en discurso totalitario llegado del "pluralismo liberal", verdadero ujier introductor de la idiotización colectiva. Según la versión oficial, el Uruguay de los 60 era una Arcadia Feliz que vino a ser interrumpida por una Dictadura vesánica y caprichosa. "Ella quebró al País política y culturalmente. Lo esquilmó y lo hizo prisionero de una estirpe inmisericorde de centuriones y pretorianos cuya ruindades superaron todo cálculo. Esas alimañas —continúan diciendo— convivían con el pueblo, existían y cuando salieron de sus cuevas, la ingenua metáfora helvética uruguaya estalló en mil pedazos. Y nació un Uruguay deforme que redujo al ciudadano a víctima del aparato represivo..." Las "víctimas inmoladas" ahora se levantan de sus sepulcros y demandan los homenajes debidos que hoy le son tributados por los "héroes de la lucha social" que armados por Fidel y la URSS nos llenaron de terror y sangre.
La penetración gramsciana en la vida cultural y, en la educación se fue desarrollando lentamente ya en los tiempos en los que nos autotitulábamos la Suiza de América. Ese momento histórico también puso su cuota parte en el triunfo electoral marxista del año 2004. En los momentos actuales se busca reforzar el planteo que dominó en los últimos 20 años y que prosiguió su nefasto accionar iniciado, sin duda, en los tiempos hedónicos del liberal socialismo batllista. Es la misma situación que describe Antonio Caponnetto en el tomo II de su obra "Los críticos del revisionismo histórico". Así dice: "Y el revisionismo marxistoide, crecido en la década del '70 y alimentado después con los lugares comunes de la propaganda roja contra las Fuerzas Armadas, se convirtió desde 1983 y hasta hoy en la nueva historia subsidiada, mostrando a cada paso la misma infertilidad y monotematismo que su antecesora, la versión liberal. En ninguno de los dos casos se destacan los nuevos enunciados... Antes bien, la repetición de tópicos trillados —fruto de las necesidades propias del proselitismo ideológico— marca la decadencia de la historiografía y su reemplazo por las fiscalías masónicas primero, o por el periodismo ramplón de las izquierdas en los días actuales". Como se aprecia, similitud en ambas orillas. Plumas de escribas con agudos picos de cuervos devoradores. El marxileninismo infiltrado en todos los pliegues y detenido durante algunos años vuelve hoy hegemónicamente con los sellos secos y el fino papel membretado de todos los ministerios, empezando por el que como burla se denomina oficialmente, de "Educación y Cultura".
Expresión del plano inclinado en el que nos encontramos, es el encarcelamiento y sometimiento a proceso del ex Presidente Juan María. Bordaberry. Con escarnio del Derecho se está desarrollando la venganza de la logias contra el Estadista Católico que en 1973, sin más compromisos que con la Patria, quebró con convicción una formalidad jurídica que, ya vacía de contenido, ocasionaba perjuicios vitales al país. Así lo explica el ex Jefe del Estado: "No era posible detenerse sólo en la defensa de la exterioridad, de la cascara de las instituciones mientras su contenido era consumido por la ineficacia, la demagogia, la pequeña política. Era necesario asumir la responsabilidad de detener ese proceso ya profundamente anidado en el sistema que el sistema mismo no era capaz de producir su propia justificación. Caminábamos al desastre en la apariencia de la institucionalidad cuando en rigor ésta ya había desaparecido sofocada entre ambiciosos y traidores [...] Sostener además que sólo el voto legitima el poder, es negar legitimidad a todos los gobiernos que existieron en el mundo hasta este siglo incluido nuestro régimen institucional de 1830. Agregando poco después: "Hoy las Naciones son agredidas desde adentro con las instituciones de la vieja democracia liberal oficiando de auténticos caballos de Troya". Públicamente justifica el papel de las FFAA exponiendo la legitimidad de ese sustento: "Cuando se consuma la defección del poder civil, las Fuerzas Armadas que constituyen el último sector social jerarquizado, aparecen como el único núcleo que ofrece resistencia con vigor y tocación contra la disolución social. De este modo la autoridad del poder civil, el orden de la sociedad y el respaldo de la justicia pasan a apoyarse directamente en ellas. Diríase que es como el mar cuando desciende la marea y afloran las rocas, No son las rocas que suben sino la marea que baja".
Su tenaz enfrentamiento a la agresión internacional tupa-bolchevique y su planteo católico de un Estado Nuevo, fundamentado en las corrientes naturales de opinión en coordinación, con las fuerzas del trabajo, produjeron su derrocamiento por los sectores masónicos que regresaban para reimplantar su conocida y babélica "ingeniería política". Hoy el Estadista con sus venerables setenta y ocho años está alojado en una pequeña celda, donde debe descansar sentado, dado que al tener un solo pulmón funcionando no puede hacerlo extendido en el camastro que le han concedido. Además, debe ascender y descender cuatro pisos por escalera para atender a sus amigos y abogados ya que el ascensor no funciona. Una forma sutil de condenar a muerte lenta a un anciano con graves problemas respiratorios. Su llegada a la Cárcel Central fue consecuencia de un tortuoso camino donde se burlaron las normas más elementales del derecho natural y positivo.
Así lo prueba su hijo, el Dr. Pedro Bordaberry Herrán, en "Que me desmientan", libro de 158 páginas publicado en diciembre último por Librería Linardi y Risso de Montevideo. Bien elegido está el título. Con prosa ligera el autor toca el tema de su padre con arrojo y sinceridad. Los atropellos demostrados son indignantes. Un claro ejemplo, es el llamado Atentado a la Constitución, fallado a favor del Ex Jefe de Estado por la Corte, en 1986. En el 2003 se volvió a insistir con denuncia similar, precediéndose a tramitarla, violándose la "prohibición de juzgar dos veces el mismo caso, el principio del non bis in ídem". Siguieron en la inicua lista. Magistrados recusados por los denunciantes rojos y hasta sumarios a Jueces por supuestas dilaciones en sus Juzgados. Ello les significó ser destinados a Tribunales de menor jerarquía.
El caso de la doctora Mirtha Ghianze, que hoy detenta la Fiscalía de Corte por decisión del "compañero" Tabaré Vázquez, huele a cloaca repleta de gas metano. La citada funcionaría fue desde siempre una notoria activista zurda estando actualmente casada con José Alvariño Barrera, condenado en su momento por "Asistencia a la asociación para delinquir" cuando militaba en el Movimiento maximalista 26 de Marzo. Durante año y medio agrupaciones movidas por los legisladores tupas-bolcheviques presionaron con acusaciones y exigencias de procesamientos. Esos "representantes del pueblo" eran los que tenían que votar en las Cámaras los magistrados de los Tribunales de Apelaciones. En este clima se aprobaron los ascensos de los Ministros-Jueces, en impúdica sesión senatorial del 12 de octubre del 2005. Una ley con nombre y apellido fue además sancionada para eliminar a Bordaberry de la posibilidad de cumplir prisión en su domicilio por pasar los setenta años.
Y esto sucedía hace unos meses, cuando aún no estaba procesado, quien centra los odios del Uruguay cainita. Los casos de Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, William Whitelaw y Rosario Barredo (del cual se acusa también a Bordaberry) y que aparecieran ejecutados en Buenos Aires en 1976, es refutado en el trabajo que nos ocupa exponiéndose datos sobre una purga interna del MLN Tupamaros, amén de un problema por una cantidad de oro amonedado, robado en Montevideo, y que estuviera en manos de aquellos "patriotas libertadores".
Cervantes escribió que Don Quijote izquierdeaba cuando se apartaba del juicio y la razón. Gran verdad, por eso vivimos la página más bochornosa en la historia de la justicia uruguaya. •


20 de Febrero de 2012

El motivo de colocar numeros anteriores de la Revista Cabildo, en  espacios de elquijote2010, obedece a que hacen mas de 40 años comparto los principios del Nacionalismo Católico, fundamentando mi participación en que desde ahí se sostienen los únicos dogmas admisibles para todo accionar político. Cuando aquella doctrina social que la Iglesia Católica, Apostólica y Romana promulgara siguiendo su creador, el Cristo Rey de Reyes, fijaba el camino para el hombre sobre la tierra. Decía el maestro y martir Jordan B. Genta "RECORDAR ES UN DEBER, OLVIDAR ES UNA CULPA..." lo que presumo cumplir desde aquí. De ser posible cada semana renovaré el número con su correspondiente imagen de tapa y Editorial. Sugiero la lectura de estos artículos, que para muchos a su emisión han sido de significativo provecho.   




Publicado en Revista Cabildo N°61
Mes de Diciembre de 2012-3era-Época
El Pajarito macanea hasta morir
LA VERDAD DE UN "NO HISPANOAMERICANO
Por Luis Alfredo Andregnette Capurro

Semanas atrás el Dr. G. A., dilecto amigo y vecino de la Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Aires, puso en nuestras manos un libro de Rogelio García Lupo, titulado: "Últimas noticias de Perón y su tiempo", recientemente publicado por Vergara; cuando abrimos el tomo de 313 páginas recordamos que hace años un viejo Maestro nos dijo: "Lee, lee y entérate de quién es el autor, porque como decía Carlyle, los grandes hombres del pasado nos llaman afectuosamente".
Aquel sabio mentor nos invitaba a bucear en las vidas de los autores hasta encontrar enseñanzas más ricas que las que dejaron en los impresos. No era éste el caso porque conocíamos que el escritor que nos ocupaba, al margen de otros galardones, es colümnista de "Clarín", corresponsal de "Prensa Latina" de La Habana y lo fue de la fenecida revista "Marcha", de Montevideo. Esta publicación uruguaya, durante decenios, y cuando nadie hablaba de Gramsci, era la gran usina de la "inteligencia" marxista que con su "cultura" alienadora de la juventud- preparó nuestros años sesenta y setenta ahitos de sangre y locura nihilista.
Sin que se nos arrugara el entrecejo y dejando de lado la reseña biográfica de García Lupo, nos adentramos en la lectura del libro. Ya en la primera carilla el autor señala que esas páginas están "secretamente inspiradas" (sic) en la afirmación de Jorge Luis Borges: "Si hay algo fácil de modificar es el pasado". En contradicción a su numen estampa en la línea siguiente.
"No tan fácil". Y trata dé explicarlo con un aserto en el que con modestia muestra su ímprobo trabajo: "La recopilación de los hechos que respaldarán más tarde un escrito siempre requiere más esfuerzo que escribirlo. Por eso el lector encontrará anexos documentales..." Muy pobres por cierto. Luego señala: "La ilusión de un periodista de investigación es que a su trabajo no se le pueda encontrar un error de base que haga tambalear sus conclusiones".
Como en la primera lectura no encontramos cuáles son las que intenta hacernos conocer el periodista de marras, nos reafirmamos en un fundamento clave. Para un autor la más difícil tarea consiste en el armazón de los capítulos que como un tejido conjuntivo unifique y coordine hasta formar el todo armónico. Esto, García Lupo no lo consigue. La lectura de las carillas muestra cuan inexacta es la afirmación referente a que las "historias reunidas giran alrededor de la persona y los actos del gobierno del general Perón". No basta librificar 19 crónicas. Se necesita mucho más.
Tomemos un ejemplo. El capítulo 4, titulado: "El Bombardeo virtual de Buenos Aires", que nos interesa particularmente a los Orientales, ya que en su desarrollo se plantea la intriga diplomática preparada en 1940 por los Servicios Británicos en confluencia con el Pentágono y la Casa Blanca. Fue una "historia" de amenazas del Eje Roma-Berlín para dominar a la República Oriental con los residentes ítalo-germanos y lanzarse luego hacia la República Argentina y el sur del Brasil. La rocambolesca fábula creció como una bola de nieve con una campaña de prensa y radios de los Estados Unidos. El Presidente Delano Roosevelt —que entonces preparando su tercera reelección, ocultaba su decisión de participar en la Guerra— lanzó la propuesta de bases militares en el Uruguay.
Contra ellas se levantaron como el heráldico león rampante Luis Alberto de Herrera y el Nacionalismo, contradición sustentada en aquellos mojones de dignidad que fueron Manuel Oribe y Juan Manuel de Rosas. La ofensiva propagandística norteamericana fue imponente. Diarios, revistas, cine y todos los recursos del poder se pusieron a las órdenes del delirio. Pronto se aprobó una ley de "Asociaciones Ilícitas" creándose la "Comisión de Actividades Antinacionales", circulando desde esos días las Listas Negras de personas y empresas que estarían operando contra los Aliados. Aparecieron en escena lo que el viejo Caudillo llamó "Tribunales Venecianos" estableciéndose el delito de opinión en nombre de la tolerancia democrática liberal. Se prohibió la llegada a Montevideo de "El Pampero", periódico nacionalista de gran tiraje que aparecía en Buenos Aires y dirigía Enrique Oses.
Amansarse para vivir pareció ser la consigna de la prensa en general, que no expuso disonancias. La única excepción fue el cotidiano herrerista que mantuvo sus campañas e independencia. La tensión llegó al rojo vivo cuando el 10 de noviembre de 1940 "La Nación" de Buenos Aires publicó una nota tomada del "The New York Times" donde el corresponsal yankee daba cuenta de negociaciones entre el gobierno uruguayo y Washington para la instalación de bases militares en nuestro territorio,. En un párrafo decía el belicista escriba rooseveltiano: "Por lo que respecta a la base naval... debería construirse cerca de Punta del Este, pues ese punto domina la entrada del Río de la Plata, hay allí aguas profundas e islas como la de Lobos y Gorriti que presentan condiciones ideales para el emplazamiento de cañones de largo alcance..."
Desde su diario "El Debate"', que se imprimía con enormes dificultades por carencia de papel y tinta. Herrera todos los días marcaba a fuego a los metécos vernáculos. Veamos el párrafo de uno de sus editoriales: "¿Quiénes administrarán esas peligrosas fortalezas? Encarando el tema desde nuestros fraternales vecinos, Argentina y Brasil, ¿quién puede pensar que ellos admitirían semejante caballo de Troya? El Brasil que descongestiona sus riquezas por los ríos Paraná y Uruguay, o la Argentina que drena su producción extraordinaria de Entre Ríos y Corrientes por esas mismas vías fluviales ¿van a tolerar por ventura que se bloqueara el Río de la Plata con la boca de los cañones "evangélicos"? Bases extranjeras serían ¡eso sí! Bases de nuestra inconmovible y futura esclavitud..."
El 21 de noviembre junto a sus diez Senadores, el Jefe Civil dio una batalla victoriosa y definitoria en la política internacional de Hispanoamérica. He aquí algunos conceptos de su intervención en la Cámara Alta: "Esas bases, serán para los Estados Unidos. Se harán con nuestros recursos para ellos, señor Presidente. Eso es lo que quería subrayar. Precisamente por proyectarse y por pensarse que esas bases, son para Estados Unidos, tengo mayores motivos como latino y como filial de españoles y sudamericano para temerlas [...]
"Cada día siento, comprendo más a nuestra raza. Nosotros somos latinos-ibéricos y también bastante italianos —en este Senado la mitad de sus componentes llevan esa sangre magnífica—.
Nosotros no pertenecemos a las razas rubias, somos rama de las ibéricas y a mucho honor [...] De manera que aquí tenemos que defender lo hispano, lo que vive en nosotros, en nuestra memoria, contra las penetraciones. Me asilo y refugio en mi raza; no tengo interés que vengan otras a imponerse corporativamente con plan ulterior —cuanto más plutocráticas más temibles— en el campo de nuestros sentimientos..."'
La política obsecuente cayó pulverizada. El rotundo NO del Caudillo conmocionó a los hispanoamericanos, "que no querían ser peones en el ajedrez ajeno". La Patria Grande lo saludó de pie. En este sentido y con gran nobleza el 29 de diciembre de 1940 una delegación argentina encabezada por el general Juan Bautista Molina lo visitó para homenajearlo. Hasta aquí el episodio que pese a su importancia es omitido evidentemente de ex profeso en el libro comentado. Hace sonreír que se lo presente como periodismo de investigación.
Sin embargo queda algo por decir. La continuación de la lectura nos condujo a una nueva comprobación de la verdad mediatizada. Veámosla haciendo un planteo lineal. El comienzo debemos ubicarlo cuando en el contexto ideológico internacional los hechos estaban cambiando. El contubernio liberal-bolchevique campeaba victorioso en una guerra que tocaba a su fin.
Se dieron entonces sucesos en la vida interna argentina, que adquirió una nueva tonalidad con motivo de la Revolución que, encabezada por militares nacionalistas, estalló el 4 de junio de 1943. La afrentosa instalación de "bases" intentada años antes quiso hacerse realidad con el fin de evitar la consolidación de un régimen que se ubicaba lejos de los cánones del "Orden" de quie¬nes se estaban preparando para repartirse el mundo. Para ello el mejor situado geopolíticamente era el gobierno de Montevideo que presidía el Dr. Amézaga (1943-47), ex abogado de la británica empresa de tranvías y ferrocarriles. Otra vez las negociaciones secretas para una instalación militar en Laguna del Sauce. Y otra vez Herrera con las antiguas rotativas de "El Debate" presentó batalla. Así decía: "Sin una sola vacilación toda nuestra simpatía con la República Argentina tan injustamente atacada..."
Mientras, en los demás ámbitos sociales y políticos, el nacionalismo incansablemente martillaba: "esas bases de Laguna del Sauce no pueden ser instaladas frente a ios canales del Plata porque sofocan toda la red fluvial y la autonomía y la independencia de la Argenti¬na mil veces hermana..."
La segunda intentona finalmente abortó su engendro por la oposición y el coraje de un Héroe antiguo. Esta es la verdad histórica y NO la que nos relata Rogelio García Lupo presentando a "Marcha" y a su director Carlos Quijano como fundamentales en la resistencia a las "bases malditas".
Se ha dicho que cuando el pájaro abandona la rama en que ha cantado deja en ella un estremecimiento. Del mismo modo un libro al cerrarse deja en nosotros un torbellino de ideas. Son nuestras resonancias de lector. En este caso no ha sucedido lo previsto, porque la rama ha sido abandonada por un Pajarito sin plurrías ni canto. •


13 de Febrero de 2012

CONSIDERO UNA OBLIGACION, AUNQUE NO SUFICIENTE PARA OPONERNOS A LA PESADA CARGA CON QUE HOY SE VE EMBESTIDA LA NACION, ESTA REPRODUCCION EN MI MODESTO QUIJOTE DE NUMEROS ANTERIORES DE LA REVISTA CABILDO, PERO ES UNA SATISFACCION HACER RECORDAR O CONOCER CUALQUIERA DE LOS TEMAS QUE OPORTUNAMENTE HAN SIDO TRATADOS. ES TAMBIEN ALARMANTE LA MANERA EN QUE PUDIMOS HABER EVITADO TANTOS DAÑOS RECIBIDOS CON LA SIMPLE APLICACION DEL SENTIDO COMUN. RECUPERAR NUESTRA PATRIA ES OBLIGACION DE TODO ARGENTINO. PROPONGAMOSNO A HACERLO.



Publicado por Revista Cabildo N°60
Mes de Noviembre de 2006-3era.Época
Históricas
por Luis Alfredo ANDREGNETTE CAPURRO
PRESENCIA DEL MARTIR Y DEL CAUDILLO
JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA, FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE.
Ausentes y Presentes.
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Estos nombres nos invitan a meditar sobre el heroico pasado y el preocupante presente. Ellos nos dicen que estas Españas de hoy marchan en el camino de los reinos de Taifas, con abortos y autonomías disolventes. Es "la hora de los enanos", del socialismo zapatero y de la partitocracia agusanada y corruptora.
Los grandes que hoy recordamos también nos señalan que en la tradición está el alma de lo recuperable. De ahí que recordemos un párrafo de Unamuno cuando observaba al campesino castellano del siglo XIX con sus días de una gloria lejana y su posible regreso: "Estos hombres tienen un alma viva y en ella el alma de sus antepasados adormecida, tal vez, pero viva siempre. Esa alma de su alma, hubo un tiempo en que conmovió al mundo y lo deslumhró con sus relámpagos y en las erupciones de su fe, levantó montañas".

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En ambos, en el Mártir y en el Caudillo, estuvo y está el espíritu de la Hispanidad de la que nos hablaba don Miguel en su libro "En torno al casticismo". Los dos tuvieron su camino hacia la derecha de Dios un 20 de noviembre. José Antonio en 1936, Francisco Franco en 1975. Frente a la eternidad el tiempo no cuenta. Los decenios se superponen y llega un día en que los grandes hombres se unen en la misma devoción del recuerdo protegidos por las mismas eternas rocas. En el Valle de los Caídos, a los pies del Altar Mayor y bajo la imponente Cruz de Cristo rodeada por los Evangelistas esperan la Resurrección. Primo de Rivera con la generosidad de sus ideas, su visión amplia y su temple de apóstol de cristiano viejo es ejemplo de una vida vertical. En cierta oportunidad Jesús invitó a un rico a dejar todo para seguirlo. Eso fue lo que hizo aquel joven abogado castellano con apelativo de estructura hidalga y estirpe imperecedera. Con el brazo en alto como saludo cordial y la camisa azul remangada para curar o luchar en el surco y la trinchera, supo tender sus manos hacia el desamparo y fijar sus ojos en la miseria. Su movimiento, que se llamó Falange, nombre de formaciones compactas agudas y tensas ,fue creciendo en el combate al egoísmo de un conservatismo hedónico y la lucha con la siniestra marxista.
Al hablar de esos días y de aquellas escuadras sentimos audacias, sacrificios y vemos el torrente impetuoso de Camisas Azules que dejaron todo para darse a Dios y a la Patria Una, Grande y Libre. ¿Nombres?... Miles y decenas de miles que se sintetizan en el que está grabado en la losa del Valle de los Caídos: José Antonio. Los disparos de los fusiles que en Alicante troncharon su vida en aquel 1936 fueron la coronación de un ensañamiento cuya parte final estuvo en el Via Crucis de los nueve "procesos" con fallos dispuestos de antemano en las logias y en los demoniocráticos "Comités Populares". De esos meses ignominiosos de la "legalidad republicana" en los que se hizo escarnio desconociendo su Acta de Diputado en Cortes por Cuenca para negarle la libertad, nos habla el mismo José Antonio cuando agradece a un amigo la defensa "elocuente, briosa e inútil". Con acerada pluma estampa: "Una vez más el régimen parlamentario en el que Usted cree y yo no, ha consumado un atropello. ¿Lo ve usted? El parlamentarismo es la tiranía de la mitad más uno, sin norma superior que se acate ni cabeza individual que responda. Yo no entiendo por que ha de ser preferible a la dictadura de un hombre, la de doscientos cincuenta bestias, con toga legislativa. Con el aditamento que no es una dictadura que se ejerza al servicio del bien público o del destino patrio sino al servicio de la blasfemia y de la ordinariez".

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En los mismos momentos, don Miguel de Unamuno, entonces Rector de Salamanca, en carta de agosto del primer año de la Cruzada, escribía a Lisandro de la Torre: "Apenas si se sabe nada de su suerte. Imagínese mi zozobra ahora, que nos da por arrasar la inteligencia no es lícito que aguardemos con demasiado optimismo lo que la contienda pueda depararle. Lo he seguido con atención y puedo asegurarle que se trata de un cerebro privilegiado. Tal vez el más prometedor de la Europa contemporánea". Sin embargo, creemos que lo dicho no basta para dar un perfil de su capacidad intelectual y moral. Hay mucho más que lo eleva y lo muestra como ejemplo en estos días de exaltación del nihilismo psicopático corporizado en el cheguevarismo y desatado en los aquelarres monstruosos de Cromañón.
José Antonio, aquel Mártir con nombre de César, se destacó en su siglo y tiene presencia en el actual, porque es símbolo de juventud que no se arredra ante el sacrificio sintiéndose llena de afán apostólico con sentido religioso y militar para concebir la vida. Mitad monje y mitad soldado, así fue aquel hombre de treinta años que puso en marcha una generación. Les desató las alas justo en el momento en que se puede "ser inasequible al desaliento" y cuando los obstáculos caen vencidos porque son precipicios. Por eso Primo de Rivera posee un relieve hispánico y universal. Corría abril de 1991 cuando en la revista madrileña "Época", Fernando Sánchez Dragó decía en recordable artículo: "Urge sacar del olvido a este heredero de Hércules y Ruy Díaz de Vivar, a este sumo sacerdote —el último seguramente— de la religión del Iberismo. Quizá su ejemplo nos pueda dar una pauta y una llave para abrir la puerta del futuro. José Antonio Primo de Rivera es el español más interesante de esta terrible centuria que ya se acerca a su fin ".

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Con la singladura de los años del Alzamiento el nombre de Francisco Franco se incorporó junto a José Antonio a los Arquetipos de la Hispanidad. De esa Hispanidad que. como dice Antonio Caponnetto. 'conservó siempre, aún recónditamente, esta valoración del espíritu caballeresco y esa íntima convicción de no pasar por la vida sin un gesto de combate y de desafío al mundo". En la cita están resumidos los años de "Francisco Franco, Caudillo de España por la Gracia de Dios". Su nombre fue guión. En la guerra, la mano que ennobleció la espada invicta para ir reconquistando metro a metro, piedra a piedra, todo el patrimonio espiritual y moral de una España quebrada, sucia y encanallecida. Más tarde la reconstrucción con la planificación económica manteniendo como punto de referencia las ideas de la Revolución Nacional Sindicalista Joseantoniana. A todo ello se agregó el valor y la dignidad con que enfrentó el hambreador bloqueo internacional de la ONU masónica y marxistalinista. Eran los finales de 1946 y parecía no haber horizontes para una España, que por vencedora del comunismo, estaba maldita y cercada. Ese mismo año había marcado el recrudecimiento de las actividades partisanas que serían superadas en 1947 con casi dos mil actos de violencia en campos y ciudades. El historiador Ricardo De La Cierva expresa en páginas sobre este período: "Para la inmensa mayoría del pueblo español eran tiempos de Fe. Florecían como nunca vocaciones sacerdotales y religiosas en todos los rincones de España. El Estado construía Seminarios en las diócesis. El Cerco de la ONU reavivaba los estudios sobre Trento y el espíritu defensivo de la Contrarreforma".
Las Comunidades no desmentían "nunca su propósito de sobrevivir y no ceder a las presiones exteriores". Generaciones enteras de jóvenes cantaban en los campamentos los himnos de una Falange que seguía unida "como Haz de Flechas junto a Franco..." Revivía la heroica Numancia. Comentaristas políticos concentraban sus ataques contra el Comunismo y la Masonería. El mismo Caudillo, con el seudónimo de Jakim Boor, publicaba en el cotidiano falangista "Arriba" una serie de artículos sobre la Secreta Sociedad denunciando su acción nefasta en la historia. Y así durante todo el dificilísimo cuatrienio.
El año de ,1951 fue el de la titánica Segunda Victoria. La desarticulación del enemigo interno y las disensiones de éste en el exterior dan cima al triunfo. El mundo reconoció la Verdad y Razón de España. Sin "retroceder un tranco de pollo", como dijera Juan Manuel de Rosas, Franco defendió hasta el último día de su vida la "representación política orgánica". Con ella —sostenía el Generalísimo— "se cumple el fin primordial de asegurar la colaboración de sus miembros y no el enfrentamiento de unos contra otros... evitando el mecanismo turbio ciego y pasional de la representación de los partidos y la esterilidad del sufragio universal inorgánico".
Semanas antes de su fallecimiento dejó un mensaje en el que expresó: "Al llegar para mí la hora de rendir la vida ante el Altísimo, pido a Dios que me acoja benigno a Su Presencia, pues quise vivir y morir como católico... Pido perdón a todos como de todo corazón perdono a cuantos se declararon mis enemigos, sin que yo los tuviera como tales..." "No olvidéis que los enemigos de España y de la civilización cristiana están alertas. No cejéis en alcanzar la justicia social y la cultura para todos los hombres..."
Claridad meridiana en la pluma del Caudillo que nos lleva a recogernos en reflexión. De la misma manera que en los tiempos de la Cruzada de 1936 y tal vez más, el hombre de estos días está necesitado de la ética que lo libere de los corrales en los que el moderno materialismo lo ha confinado.
Por todo ello, hoy como ayer, al otro lado del mar que rompieron las proas de los Católicos Reyes, en pie y firmes ante a JOSÉ ANTONIO y FRANCISCO FRANCO los saludamos romanamente diciendo en alta voz: ¡PRESENTES! •

6 DE FEBRERO DE 2012: RELEYENDO NÚMEROS ANTERIORES DE "CABILDO",  COMPRUEBO A DIARIO LO QUE TRANSFORMÓ LAMENTABLEMENTE NUESTRA PATRIA, E INVITO A ENTERARSE CON ELLO DE LA DIABÓLICA TAREA DE QUE HEMOS SIDO "UN OBJETIVO PREDILECTO". SUGIRIENDO A LA VEZ PERMANENTEMENTE A ELEVAR NUESTRAS ORACIONES LUCHANDO POR LA RESTAURACIÓN DE LOS AUTÉNTICOS VALORES NACIONALES.

Publicado por Revista Cabildo N°59
Mes de Octubre de 2006-3era.Época
HISTORICAS
por Luis Alfredo ANDREGNETTE CAPURRO
DOS MÁRTIRES RIOPLATENSE EN LA ESPAÑA ETERNA

Por la ruta de la Fe, la Esperanza y la Caridad nos han regresado a la patria oriental las reliquias de las Mártires Dolores y Consuelo Aguiar-Mella Díaz, proclamadas Beatas por S.S. Juan Pablo II el 11 de marzo del Año de Gracia 2001. Fue el domingo 9 de julio de 2006 cuando en la Iglesia Catedral de Montevideo, antes de una Santa Misa solemne, la urna de mármol blanco con las reliquias fue depositada en el Baptisterio donde ambas habían recibido, siendo niñas, los Santos Crismas.
Siempre se ha dicho que en las tumbas estaban las sombras. Hoy comprendemos que allí reside la Luz: "estaban de pie ante el trono y ante el Cordero, vestidas de túnicas blancas, con palmas en sus manos (...) y lavaron sus vestidos y los blanquearon en la sangre del Cordero. Por eso están ante del trono de Dios y lo adoran día y noche en su Santuario" (Apocalipsis, 7, 9, 14-15).
Dolores y Consuelo nacieron en Montevideo. Dolores el 29 de marzo de 1897, y Consuelo exactamente un año después. Las futuras Beatas Mártires eran hijas del matrimonio formado por el abogado madrileño Santiago Aguiar-Mella y la criolla montevideana Consolación Díaz Zavalla.
Alboreaba el siglo XX cuando la familia abandonó la República Oriental para dirigirse a España. Atrás quedaba, impune, el asesinato masónico del Presidente Idiarte Borda, afirmándose así el país que pergeñaba José Batlle y Ordóñez en la línea sarmientina. Ella se daba con ancho proceso en el Río de la Plata.
Campeaba su filosofía hecha de oposiciones entre "Civilización y Barbarie" alineadas según el inmanentismo con modalidad de hedonismo burgués que apuraba los últimos años previos al apocalíptico 1914.
A poco de llegar a Madrid fallece su madre, por lo que Dolores y Consuelo ingresaron como pupilas en el Colegio de las Hermanas de las Escuelas Pías de Carabanchel, donde permanecerían hasta 1917
Dolores y Consuelo Aguiar-Mella Díaz, con vestimenta laica en la estampita de las religiosas.
realizando estudios de Magisterio Superior. Allí se forjó un vínculo definitivo entre aquellas "indianas" y la familia religiosa. Se hizo cada vez más fuerte en ellas el espíritu de la Catolicidad y su afán de Misión y Servicio, todo lo que al final les costaría la vida física.
Y llegó 1931. El año terrible de la proclamación de la República, que en menos de cinco años condujo a España al caos. En pendiente pronunciada se quebró la paz socia con el enfrentamiento sangriento de las clases sociales. La Unidad nacional se fracturó hasta casi llegar a la balcanización. La persecución religiosa fue en aumento cor las leyes de divorcio y aborto a la que sucedió la quema de Conventos e Iglesias con la expulsión de Órdenes religiosas. Las Hermana Escolapias sentían el constante asedio y atropello del anticatolicismo resuelto en odio y blasfemia.
En ese ambiente, las uruguaya Aginar defendían públicamente si Fe Católica ayudando y trabajando por aquellas victimas del terror frentepopulista. El asesinato de Jose Calvo Sotelo desbordó el cáliz de hiél y se produjo el Alzamiento contra la vesánica tiranía. La consigra en los territorios africanos fue "E 17, a las 17".
El día 17 de julio a las cinco de la tarde tuvo lugar el comienzo de la Cruzada. Dentro de las veinticuatro horas siguientes lo hicieron la guarniciones de España. Por diversas circunstancias una parte de Península no pudo ser liberada Madrid y Barcelona quedaron en la zona roja como bocas del infierno George Orwell, en páginas que titu lara "Cataluña 1936" expone que en Barcelona había comenzado la "revolución social", a través de la sovietización de las empresas cual quiera fuera su tamaño, amén de terrorismo practicado por el poder político con el apoyo de bandas armadas en las calles.
Los cuadros políticos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) a cargo del Servicio de Información, se especializaron en crear e terror y conciencia del terror "entre los traidores fascistas" entrando un aspeciuco. pero no por ello indigno de figurar en esta referencia local de Cataluña, fue que durante este período centenares y centenares de presos requetés o falangistas eran trasladados a las bodegas del "Uruguay", un buque de bandera republicano-socialista fondeado en la rada de Barcelona.
Testigo de los espantos que allí se producían, Manuel Tarín Iglesias en su libro "Los años Rojos", publicado en 1986, da cuenta que en el común de las gentes, fueran o no de derechas, el sólo nombre de "Uruguay" producía helado horror sólo por las reverberaciones semánticas que provocaba el nombre del satánico navio.
La situación de Madrid no iba en zaga. Luego del ataque contra el Cuartel de la Montaña y la Cárcel Modelo se dio el sádico asesinato de innumerables militares y civiles. Entre los uniformados se encontraba el dirigente falangista Julio Ruiz de Alda, héroe de la aviación española y mundial. Entre los segundos cabe destacar a personalidades de inteligencia superior como Ramiro de Maeztu y Víctor Pradera.
En esos días de tragedia aparecieron con todo su aire siniestro las tristemente célebres ~chekos~. Durante la revolución bolchevique, éstas habían sido el más férreo instrumento de terror para diezmar las poblaciones consideradas enemigas de los nuevos amos. La requisa, la detención y el asesinato se ordenaban en las "chekas" y sustituyeron en la "república" cainita a todo lo que se podía llamar función policíaca o jurídica.
Anarquistas, comunistas, socialistas y toda la gama de zurdos, tuvieron su "cheka" particular. Cientos aparecieron repartidas por toda la Ciudad ocupando las mejores mansiones y teniendo a disposición vehículos requisados a los "facciosos". A ellas se agregó la privada de la Dirección de Seguridad que recibió el nombre de "Escuadrilla del Amanecer", porque era en las amanecidas cuando registraban domicilios, detenían y asesinaban durantes su "paseo" de las afueras de la capital.
En medio de aquel pandemónium Dolores y Consuelo continuaron sin desmayo ayudando a las monjas dispersas y ocultas en Madrid. Comenzado agosto ambas se fueron a vivir con ocho religiosas refugiadas en una casa cercana al colegio del que habían sido expulsadas por la "cheka " comunista. Nada amedrentaba su misión para con la gente de Dios.
Así, hasta el 19 de septiembre de 1936. cuando Dolores salió hacia un barrio donde llevaba alimentos y Hostias Consagradas "para los que tenían hambre y sed de Cristo". Detenida por milicianos pese a su documentación fue conducida a una de las "chekas". Horas después allí se presentó Consuelo, llevada por una nota supuestamente firmada por su hermana en la cual le solicitaba su presencia junto a la Superiora María de la Iglesia para obtener la libertad.
Del horror de las horas que siguieron nada sabemos. Sus cuerpos y el de la Madre Superiora fueron encontrados masacrados en la carretera hacia Andalucía, de donde se los llevó a un depósito. Poco antes de ser arrojados a una fosa común los recuperó su hermano Teófilo, entonces Jefe del Consulado uruguayo, quien pudo darles cristiana sepultura en el cementerio de la Almudena.
El desgraciado suceso tuvo amplia repercusión y llevó al gobierno Oriental que encabezaba el doctor Gabriel Terra a la ruptura de relaciones con la tiranía siniestra y simiesca que detentaba el gobierno de la España autodenominada legal. Un gesto de dignidad diplomágramsciano a que nos tiene acostumbrados el liberalismo marxista uruguayo.
De la vida terrenal de Dolores y Consuelo Aguiar-Mella Díaz puede decirse lo que Antonio Caponnetto expresa en "Los Arquetipos y la Historia": "recorre el Antiguo y el Nuevo Testamento, y se prolonga hasta nuestros días en los textos más representativos de la Cristiandad. Se insta a seguir a Cristo como Modelo Supremo, y también obviamente, a aquellos que han consagrado sus esfuerzos para ir tras Él. Profetas, Santos, Patriarcas, Místicos o Mártires. Cristo mismo en su Evangelio no cesa de repetírnoslo a cada tanto: «Venid en pos de Mí», «aprended de Mí», «sed perfectos», o «ejemplo os he dado para que vosotros hagáis lo que Yo he hecho». Se lo sigue e imita por amor, por una fuerza afectiva incontenible, que está por encima y en algunos casos de modo excluyente, de todo otro bien terreno".
Dolores y Consuelo caminaron tras El, por ello hoy están a la derecha de Dios. Seguramente con las manos elevadas en oración como en la visión del poeta:
"Como tibia azucena
"adelantada
"Constantemente entre
"el alba y el rocío
"orante nieve, ojiva pura
"y levedad trenzada
"como ave par alzada
"sin temblores,
"calmando en su misterio
"desposado
"la desazón humana
"de las flores". •



23 de Enero de 2012

Publicado por Revista Cabildo N°88
Mes de Abril de 2011-3era.Época
MALVINERAS
  María Delicia REARTE de GIACHINO
Malvinas Ayer, Hoy y Mañana
FRAGMENTO DEL DISCURSO PRONUNCIADO POR LA SRA. MARIA D.REARTE DE GIACHINO
MADRE DEL 1ER.CAIDO EN LA GUERRA POR RECUPERAR MALVINAS 2/04/2011
http://www.lahistoriaparalela.com.ar/umedia/images/03-04-delicia-giachino.jpg

Cerca ya de las tres décadas de aquel 2 de abril único y memorable, es necesario que hagamos un balance de aquellos setenta y cuatro días que nos invadieron de fervor, de dolor, de honor, de sacrificio, de héroes y traidores, de euforias y derrotas, de admiración y de calumnias. Por eso nos preguntamos: ¿Qué fue Malvinas ayer? ¿Qué es Malvinas hoy? ¿Qué será Malvinas mañana?
¿QUÉ FUE MALVINAS AYER?
Malvinas fue el hecho histórico y bélico más destacable, más inédito, más intrépido del siglo XX, no sólo para la Argentina, sino para toda América y me atrevo a decir: para todo el mundo occidental.
Malvinas fue la bandera usurpadora arriada con la sangre de los dueños, para izar en su lugar propio a la celeste y blanca, que desde la hazaña de Los Andes traían en sus manos briosas los herederos de la Libertad, saldando la deuda jurada ante Dios y la Patria.
Malvinas fue la revancha gloriosa de un pueblo incrédulo, que habiendo pasado por gobiernos inoperantes, habiendo sufrido una guerra fratricida, irrazonable y dolorosa, sabiendo que su soberanía man
cillada le impedía la verdadera dignidad, explotó desde el fondo de los tiempos, en un unánime grito de unión y esperanza.
Malvinas fue la certera cachetada asestada con estricta precisión en la mejilla del decrépito león, que irritado buscó borrar la ofensa afilando sus garras [...] sin contar con que [...] el verdadero triunfo de la Patria, late en aquellos 649 muertos, en aquellas heridas incurables de los Veteranos de Guerra de Malvinas, en aquellos que buscaron el cielo, en aquellos que, desafiando la incomprensión y el olvido, saben que la gloria les pertenece.
Pero Malvinas fue también, desgraciadamente, el motivo para que despreciando su destino de grandeza, tapando vergonzante sus heridas, ocultando el heroísmo, despreciando la sangre de sus hijos, repudiando públicamente la Justicia de la Causa, estableciendo en la sociedad un proceso de desprestigio y humillación, que se acentuó en las sucesivas democracias, con dinero y poder, con los medios de comunicación a su servicio, con la incapacidad de unas cancillerías improvisadas, con políticos formados para las urnas, con Instituciones sumisas, con un pueblo indiferente al cual le robaron su Gesta, abriera —finalmente—, sus puertas a posiciones ideológicas totalmente ajenas al sentir nacional disfrazadas de pacifismo y derechos humanos.
¿QUÉ ES MALVINAS HOY?
Malvinas hoy, es un enclave colonialista, en el corazón de la Patria.
Malvinas hoy, es el reclamo repetitivo de presidentes y cancilleres, en los foros internacionales blandiendo la soberanía como derecho inalienable de la Argentina, pero dicho al pasar y sin ninguna convicción, conociendo de antemano la mirada airada del usurpador.
País ribereño, Territorio de ultramar, trescientas cincuenta millas, explotación petrolera como respuesta a la mansedumbre de los gobiernos democráticos que fueron capaces de elaborar tratados como los de Lisboa o Madrid que atenían abiertamente contra la Soberanía declamada.
Malvinas hoy está transitando el peor momento de estos veintinueve años.
En un año electoral, Malvinas no cosecha votos. Las disputas sectoriales ocupan la escena.
Malvinas es el mal recuerdo que se pretende confundir con situaciones absolutamente ajenas a ella, siempre mezclada con intereses bastardos de políticas antinacionales.
Malvinas es hoy, la triste confusión entre los propios hombres que la pelearon que, cansados dé desprecios, de olvidos, de desprestigios, guardando en sus sueños el dolor y el honor de lo vivido, rebajados ante la opinión pública como "chicos de la guerra", tratados de cobardes "iluminados por el odio", destruyen, sin 'quererlo, esa unidad que en el campo de batalla los hizo hermanos.
Y así pierde fuerza ese sagrado y merecido anhelo del reconocimiento histórico por su entrega. Lo más preciado que un guerrero puede legar a sus hijos.
Pero Malvinas hoy, también es un misterioso sentimiento, que une a través del tiempo y el espacio a miles y miles de argentinos, con una misma mística, ignorados, silenciosos, sabedores de que en aquellas cruces lejanas, cuyas entrañas "sólo Dios conoce", desafiando las tempestades del Cielo y de los hombres, la Patria respira su aliento de Esperanza.
¿QUÉ SERÁ MALVINAS MAÑANA?
Malvinas mañana será una poderosísima base militar dueña del Atlántico Sur.
Malvinas será mañana, como lo es ya, el lugar donde se recibe per cápita el segundo salario más importante del mundo, gracias a los fabulosos contratos de pesca con que opera.
Malvinas mañana será un valioso pozo petrolero exprimido por quienes no son sus dueños pero que cuentan con la pasividad culpable de los verdaderos dueños ocupados en los menesteres del poder, sin importarles que ese poder les fuera concedido por el sacrificio de sus hijos, cuya sangre escurrida en. los confines de la tierra, no se mezcla con la soberbia y el descaro de los que violan sus entrañas.
Será la escala turística de cruceros de lujo, ese lugar exótico y misterioso, por el cual dicen los kelpers viejos que una vez unos "argies" locos, dieron sus vidas.
Malvinas será mañana el origen de nuevas pretensiones, de nuevos atropellos, de nuevas ofensas, de nuevas traiciones, escala de aeropuertos clandestinos, permanente vigía de los movimientos argentinos, usurpador cauteloso, colonialista disimulado.
Pero Malvinas también es, como lo fue, lo es y lo será mañana, la única y auténtica causa nacional, la que al lado de las heroicas guerras de la independencia —como sueño la libertad, como premio la justicia, como símbolo la verdad, como amparo la Santísima Virgen, como meta la Patria soberana—, que remueva las conciencias y las voluntades de las generaciones venideras para que recojan desde el cielo, el mar y la turba helada, el grito desgarrante y victorioso: ¡Malvinas Volveremos!


14 de Enero de 2012
En búsqueda de viejos artículos de la revista Cabildo para mantener ocupados los espacios de elquijote2010 durante su próxima aparición, hallé uno llamado "El Basilisco". Cuesta justificar su elección, pero creo fue que alguna vez sentí simpatía en historietas con algún fondo "gauchesco". Ese término conocí desde joven leyendo "las pavadas" escritas por Fontanarrosa en su "clásica obra" Inodoro Pereyra. Como verán, no es otra cosa el Basilisco, mas que fruto de la "imaginería popular". Como el negro era también especialista en historietas y cuentos de "sonceras", imaginó a su perro Mendieta ser hijo de aquel animal. Traducido por la R.A.E.: es un animal horroroso mezcla de reptil con gallina..etc...transformado en ogro dotado con distintas habilidades y costumbres. En resúmen lo que aquí transmite García Montaño posteriormente, no es mas que comparar la misma bestia con otra de peor calaña. Pese a no representar hermosas historias, estos cuentos siempre pueden permitirnos alguna sonrisa.

Publicado en Revista Cabildo N°72
Marzo de 2008-3era. Época
Parecidos Notables
por Diego GARCÍA MONTANO
BASILISCO


En el libro de G. K. Chesterton, "De todo un poco", aparece esta frase: "Qué es lo que Miss Pankhurst imagina que es una regla? ¿Una suerte de basilisco? (...)". Ante nuestro desconocimiento del significado de dicha palabra, tuvimos que recurrir al diccionario de la Real Academia Española.
Grande fue la sorpresa cuando nos enteramos de que el término tenía cuatro acepciones, algunas de las cuales permiten retratar a cierto personaje de la historia política argentina contemporánea. Corresponderá al lector darse cuenta de quién estamos hablando. Vamos a dar algunas pistas.
Desde el punto de vista etimológico, basilisco, proviene del griego y significa reyezuelo o gobernante de poca monta. Hay dos acepciones más, que son dignas de mencionar. Veamos:
Para la Real Academia, basilisco, el animal, es un reptil americano de color verde muy hermoso y del tamaño de una iguana pequeña. Esta primera pista puede llevar a confusión, ya que nuestro personaje no es ni verde ni muy hermoso; aunque sí dicen que ha logrado juntar en poco tiempo, montones de "verdes" americanos, sin dar expli-caciones.
Otro aspecto de su vida —de la del animal, aclaramos— es su velocidad, ya que debe escapar muy seguido de sus enemigos. Empero, la descripción más interesante, y la que seguramente será una de las mejores pistas, es la que nos viene de la mitología.
En efecto, el basilisco era un animal fabuloso al cual se le atribuía la propiedad de matar con la vista. Según la Wikipedia, se trata de una criatura, especie de serpiente con cuernos en la cabeza.
Plinio el Viejo lo describe como una culebrilla de escaso tamaño v pésimo genio, ya que "su potente veneno hace marchitar las plantas y su mirada es tan virulenta, que mata a los hombres". Se dice que nace a partir de un huevo deforme, puesto por una gallina vieja, y que ha sido incubado por un sapo. ¡Un auténtico adefesio!
Aparentemente, el elixir mágico para liberarse de él, es rodearlo de espejos, ya que al ver su aspecto de esperpento, muere al instante. En el folclore gauchesco se lo describe como una especie de gusano cor un solo ojo, que causa la muerte con su mirada.
También hay otra versión que afirma que al nacer nomás, buscó lugares altos desde donde acechar e sus víctimas. Las abuelas de Santiago del Estero dicen que su aliento es tan fuerte, que hasta puede marchitar las plantas.
Otras versiones, al fin, afirman que nace de un huevo de gallina, incubado en un nido de serpientes; de allí que San Isidoro de Sevilla (560 636) lo calificara como el rey de la; serpientes: "los reptiles se someten a él por su peligrosa mirada y las cualidades de su respiración venenosa",
La segunda acepción que nos trae el diccionario de la Real Academía acerca de basilisco es bastante breve: es una persona furiosa o dañina. Pero Basilisco también se llamó a un antiguio personaje romano, que hubo de pasar a la historia con más pena que gloria; aunque justo es reconocer que —por esa: cosas del azar y de la política— llegó a ser emperador del Imperio Romano de Oriente entre los año 475-476
En el año 468, el emperador León lo nombra comandante de la conocida misión romana contra Cartago. Basilisco huye en el medio de la batalla. Cuando regresa a Constantinopla, se refugia en la Iglesia de Santa Sofía, para no tener que enfrentarse con el populacho, enardecido por su deleznable conducta y por temor a la venganza del emperador. La hermana de Basilisco, Verina, luego de varios manejos políticos, consigue el perdón imperial para su cobarde hermano, el que es castigado con el exilio en Tracia.
Cumplida la pena, y ya de regreso en el Imperio, lentamente fue ascendiendo en la política, llegando a ser designado caput senatus, "primero entre los senadores" en el año 474.
Para el año 475, ya había llegado a ocupar el cargo de Augusto. Uno de los primeros actos de su gobierno —si es que así lo podemos llamar— es que designó a su esposa Augusta, y también a su hijo César: "Sin embargo, por causa de su incapacidad de gestión como emperador, Basilisco perdió pronto a la mayor parte de sus partidarios ", dice la enciclopedia que venimos citando; y posteriormente agrega esto: "(...) Basilisco se vío obligado a imponer fuertes tributos y a volver a la práctica de subastar los cargos públicos, con el descontento que ello provocó en la población. También buscó fondos de la Iglesia (...) el Patriarca Acacio de Constantinopla, con el apoyo de la población de la ciudad, mostró claramente su desdén hacia Basilisco, cubriendo de negro los iconos de la Iglesia de Santa Sofía".

Debido al incumplimiento de las promesas a sus generales, y agregado a esto que su "impopularidad se incrementaba cada vez más, por la rapacidad de sus ministros", Basilisco cayó de nuevo en desgracia. En el año 476, Zenón regresó al poder en Constantinopla. Basilisco, a pesar de los sinsabores que le había hecho pasar a los fieles cristianos, consiguió escondite en una iglesia.
Habiendo sido traicionado por uno de sus seguidores, se rindió ante la promesa de Zenón de no derramar su sangre. Así, junto a su esposa y su hijo, terminaron los días encerrados en una cisterna en Capadocia, hasta la muerte.
Gobernante de poca monta, animal de un solo ojo que mata con la vista, rey de las serpientes, dañino, enemigo de la Iglesia, huidizo en las batallas, rodeado de ministros rapaces, "acomodador" de su esposa, de su hijo y de su hermana, incumplidor de las promesas...
Con todas esta acumulación de pistas, ¿no descubrió todavía de quién se trata?
Para colmo de males y para cerrar esta historia, hacemos una advertencia. Dice una página de "ciencias ocultas", descubierta al azar: "Por desgracia, no hay manera de combatir al basilisco, ya que ni los brujos más experimentados pueden destruir este flagelo". ¿Estaremos condenados, nomás? Por las dudas, le damos una recomendación: lleve siempre muchos espejos. •


5 de Enero de 2012
Publicado en Revista Cabildo N°30
Julio de 2003- 3era Época
Históricas
por Antonio CAPONNETTO
ROSAS Y PALERMO

El pasado 9 de junio, La Nación publicó la carta de un lector, Horacio Miguel García Prieto, en la cual, citando la autoridad de Vicente Osvaldo Cutolo -concretamente la de su obra Nuevo Diccionario Biográfico Argentino sostiene que "las tierras de San Benito de Palermo" eran "propiedad de Pedro Agustín Cueli", quien las había "heredado de sus antepasados". Dice más el precitado lector; y es que las tales propiedades le fueron "despojadas" por Rosas "hacia 1836", "para instalarse con su familia en ellas". Despojo acompañado de "la persecución del tirano", quien incluso -se aclara- ordenó que el referido Cueli fuera "encarcelado y desterrado". De todo lo cual -deduce García Prieto- saldrían a la luz las "barbaries y fechorías" de Rosas, por lo que aconseja "dejarlo tranquilo", y no pretender "rebautizar el Parque Tres de Febrero con el nombre inicial de su propiedad, Parque Palermo de San Benito, en honor a Rosas" (cfr. La Nación, 9- 6-03, p. 18,col,3). Varias aclaraciones se imponen:
1.- Se conocen con exactitud los nombres de los propietarios a quienes Rosas compró tierras en Palermo, entre 1838 y 1842; y no sólo los nombres, sino el monto abonado, las respectivas superficies, la localización pasada y actual de las mismas, y las sucesivas mejoras y construcciones gradualmente introducidas. Todos estos detalles pueden seguirse en la profusa bibliografía sobre el Barrio de Palermo en la que se destacan autores como Horacio Schiavo, Luis Cánepa, Graciela Novoa, Diego Del Pino, Elisa Casella de Calderón, Enrique Germán Herz, Carlos Fresco, Julio Luqui Lagleize, y otros-, pero muy especialmente en una obra del mismísimo Vicente Cutolo, publicada con posterioridad al precitado Nuevo Diccionario Biográfico Argentino. Se trata de su Historia de los Barrios de Buenos Aires, Buenos Aires, Elche, 1996, vol. I, cap. 21, p. 639-720. Rosas pues, poseyó esas tierras comprándolas legalmente, y no por un acto de despojo motivado en razones de carácter político. "Incluso la Ordenanza Municipal n° 26.607, B.M , 14288 del 4-5-1972, que fija los límites de Palermo, reconoce que Rosas adquirió esas tierras construyendo en ellas su residencia'" (cfr. Carlos Ortiz de Rozas, Rosos, en La Nación, Buenos Aires, 8-7-2003, p. 16). Uno de los primeros propietarios al que Don Juan Manuel obló la cifra acordada fue Juan Bautista Peña, quien "por aquella época le tenía cierta ojeriza al Gobernador" (cfr. Vicente Cutolo, Historia de los Barrios..., ob. cit, p. 642) y que se levantará en armas contra él al poco tiempo, cuando el episodio de la llamada Revolución del Sud. Era su inminente adversario armado, pero Rosas le compró legalmente esas tierras.
2.- Mucho antes de los tiempos de Rosas, al parecer, la familia Cueli tuvo problemas para demostrar y conservar la propiedad de sus terrenos en Palermo. Así lo sugiere el hecho de que en 1786, "los herederos de Juan Agustín Cueli y Jacinta Escobar iniciaron juicio contra los ocupantes del bañado, y allí se dijo que esas tierras servían para pasto y descanso de la caballada. No se tenía noticias de haber sido repartidos a persona alguna, considerándoselos hasta entonces como realengos, y que jamás se tuvieron por tierras de Pan Llevar [...] Esa zona era enteramente baja, y estuvo destinada para uso común de los habitantes [..,] sin prueba ni título que acreditase su posesión" (cfr. Vicente Cutolo, Historia de los Barrios... ob. cit, p. 640 y Carlos A. Fresco, Vecinos desconocidos en el Bañado de Palermo, en La Gaceta de Palermo, n° 17 bis, Buenos Aires, s/f, p. 20-21). Como quiera que sea, el llamado Polvorín de Cueli o la Casa de Pólvora o el Almacén de la Pólvora, no significaba sino una parcela del total de 541 hectáreas que llegó a poseer Rosas en Palermo; de lo que se sigue que, aún en caso de expropiación por parte del Gobernador, la misma no invalida la compra legal del resto de sus posesiones en la zona, ni habilita a inducir al lector a la creencia de que toda el área palermitana rosista fue el fruto de un despojo. Tampoco hay coincidencia entre la superficie que habría ocupado antaño las propiedades de Cueli y el actual Parque Tres de Febrero, más bien parece que la discutida propiedad se extendía desde el actual Jardín Botánico hacia el SE, en dirección opuesta a las fincas del Restaurador, con lo que debe descartarse que, en el supuesto caso de que alguien quisiera rebautizar el mencionado Parque con el nombre de Rosas, tal denominación ofendiera la memoria del presunto despojado.
Pero no es éste el bautismo que propuso la señora Silvina Ruiz Moreno, en su carta del 9 de mayo, en La Nación, a la que responde García Prieto, sino el de Palermo de San Benito. Pues bien, con dos siglos de anterioridad al año 1829, en el que, por primera vez, un escrito menciona al señor Horacio Porro Cueli relacionado con el oratorio levantado en el lugar, en que se veneraba la imagen de San Benito de Palermo, ya la nomenclatura colonial reconocía la presencia de tal patronazgo, originado al parecer, en la piedad de su primer dueño, don Juan Domínguez Palermo.
No obstante, "es Juan Manuel de Rosas -dice Osear B .Himschoot (cfr. Palermo: una historia entre poesías y tangos, http://www.clubdel-tango, com.ar/articulos/palermo htp.htm)-, quien prácticamente lo afianza al denominar la zona como Palermo de San Benito en honor a la imagen que estaba en el oratorio de Horacio Porro Cueli". De modo que, de rebautizarse a la zona Palermo de San Benito, no sería "en honor a Rosas", como le molesta al Sr García Prieto, sino en homenaje al santo, y en fidelidad a quienes, como Juan Domínguez Palermo, Horacio Porro Cueli o Juan Manuel de Rosas, no quisieron borrarlo de la memoria lugareña.
- 3.- "En 1892, el entonces presidente Carlos Pellegrini, a instancias del arquitecto Carlos Thays, cedió las tierras llamadas 'el almacén de la Pólvora' por la existencia en la zona del 'Polvorín de Cueli', tierras pertenecientes a esta familia y de gran extensión, que fue destruido hacia 1900, tras un frustrado intento de utilizarlo como Hospital Militar". Esta afirmación de Cutolo en su precitada Historia de los Barrios de Buenos Aires (p.661), indica asimismo quién habría sido el responsable final del despojo de sus tierras a la familia Cueli. Y señala igualmente que, si en en 1892, las traídas y llevadas tierras eran consideradas de Cueli, lo ocurrido hacia 1836 no habría sido un despojo sino un embargo temporario, con restitución antes o después de Caseros. Lo que rectificaría al mismo Cutolo, cuando en su Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, hablando de Pedro Agustín Cueli, sostiene que "no le fue posible recuperar sus propiedades,, ni a él ni a sus herederos", (cfr. ob. cit, vol. II, p. 414). Pero además, no hay que esperar al año 1892 para ver a los Cueli dueños de sus tierras. Del estudio del "Registro de la Propiedad Testamentaria, AGN [...] surge que en 1837, un año después del supuesto 'despojo', María Paula Cora de Cueli y sus sucesores le vendieron esas tierras a Doña Justina Undiano de Coulin" (cfr. Carlos Ortiz de Rozas, Rosas, ob. cit.). Doña Justina es la madre de Policarpo Coulin, próspero industrial y horticultor, nacido en 1827, que trabajo incansablemente sus tierras sin que nadie lo perturbara.
La distinción señalada anteriormente, a modo de conjetura, entre confiscación o embargo o simple despojo no es ociosa, toda vez que la hacen quienes han estudiado el tema, tanto jurídica como históricamente; y en el caso particular de la época de Rosas, la diferencia ha sido notada, entre otros, por Néstor Deppeler (Los embargos en la época de Rosas, Buenos Aires, La Facultad, 1936), Osvaldo Saavedra (Rosas y su tiempo, Revista de Derecho, Historia y Letras, Buenos Aires, año X, vol.XXVIII) y E. T. Corvalán Posse (Rosos, las confiscaciones y lo que ocultan sus detractores, Revista del Instituto Juan Manuel de Rosas de Investigaciones Históricas, n. 6, Buenos Aires, 1940, p. 81-94). El citado Cutolo, hablando de Pedro Valentín de Cueli, sostiene que "en el Archivo de los Tribunales, se encuentra el expediente caratulado 'Don Pedro Valentín Cueli y María Paula Cora, s/juicio testamentario año 1872)', en el que figuran agregados, entre otros, los títulos de propiedad de la chacra cuyo perímetro comprendía aproximadamente las actuales calles Canning y Corrientes, las vías del Ferrocarril San Martín y el Rio de la Plata" (cfr. su Nuevo Diccionario... ob. cit, p. 414). Ahora bien; si en 1872, la familia puede exhibir los títulos de propiedad, y diez años después, en 1892 -con ocasión de la entrega de Pellegrini a Thays- se consideraban como "tierras pertenecientes a esta familia" [Cueli], ¿qué clase de despojo fue aquel señalado en 1836?, o ¿qué clase de propietarios eran estos Cueli, cuyas tierras eran entregadas por el Gobierno de Pellegrini a una iniciativa pública?
4.- Llama la atención que se le adjudique a Rosas, en 1836, el despojo de las tierras de Cueli, porque un año atrás, por decreto del 20 de mayo de 1835, el mismo Rosas había abolido la confiscación de bienes como método de represión y de castigo, y recién el 16 de septiembre de 1840 dictó el decreto de embargo sobre los bienes de los unitarios asociados con el extranjero en contra de su propia patria.
Sea para ajusticiar a Camila O'Gorman o para exigir el desagravio al pabellón nacional, Rosas fue siempre legalista puntilloso y extremo, y resulta por demás extraño que, en 1836 hubiese violado públicamente una norma por él mismo impuesta en 1835. En 1836, además, no existían los motivos que se desencadenaron a partir de 1838 -con el bloqueo francés y la alianza unitaria a los invasores- para perseguir a los adversarios de la Confederación despojándolos de sus propiedades. Es una lástima que ni Cutolo, ni García Prieto ni nadie, puedan aportar el más mínimo dato sobre la oposición a Rosas de parte de Pedro Agustín Cueli, en 1836, que explicaría nada menos que el despojo de sus tierras, más la cárcel y el destierro. Grande y significativa tuvo que ser la embestida de este hombre para merecer tamaña represalia del Gobernador. ¿Cómo es posible que los inquietos panegiristas de los civilizadores contra la barbarie del déspota, se hayan perdido a tan solitario precursor de "las luchas contra la tiranía"? ¿Cómo es posible que Don Pedro Agustín Cueli no tenga su avenida, su monumento, su logia, su sitio en los programas escolares de historia, su libro de texto obligatorio y falsificado, su marcha, su emblema en él Movimiento de Los Sin Tierra y su Comisión de Homenaje Permanente a las Víctimas de la Represión Rosista?
Varios Cueli registra la Gaceta, señalando sus conductas públicas (cfr. Museo Mitre, Gaceta de Buenos Aires. 1810-1821. índice General por Juan Ángel Farini, Buenos Aires, 1963). Ninguno de ellos es el futuro "expropiado". Varios Cueli asimismo, aparecen apuntados en Tomas de razón de despachos militares, cédulas de premio, retiros, empleos civiles, donativos, etc. (Buenos Aires, G. Kraft Impresor, 1925, p. 230 y ss.), registrados desde 1740. Ninguno de ellos es nuestro hombre. Otro Cueli hubo, sin embargo, llamado Desiderio -cuyo parentesco con el "despojado" no podemos descartar- que sirvió heroicamente como marino, en tiempos de Don Juan Manuel, a las órdenes del Almirante Brown. Y fue otro Cueli, Fray Pedro, hijo de Juan Agustín, el que durante las invasiones inglesas, desenterró un cañón que se hallaba en la Casa de Pólvora de su familia, lo hizo arreglar por los paisanos y lo condujo a Perdriel, a trepidar contra los gringos. A este Fraile Cueli, el 11-5-2000, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por Ley n° 371 (publicada en BOCEA n° 984 del 14-7-00), le dedicó una plazoleta en su homenaje, "ubicada en Avenida Argentina, Pola y Somellera". Venían bien los Cueli, como para que uno de ellos mereciera el sosegate severo del Ilustre Restaurador, a causa de su traición a la causa nacional. Duda que nos queda, ante la ausencia de mayores datos.
5.- La confiscación de propiedades por razones políticas tiene largos antecedentes en la historia patria. Las leyes' españolas que regían en tiempos virreynales, establecían esa pena, junto con la prisión y el destierro. Confiscaciones realizaron la Junta de Mayo y el Triunvirato; Aldao, Lamadrid, Rivera, Paz, o los unitarios más renombrados y con poderes discrecionales obtenidos al amparo de las armas y del oro extranjero. Confiscaciones inicuas, en suma, fueron las que padeció Juan Manuel de Rosas después de Caseros. Nada de lo cual le merece una línea de fastidio al Sr. García Prieto. Pero es bueno su consejo de que dejemos tranquilo a Rosas. No porque de lo contrario, "saldrían a la luz sus barbaridades y fechorías", sino porque la impasibilidad de su glorioso heroísmo no puede ser intranquilizada por el besalamano de un precipitado ojeador de diccionarios. •





26 de Diciembre de 2011
Publicado en Revista Cabildo N°93
Mes Noviembre/Diciembre de 2011
HISTÓRICAS
Carlos GARCÍA
Pearl Harbor: En Busca del Infame

A actitud desesperada de Japon previa a la guerra fue descripta por el propio general Douglas Mac Arthur: "Encerrados en los estrechos límites de sus cuatro islas principales, los japoneses apenas podían alimentar a su enorme y creciente población. Equipados con una fuerza laboral espléndida, carecían de las primeras materias indispensables para su incrementada productividad [...] Sin los productos que estas naciones poseían —las ocupadas— su industria se habría venido abajo, se hubieran quedado sin empleo millones de trabajadores y el desastre económico que esto representaba ¡os habría precipitado a la revolución" (Memorias).
Roosevelt había vencido en su reelección con un contundente discurso pacifista. Conocedor de la determinación de neutralidad del pueblo americano y mucho más astuto que su contrincante republicano, proclamó en su campaña política: "Yo os juro solemnemente, madres y esposos americanas, que vuestros hijos y maridos no serán mandados a luchar en tierras extranjeras".
Poco tardaría en quebrar su juramento.
Inmediatamente después de ser reelegido, el presidente americano comenzó a desarrollar todo tipo de actividades en apoyo de los ingleses, conductas éstas que, en Muchos casos, importaron verdaderos actos de beligerancia. Bien recuerda el inobjetable testimonio del mariscal Montgomery que: "Roosevelt trató por todos los medios de que Estados Unidos entrara en la guerra..." (Hacia la cordura).
La actitud de Estados Unidos distaba mucho de ser la de un país neutral. Estaba sosteniendo militar y económicamente a los principales enemigos de Alemania —Inglaterra y la URSS—; buscaba establecer bases militares en distintos enclaves extranjeros para "la defensa de occidente"; no cejaba de presionar sobre el gobierno de Japón y transmitía permanentemente información de inteligencia a los ingleses, todo ello a espaldas del propio pueblo americano.
Esta postura de Roosevelt llevó al senador americano Wheeler a sostener que "Alemania dispone de todas las excusas y motivos que quiera invocar para atacarnos".
Recuerda el Almirante Robert Theobald que "Dado que el pueblo norteamericano se oponía tan vigorosamente a la guerra era necesario forzar a una de las potencias del Eje a combatir contra Estados Unidos y esto en una forma tal que despertara en la población norteamericana la creencia profunda e íntima de la necesidad de luchar" (El secreto final de Pearl Harbor). El objetivo de Roosevelt era acorralar a los japoneses e imponerles la guerra como única opción. Comenzó así su política de embargos. John M. Collins considera que "La sorpresa económica que resultó del inesperado embargo de Estados Unidos sobre el hierro y el acero hizo tambalear al Japón antes de Pearl Harbor" (La gran estrategia).
Según Theobald, Roosevelt fijó los pasos que lo llevarían a su meta: presionó diplomática y económicamente a Japón, imponiendo una escalada que culminó el 25 de julio de 1941 cuando, conjuntamente con Gran Bretaña y Holanda, suspendió su comercio con la isla y estableció sobre ella un cerco económico; se comprometió con Gran Bretaña a prestarse asistencia recíproca frente al ataque que, contra ellos o un tercer país, efectuara Japón en el Pacífico; a pesar de los consejos en contrario de los mandos navales, retuvo una pequeña y débil flota en Hawai invitando a un ataque sorpresivo japonés; ocultó a los mandos militares en Pearl Harbor mensajes japoneses descifrados que hablaban de un guerra inminente y tenían a esa base naval como un objetivo muy probable.
De haber impuesto a los jefes de estas novedades, habrían tomado medidas de defensa que podrían haber desalentado el intento de Japón.
El acto final de la asfixia a que fue sometido Japón fue la determinación de Roosevelt de negarles el petróleo. Cerrados los mercados habituales, tampoco pudieron acceder al vital combustible en Colombia, Venezuela o México, países estos que fueron presionados por los Estados Unidos a fin de que se alinearan con su posición. En el particular caso de Venezuela, la principal empresa explotadora del petróleo era la "Standard Oil~, propiedad del trust Rockefeller, por lo que poco costó suspender toda negociación con Japón.
Sobre estas determinaciones, dijo Churchill: "La drástica aplicación de sanciones económicas el 26 de julio de 1941 precipitó la crisis interna de Japón. Evidentemente los embargos significaban la estrangulación del Japón. En el transcurrir del tiempo comprobe los tremendos efectos de los embargos decretados el 26 de julio por Roosevelt. Nuestro embargo conjunto está forzando al Japón a decidirse por la paz o la guerra con nosotros, aunque más bien creo que se dejará arrastrar a ella" ("Memorias").
En un interesante trabajo efectuado por la prensa argentina una década atrás, Antonio Monda comenta una obra de Gore Vidal — personaje que conoció muy de cerca políticos como Roosevelt, Truman, Kennedy y otros—: "sostiene una tesis que pocos en Estados Unidos tienen el coraje de enfrentar: el ataque contra Pearl Harbor fue provocado por el presidente Roosevelt, quien ignoró las propuestas de conciliación ofrecidas por el primer ministro nipón Koyone y encontró en el general Hideki Tojo un respaldo perfecto para sus planes de guerra. Según Vidal, Roosevelt estaba perfectamente al tanto del lugar y la hora del ataque, pero actuó de manera que la transmisión de alertas llegara tarde, sacrificando así a tres mil hombres para poder desatar una guerra no querida por su pueblo" ("Clarín", 20 de mayo de 2001).
El propio Gore Vidal sostuvo en ese reportaje que: "Era un hombre de una gran inteligencia —Roosevelt— que hizo mucho por nuestro país, pero también una persona de una ambición desmedida y de una profunda inmoralidad, consciente de que la guerra lo mantendría en el mando... sin esa masacre, que definió como infame, pero que él mismo provocó, no se habría producido la intervención al lado de Inglaterra... Salvo raras excepciones no hay moral entre los políticos y no se observa una diferencia sustancial entre los demócratas y los republicanos".
Avanza el escritor norteamericano sobre las denominadas "operaciones de prensa" al sostener: "Lo desafío a darme el nombre de un corresponsal en Washington del The New York Times que no se declare en línea con el gobierno. Le garantizo que perdería el puesto... en ese momento específico la relación con la prensa alcanzó puntos
extremos. Roosevelt y el general Marshall, que sabían el momento del ataque con dos semanas de anticipación, convocaron a los principales directores de los diarios, pidiéndoles que mantuvieran silencio en caso de que filtrara la noticia. Los periodistas respetaron el pedido y se sintieron desconcertados cuando se enteraron de que Marshall no había puesto en alerta previa a las sedes del Sudeste asiático..,"
Las comunicaciones de seguridad japonesas se realizaban a través del habitual sistema del código cifrado, denominado "Código Púrpura". A su vez, el reconocimiento de los mensajes japoneses por parte de los Estados Unidos fue denominado "Magia". Los norteamericanos habían descriptado íntegramente todo el sistema de comunicaciones japonés.
Conforme señala Theobald en su obra, doce eran las autoridades nacionales de los Estados Unidos a las que los servicios de inteligencia le entregaban una copia de "Magia", incluyendo a Roosevelt, los secretarios Hull, Knox, Stimson y el general Marshall.
El primer alerta llegó a Washington el 27 de enero de 1941, el embajador estadounidense en Japón informó que el Ministro del Perú manifestó a personal de su embajada que por diversas fuentes —incluso japonesas—, había tomado conocimiento que, en caso de surgir dificultades entre Japón y los Estados Unidos aquellos efectuarían un ataque sorpresivo sobre Pearl Harbor, con todos los medios disponibles.
Según Theobald, el 15 de noviembre de 1941, se descifra un mensaje de Japón informando a su cónsul en Honolulú que "Como las relaciones entre Japón y Estados Unidos son sumamente críticas, envíe en forma irregular sus partes sobre «buques en Pearl Harbor» si bien a un ritmo de dos por semana" y que en la noche del 6 de diciembre, el Presidente Roosevelt fue impuesto del contenido del último mensaje recibido: "...éste se hallaba en su escritorio con Mr. Hopkins. Después de leer las 13 partes. Levantó la vista y expresó: «esto significa guerra». Quiso hablar por teléfono con el almirante Stark; pero se le dijo que el almirante estaba en el teatro. No se mencionó ningún otro llamado telefónico. Nada se habló con respecto a una advertencia a la Flota..." ("El secreto final...").
La advertencia de un posible ataque japonés a Pearl Harbor le llegó al almirante Kimmel —jefe de la base— ocho horas después de iniciado el mismo.
No obstante, la mayoría de las comisiones formadas para discernir responsabilidades —la más famosa de ellas: "Comisión Roberts"— imputaron, como era de esperar, al jefe de la base, almirante Kimmel y al jefe de la guarnición del ejército en Pearl Harbor, general Short.
Años después, un integrante de la "Comisión Roberts", el almirante William H. Standley, publicó el artículo "Más sobre Pearl Harbor": "...tanto al general Short como al almirante Kimmel se les negaron todos los derechos usuales acordados a ciudadanos norteamericanos que se presentan ante procedimientos judiciales como partes interesadas... El «incidente» que ciertos altos funcionarios de Washington habían buscado tan asiduamente con el objeto de conmover al pueblo de los Estados Unidos para la guerra con las potencias del eje, había sido por fin encontrado. El costo, 1923 hombres del Ejército y de la Marina muertos..."
El legendario almirante W. F. Halsey, comandante del portaaviones "Enterprise", afirmó
"Si hubiésemos conocido el continuo y minucioso interés del Japón en saber en detalle la exacta ubicación y los movimientos de nuestros buques en Pearl Harbor, según lo demostraba en los mensajes «Magia», es enteramente lógico que habríamos concentrado nuestros pensamientos y nuestros esfuerzos para contrarrestar el ataque a Pearl Harbor, del que hubiéramos tenido prácticamente la certidumbre" (Prólogo de "El Secreto Final...")
Si alguna duda queda sobre lo ocurrido, la disipa por el secretario de guerra Stimson en su "Diario": "La cuestión era cómo debíamos maniobrarlos (a los japoneses) para llevarlos a la situación de disparar el primer tiro sin que el peligro para nosotros fuese demasiado grande".
Así fueron los hechos. Mientras tanto, las campañas políticas y de prensa desplegadas durante tantos años y la acción psicológica que ellas implementan, harán que los 7 de diciembre se siga conmemorando el "Día de la infamia"... aunque muchos tengan muy en claro quién fue el verdadero infame. •



 


 
   
 
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